“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 31 de octubre de 2012

Encuentro en la Uned. Capítulo segundo. Echando flores

Ayer hablé de los siete motivos por los que el acto en la Uned me pareció vergonzoso. Hoy seguiré dando la tabarra para hablar de los discursos de los de la mesa, exceptuando la lección inaugural de señor Pizarro, que la dejo para mañana. La que presidía el cotarro, en representación de la Uned, no sé si de Aragón o de Madrid, estuvo bien, lo que se espera en un acto de ese tipo. Perdió los papeles cuando se puso flamenca con la persona que cuestionó, con razón, en mi opinión, que Pizarro fuera la persona más adecuada para dar la lección inaugural del curso de la Uned de Teruel. La nueva directora de la Uned, colocada por el PP, Ana Lafuente, le echó flores a su amigo Manolo  (así llamó a Pizarro en varias ocasiones), a la presidenta de la Diputación Pobo (y que lo es también del patronato de la Uned de Teruel, manda huevos, y también la que la nombró para el cargo);  esbozó unas ideas sobre lo que quería hacer (cuatro generalidades para salir del paso) y dio las gracias a todos, profesores, tutores, administrativos, bibliotecarios, jardineros, fontaneros, carpinteros y caldereros. Y también a Floripes Bruna, una institución en la Uned de Teruel, por lo visto. Pero ni una sola palabra sobre su antecesor en el cargo, Francisco Lázaro Polo, el amigo de Vicente Guillén, que fue quien lo colocó. Algo hay ahí; a ver si me entero de las puñaladas entre bastidores entre Pobo, Lafuente y Lázaro Polo. Las palabras del alcalde Blasco fueron deplorables, solamente superadas en su mediocridad por Carmen Pobo. Eso sí, tampoco se olvidó de echarle flores a Manolo (Pizarro) de quien elogió su sentido común. El discurso—por llamarlo de alguna forma—de Carmen Pobo es de los que produce vergüenza ajena. Yo que soy tranquilo y no suelo inmutarme por casi nada,  me sentía incómodo en la silla y deseaba que doña Carmen terminara cuanto antes. Impresentable. Y con las correspondientes  flores a Manolo (Pizarro). Todas las intervenciones fueron muy aplaudidas por los asistentes, todo hay que decirlo. Claro que si contamos que las tres cuartas partes eran de los que tenían la butaca reservada, podemos imaginar que eran todos miembros de la casta, de los militares, de la policía y de las instituciones. Al obispo no lo vi. O no estuvo o envió a alguno sustituto vestido de paisano.

Evaristo Torres Olivas
 

martes, 30 de octubre de 2012

Encuentro en la Uned. Capítulo primero. "Apatrullando" la ciudad

Estuve hace unos días en el vergonzoso acto de inauguración del nuevo curso académico de la Uned de Teruel. Vergonzoso por muchos motivos. El primero: más que un acto académico, aquello parecía un pow-wow—pronúnciese pauguau y no pobo, como la presi de la Dipu—del PP. El segundo motivo: que en una mesa de la Universidad estén como estrellas invitadas Carmen Pobo y Manuel Blasco,  dos de las personas más incultas de la casta política de Teruel. Y así lo demostraron en sus deplorables intervenciones. En lugar de estar en la mesa presidencial, lo que deberían hacer es matricularse en la Uned para cultivarse un poco.  El tercer motivo: que en lugar de invitar a la lección inaugural a una persona prestigiosa del mundo académico, se elige a Manuel Pizarro, que más que una lección, nos largó un refrito nada original, mil veces escuchado, sobre las causas de la crisis y sus remedios, de acuerdo, claro está, con sus ideas liberales y de defensa del sistema capitalista, de libre mercado, o como se quiera llamar al engendro. El cuarto motivo, que a Manuel Pizarro, para que no se viera demasiado el plumero, se le presentó como presidente de Baker & McKenzie y académico de la Academia de Jurisprudencia y Legislación. Nada se dijo de sus otros cargos pasados, en bolsas, cajas y endesas; ni tampoco se mencionó su pertenencia al PP. El quinto motivo, el exagerado despliegue policial. En lugar de tener a la policía “apatrullando” la ciudad y persiguiendo a los malos, fundimos el dinero público en enviar a los maderos a los actos pacíficos. El sexto motivo, la actuación de la vicerrectora de Uned que presidía el acto, no dejando hablar a una persona que quiso  decir unas palabras antes de la intervención de Pizarro. Adujo que se trataba de un acto protocolario en el que no estaba prevista la intervención del público. Y para asegurarse que así fuera,  allí estaban el delegado del Gobierno, el comisario, inspector, o lo que sea,  de policía de Teruel y varios policías rasos (números creo que es la terminología oficial). Es lo que se llama matar moscas a cañonazos.  El séptimo motivo: reservar más de tres cuartos del aforo para “personalidades”. A ver si se enteran de que los actos públicos, son eso, públicos y para todos los ciudadanos. Reservar un fila, bueno;  reservar casi todo, un abuso de poder. Lo único que estuvo bien y a lo único que aplaudí fue a la entrega de diplomas a las veinticuatro personas que terminaron la licenciatura en la Uned; y al pianista y la soprano que interpretaron media docena de canciones, aunque una de las canciones, de la zarzuela La Gran Vía, decía en su estribillo: ¡Aprende a sisar, aprende a sisar! No creo que fuera la más apropiada con tantos políticos en la sala.

Evaristo Torres Olivas
Anuncio de un encuentro del PP

lunes, 29 de octubre de 2012

Pícaros y aprovechados

Si hace unas semanas un artículo de opinión de Javier Cercas en El País Semanal me hizo pensar mucho, otro de 14 de octubre, Partitocracia contra democracia,  me ha hecho pensar menos: estoy de acuerdo con casi todo. No comparto su afirmación de que “los partidos son el único cauce verosímil de las preocupaciones y aspiraciones de la gente, así que no hay democracia real sin partidos”. Con el resto del artículo estoy de acuerdo. Cuando afirma que los partidos lo han invadido todo, “la justicia, las cajas de ahorros, las comisiones reguladoras de los mercados y el Tribunal de Cuentas, la financiación de los propios partidos y de los sindicatos…”.  O cuando añade que “los partidos se han convertido no solo en focos permanentes de corrupción, sino en clubes prácticamente herméticos y de funcionamiento antidemocrático, dominados por direcciones de hierro que fomentan el servilismo, destierran la competencia entre sus miembros y castigan la disidencia”. Más adelante se pregunta: “¿Cómo van a atraer [los partidos] así a los mejores y los más generosos y no a los pícaros y aprovechados?” Es tan evidente, que los maestros y profesores de toda España (incluidos los de las partes que se quieren independizar) deberían difundir estas ideas entre los alumnos, saltándose las normas que dicten los Wert de turno, para que los políticos de la próxima generación no se carguen la democracia como lo hacen los actuales. Desde que empecé a escribir en el Diario de Teruel, y después en este blog, uno de los asuntos recurrentes es la incompetencia de nuestros políticos. Me centro en Teruel porque vivo aquí y porque sigo a diario lo que dicen y hacen. Pero es igual en todas partes. El problema está en los partidos y en su funcionamiento, como bien dice Cercas. Mientras eso no cambie, asistiremos al deterioro diario de la democracia. Y seguiremos soportando a los guillenes, larredes y arrufates, blascos, pobos y lafuentes, ferreres e inocencios. O sus equivalentes en el resto de Aragón y de España. La mejor manera de desprestigiar un partido, una asociación, una universidad, un concurso literario, o lo que sea, es permitir que los dirijan indocumentados, pícaros y aprovechados.

Evaristo Torres Olivas

viernes, 26 de octubre de 2012

Libertad con ira y sin ira

El Diario de Teruel del 20 de octubre de 2012 publicaba una noticia de la agencia EFE de Londres cuyo titular rezaba: Mr. Bean protagoniza una campaña para legalizar el insulto. Desde el año 1986, una ley prohíbe que en el Reino Unido se usen “palabras malsonantes”.  Y se han cometido abusos como detener a un ciudadano que le dijo a un policía que su caballo era gay. Cuando hay una ley que prohíbe los insultos, cualquier cosa puede ser considerada un insulto viene a decir un serio Mister Bean. Los que entendáis el idioma inglés, podréis  comprobar que el video que acompaña a esta columna es toda una lección de democracia y de qué es la libertad de expresión. Me dan ganas de enviárselo al censor Arrufat (aunque habría que traducirlo porque nuestro senador, que habla mal la lengua de Cervantes, no es muy probable que chamulle la de Shakespeare ). Toda esta parrafada me viene a pelo para hablarles de un comentario que recibí hace unos días en este blog y que no he publicado. El comentario, anónimo, dice así (he omitido el nombre y las palabras que pudieran identificar a la persona): “XXX es lo más abanto que ha parido madre. No sé que definición ponerle que esté en el DRAE y que luego no me regañes Evaristo porque sean insultos. Pueden ser: abanto, tonta del haba, boba, mentecata, torpe, mema, en fin cualquiera de ellos. Esta es la XXX de Teruel, que habla con énfasis medido, muy del gusto de las mujeres XXX, como haciendo notar las grandes verdades que dice. Y trincando una pasta gansa al mes XXX.  Qué país de peperos y socia-LISTOS !!!!”. Estuve  pensando unos segundos y decidí no publicarlo. Por una sencilla razón: cuando se critica, ofende, insulta, o como queramos llamarlo, a una persona, lo mínimo que se debe exigir es que la persona criticada o insultada sepa quién lo ha hecho para poder contestar, replicar, insultar u ofender a su vez. Y en este caso, al tratarse de un autor anónimo, no es posible. Se produce un desequilibrio que a mi juicio no es justo. Yo, en este blog, y también cuando escribía en el Diario de Teruel, utilizo y utilizaba, palabras que a algunos les podrían parecer malsonantes o incluso insultantes. Pero siempre lo he hecho con mi nombre y apellidos, y en el Diario de Teruel, incluso con el número de DNI. Y además, como figura en el cartel detrás de Mister Bean,  también les digo a las personas que se puedan sentir molestas por lo que yo escribo, que me pueden insultar con entera libertad.  

Evaristo Torres Olivas

jueves, 25 de octubre de 2012

El porqué de las cosas

Vaya racha que llevan los políticos del PP de Teruel. Les ha dado por escribir tribunas en el Diario de Teruel. Se agradece que los políticos se molesten en compartir con los ciudadanos sus inquietudes, proyectos y pensamientos. Lo malo es que también comparten su ignorancia y sus ínfulas. Ayer les hablaba de Jesús Fuertes; hoy le toca a Miguel Angel Lafuente y a Sara Hernández. Don Miguel Ángel es diputado del PP en las Cortes de Aragón. Como lleva mucho tiempo en esa institución, debe creerse depositario de la llama del saber o algo por el estilo porque su tribuna del día 10 de octubre en el Diario la abre con esta parrafada: “Hace tiempo que no escribo en este medio de comunicación, pero creo mi deber y mi obligación explicar, en la medida de mis posibilidades y en los momentos que  realmente son difíciles, el por qué [sic] de las cosas”.  Para descojonarse, oigan.  Empieza como mucha solemnidad, llamando al periódico medio de comunicación, diciendo que es su deber y obligación (al estilo de Suárez con el puedo prometer y prometo) y acabando con nada menos que con la pretensión de querer explicarnos el porqué—con falta de ortografía incluida—de las cosas.  El resto del artículo, en el que supuestamente nos va a descubrir el gran misterio, la causa primera de todas las cosas, el bosón de Lafuente,  no es más que una sarta de chorradas acompañadas de cuatro sentencias con pretensiones de querer ser una lección de política económica. En cuanto a la Tribuna de doña Sara Hernández, publicada el día 12 de octubre, también merece ocupar un lugar destacado en el museo de la mediocridad—si existiera tal museo—. Los políticos del PP de Teruel son expertos en comenzar sus escritos con frases que disuaden de seguir leyendo. En el primer párrafo del de doña Sara se dice: “Desde la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Teruel seguimos apostando por los jóvenes, además de agradecer sus sugerencias y, cómo no, su participación en todas las actividades realizadas durante el curso 2011/2012”. Está bien que la concejalía de la Juventud apueste por los jóvenes, el Instituto de la Mujer, por las mujeres y la Asociación de pasteleros y reposteros de Aragón, por los pasteleros y reposteros de Aragón y no por los guarnicioneros de Andalucía.

Evaristo Torres Olivas
¿Por qué enfrían los botijos?

miércoles, 24 de octubre de 2012

Las zanjas y los políticos

Jesús Fuertes, el concejal de Urbanismo y portavoz  en el ayuntamiento de Teruel, es la mano derecha del alcalde de la derecha, Blasco. El domingo, 7 de octubre, don Jesús escribe una columna en el Diario de Teruel titulada Eficiencia en la gestión. Todo el artículo no es más que un cúmulo de errores, obviedades y generalidades, junto con toneladas de autobombo y adulación a su partido.  Pero no voy a comentar todo el artículo. Solamente decir que cuando se parte de premisas equivocadas, todo lo que sigue se tambalea. Y es lo que le pasa al escrito de don Jesús. Comienza con estas palabras: “Eficiencia, bonita palabra que indica muchas cosas, aunque la más importante es la utilización correcta de los medios disponibles”. Falso. Por lo tanto, llegado a ese punto,  habría que dejar de leer para no perder el tiempo: todo lo que sigue será también falso. La eficiencia no es utilizar bien los medios disponibles. Segar el trigo con una hoz, comparado con hacerlo con una cosechadora no es muy eficiente por mucho que la persona que maneje la hoz lo haga perfectamente. Y entre dos personas que manejen correctamente la hoz, seguramente una es más eficiente que la otra (si no les gusta el ejemplo de la hoz, pueden tomar a Indurain y a los corredores de su época: todos montaban correctamente en bicicleta pero el de Villava era más eficiente porque ganó cinco Tours). La eficiencia siempre es la relación entre los recursos empleados y los resultados obtenidos (las gallinas que entran y las que salen, si lo prefieren). Hay dos formas de mejorar la eficiencia: o aumentar los resultados con los mismos recursos o conseguir los mismos resultados con menos recursos.  Para que se entienda mejor: si dos hombres cavan una zanja en un día, se mejora la eficiencia si logramos que un hombre cave una zanja en un día o que dos hombres caven tres zanjas en un día. Se podría mejorar mucho la eficiencia en la gestión si los políticos estuvieran más y mejor preparados; si los partidos, en lugar de llenar las listas electorales  de gregarios, se preocuparan de colocar y apoyar a los Indurain, a los mejores  entre sus militantes. Entonces, la eficiencia crecería más deprisa que la prima de riesgo española en el último año. Y sería, además,  una utilización correcta de los medios disponibles.

Evaristo Torres Olivas

martes, 23 de octubre de 2012

La ruralidad rural

Lo que les voy a contar no tiene desperdicio. Atentos. Son las palabras de una mujer que es diputada autonómica, concejala del ayuntamiento de Teruel y que quiso ser alcaldesa. Quienes siguen este blog habitualmente saben que no es la primera vez que se encuentran con una columna dedicada a doña Mayte.  Si teclean su nombre en el motor de búsqueda del blog, encontrarán más de una docena. Es una mina para dedicarle columnas. Habla tanto y dice tantas bobadas que es raro el día en que no suelta alguna de sus perlas. La que se recoge aquí la publica el diario de Teruel del sábado 13 de octubre. Dice doña Mayte que “los diez barrios rurales que tiene Teruel son una auténtica oportunidad para la ciudad, ya que presentan una estructura rural, y están situados a escasos minutos de la capital, y sus vecinos nos están trasladando que habría bastantes aspectos que se debería mejorar”.  Un gran descubrimiento, sí señora, que los barrios rurales tengan una estructura rural. Lo normal es que no la tengan. Y de todas maneras, ¿qué es una estructura rural? ¿Tener  pajares, abuelos con boina,  un tractor en la puerta del bar? Pero la cosa no acaba ahí: doña Mayte nos  descubre, además, que los barrios rurales de Teruel “están situados a escasos minutos de la capital”. Aguda observación porque lo habitual en otras partes del país y del mundo es que los barrios rurales estén a cientos de kilómetros de la capital y se tarden horas en llegar.¿A qué distancia se encuentran de Nueva York sus barrios rurales? ¿Y los de París? (si no consideramos la viña que hay en Montmartre) Finalmente, hay que resaltar la capacidad de síntesis de la señora Pérez para que después de reunirse con los habitantes de un barrio rural, nos diga que le están trasladando que hay “bastantes aspectos que se debería [sic] mejorar”.  No sabemos si hay que mejorar mucho, poco o algo. Lo que sí sabemos es que son bastantes los aspectos. Tal vez una centena, tirando por lo bajo. Y ahora, después de esto, uno se pregunta si un periódico como el Diario de Teruel, por muy local que sea, puede gastar tiempo y dinero en publicar textos como ese. Ningún periodista, por muy torpe que sea, es capaz de escribir algo así. Ese texto solamente puede proceder de la sede del PSOE de Teruel. Si Mayte Pérez quiere propaganda en el Diario de Teruel, que la pague de su bolsillo como publicidad. Sé que su salario se lo pagamos nosotros, pero al menos que una parte revierta al erario, que buena falta hace.

Evaristo Torres Olivas 
¿En qué nota, si es que se nota, la estructura rural?

lunes, 22 de octubre de 2012

Salarios( y IV)

Para concluir esta serie de columnas sobre los salarios de los políticos, veamos cuál es la actual estructura salarial de nuestros cargos públicos. Para no tener que inventarme  nada, voy a recurrir a una cita extraída de un estudio sobre las retribuciones de los cargos públicos. Sobre los componentes de la retribución dice: “El primero es un salario fijo, el cual en general es bajo o moderado, y relativamente transparente. La segunda fuente son importantes complementos salariales a través de dietas, presencia en consejos de administración, cargos solapados… que hace que los políticos acumulen funciones, responsabilidades y sueldos. Y el tercero, el bocado del león en la sangría de nuestros presupuestos, los políticos tienen toda una plétora de cargos de libre designación en la que familiares, afines a los partidos y demás comensales se nutren a costa del erario público”. Se puede decir más alto pero no más claro. Yo, como he expresado en múltiples ocasiones en este blog, me he dedicado durante más de veinte años a trabajar en departamentos de personal de varias empresas. No peco de pedantería si digo que tengo buenos conocimientos de cómo diseñar estructuras retributivas, especialmente para puestos directivos de empresas multinacionales. Sé que las empresas contratan los servicios de expertos fiscales para buscar las lagunas en la legislación y proponer aquellos conceptos retributivos que menos tributen o que sean más opacos. Que eso se haga en la empresa privada puede criticarse, pero que lo hagan los políticos es imperdonable. Yo, como he expresado en estas columnas sobre salarios de los políticos, no comparto la propuesta de la señora de Cospedal de dejar sin sueldo a los parlamentarios. Pero sí opino que los políticos deben ser personas con experiencia consolidada previa a la política; que no se sea político de por vida(para,  entre otras cosas, no caer en la tentación de ser un corrupto—o corruto, según Pepe Blanco—). Que los sueldos, tanto el salario fijo, los complementos, etc. sean públicos y accesibles a los ciudadanos. Que desaparezcan los puestos de libre designación. Y como a don José Ramón Morro se le llena la boca diciendo que su conmilitona Mayte Pérez  ha renunciado a mil euros de dietas, y como cuestiona mi pertenencia a la izquierda y me recomienda que me lo haga mirar, en aras a la transparencia y a la honradez política, le emplazo a que publique en este blog o en el Diario de Teruel, todos los ingresos que ha percibido doña Mayte en los últimos cinco años, por todos los conceptos salariales, así como los costes de chóferes y vehículos oficiales, etc. Eso en una columna y en otra, lo que habría percibido si hubiera permanecido en su puesto de funcionaria del ayuntamiento de Teruel. Estoy seguro de que don José Ramón, que es un hombre honesto, no solamente accederá a mi petición sino que también proporcionará los ingresos de Guillén como diputado y lo que le correspondería como secretario de Celadas. Y de regalo, les pedirá a los del PP que hagan lo mismo con Manolo Blasco y Carmen Pobo. Concluyo la petición a don José Ramón con la fórmula que se utilizaba en mis tiempos de estudiante cuando había que dirigirse a una autoridad política o académica: Gracia que espero que Usted me conceda y que Dios guarde a Usted  muchos años. ¿O se decía Vuecencia?

Evaristo Torres Olivas
 

viernes, 19 de octubre de 2012

Salarios(III)

Veamos ahora al tercer grupo de políticos para los que sí es necesario que tengan un salario y que este sea digno. Me refiero al de los profesionales—abogados, economistas, ingenieros, profesores, médicos, autónomos, pequeños empresarios, artesanos, artistas—con un reconocido historial de éxitos, que deciden durante un tiempo poner su experiencia y conocimientos al servicio de la gestión de lo público. Hablamos de personas que no son ni rentistas, ni hijos de grandes empresarios, ni herederos de grandes fortunas; personas que dependen de su trabajo para la subsistencia, que no pueden estar cuatro años sin cobrar para dedicarlos a la política. Como ven, al hablar de reconocido historial de éxitos se  excluiría a gente como Guillén, Pobo, Blasco, Pérez, etc. Estos, por no tener no tienen ni historial profesional y si alguno lo tiene es de fracaso y no de éxitos. ¿Puede una persona que no ha sido capaz de gestionar una empresa familiar hacerse cargo del ayuntamiento de una ciudad? ¿Se puede dirigir una diputación con el único antecedente profesional de un título de auxiliar de guardería y una corta experiencia en un centro infantil de un pueblo? ¿Se puede ser dos veces diputado nacional y dos veces senador con el único antecedente de estar un corto periodo de tiempo como secretario de un pueblo de menos de mil habitantes? ¿Se puede ser diputada autonómica y pretendiente a alcaldesa de una capital de provincia con una experiencia profesional previa que no destaca en nada? La respuesta es que estas personas no deberían ocupar esos puestos. La realidad es que sí los ocupan. Y ese es uno de los principales problemas que tenemos en España: que para barrer la pista de aterrizaje de un aeropuerto exigimos un doctorado en ingeniería aeronáutica o para ser chofer de una furgoneta de reparto un máster en logística, y para ser diputado, senador, alcalde de una capital de provincia o presidenta de una diputación, con las cuatro reglas van que chutan. Y en algunos casos, si siquiera eso: con dos reglas, restar y dividir, es suficiente. Restar credibilidad a la política (que debería ser una actividad noble); y dividir y encabronar a los ciudadanos con su ignorancia.

Evaristo Torres Olivas

jueves, 18 de octubre de 2012

Salarios(II)

Hoy toca hablar de los  los burócratas de los partidos y de sus salarios. No es necesario leer a Max Weber ni a otros sesudos sociólogos para identificarlos. En los sitios pequeños como Teruel, donde sabemos todos quiénes somos y de dónde venimos, se les conoce bien. Son aquellos  funcionarios de las escalas bajas o medias (los Guillén, Mayte Pérez, Larred, etc.) o ni siquiera eso, sino gente sin oficio, con apenas formación, con poca experiencia fuera de la política (Manuel Blasco, Carmen Pobo) que se meten en los partidos, se incrustan en su estructura y no se van ni con rasqueta y estropajo. Destacan por su astucia para controlar los aparatos del partido porque de ello depende su futuro. Se ponen los primeros en las listas para ser diputados, senadores y otros puestos que les reportan un salario muy superior al que tendrían fuera de la política (Guillén  tendría que conformarse con un salario de secretario del ayuntamiento de Celadas y Pobo con no se sabe qué, a lo mejor de auxiliar en alguna guardería). Estos personajes, tan hábiles para el mangoneo interno como  inútiles para todo lo demás. Por varios motivos: el primero porque no saben: Mayte Pérez, Guillén, Larred, Arrufat, Blasco, Pobo se limitan a repetir lo que les cuentan desde Zaragoza o Madrid. Si manda Zapatero, son de Zapatero, si Rubalcaba, ese candidato retorcidamente genial, como lo llama el periodista Gregorio Morán, son rubalcabistas. Lo mismo con los candidatos del PP. Porque saben que enzarzarse en discusiones puede hacer peligrar su situación. Son siempre del que gana, porque fuera del partido hace mucho frio. Estos políticos, que hacen de la política un medio de vida y que no aportan nada, porque no saben, son totalmente prescindibles. Si uno se molesta en observar su comportamiento y sus actuaciones, se dará cuenta de que nunca son los primeros en emitir una opinión sobre cualquier asunto: esperan a que hablen en Madrid o en Zaragoza, y días después repiten, a su manera—y siempre peor que el original—lo que han escuchado. Oír hablar  de economía o de presupuestos a Carmen Pobo o a Vicente Guillén es un espectáculo dantesco (utilizo ese adjetivo porque Vicente Guillén, en el Diario de Teruel, calificaba de kafkiana la actitud del PP). Ladran ante los competidores pero son sumisos corderitos con sus jefes.  En conclusión: el dinero público gastado en pagarles el salario a los burócratas de los partidos es un dinero derrochado. Un despilfarro.

Evaristo Torres Olivas

miércoles, 17 de octubre de 2012

Salarios(I)

Anda que no he dado yo la tabarra con los sueldos de los políticos. Y la seguiré dando. Pero hoy comienzo una serie de columna en la que concluiré que los políticos deben estar bien pagados. ¿Por qué? Porque la Cospedal quiere dejar sin sueldo fijo a los parlamentarios de  Castilla-La Mancha. ¿Me contradigo? No. Paso a explicarlo, con ejemplos de Teruel, para que se entienda mejor. Tenemos varios tipos de políticos: los profesionales que al margen de la política tienen unos trabajos que les reportan más beneficios económicos que la política; los rentistas, que tiene guita abundante y mucho tiempo liebre; los burócratas que provienen de los partidos, la gente del aparato, sin ninguna experiencia fuera del partido, que dependen económicamente de lo que le proporcionan las siglas; los funcionarios, especialmente los de las escalas más bajas, que ven en la política una manera de duplicar o triplicar el sueldo trabajando la mitad; personas con una buena formación y con experiencia que estarían dispuestas a ponerlos al servicio de la res pública sin que les suponga una merma en sus ingresos.  Tal vez a ustedes se les ocurra algún otro. Si los políticos no cobraran nada, a la política se dedicarían los ricos, los rentistas,  los profesionales al servicio de empresas, grupos de presión, etc. que manipularían para que se aprobasen leyes favorables a los intereses de sus empresas o la de los que les pagan. Al grupo de los ricos  pertenecen gente como Rodrigo Rato o nuestro Manuel Pizarro. Para estos, cobrar o no de la política es indiferente: sus ingresos no dependen de las, para ellos, migajas de un salario público. Mangonear (ellos no lo llamarán así sino mediar, influir, informar) para que se apruebe una ley favorable a las eléctricas, a las cajas de ahorro o a cualquier otro sector al que representan, les supone unos beneficios mucho más suculentos que el, de nuevo para ellos, raquítico sueldo como parlamentarios.  El perfil de estos elementos es el de profesionales con una buena formación y una larga trayectoria profesional. Nuestro Pizarro, por ejemplo: es abogado del Estado, ha sido Presidente de la Bolsa de Madrid, presidente de Ibercaja, presidente de la CECA (Confederación españolas de cajas de ahorros), presidente de Endesa, etc. Para resumir: este grupo está formado por lo que se entiende, aunque sea simplificando un poco,  por la derecha. Y a la derecha, en general, no le importa que los políticos cobren poco. Así impiden que los pobretones de la izquierda se dediquen a la política. Mañana hablaremos de otro  grupo: los burócratas de los partidos.

Evaristo Torres Olivas
 

martes, 16 de octubre de 2012

La oniomanía

Les contaba ayer  que me había comprado una alcachofa de ducha de colorines. Un trasto tan inútil como un sombrero con televisión o unas gafas con sacacorchos. Llevo unos días pensando en la compra compulsiva, esa a la que nos inducen la publicidad machacona y la retórica del modelo capitalista: si aumenta el consumo, se genera trabajo y si hay trabajo hay dinero para que podamos consumir. O sea, que hay que trabajar para consumir. Aunque no se necesite lo que se consume. Lo de la compra compulsiva es un trastorno psicológico que tiene nombre y todo: oniomanía. Si nuestras autoridades fueran coherentes, al igual que prohíben la publicidad de cigarrillos porque perjudican a la salud, deberían prohibir los anuncios de El Corte Inglés o del Ford Fiesta edición limitada. O al menos advertir de que no se compren esos productos sin antes consultar a nuestro médico o farmacéutico. Seguro que todos tenemos en nuestras casas cantidades ingentes de objetos, chismes y cachivaches que no sirven para nada o que nunca hemos utilizado. En mi caso, además de haberme comprado una ducha de colorines, mi oniomanía se ha centrado durante muchos años en la compra de herramientas. Tengo de todo pero nunca uso nada porque soy una persona desmañada. Torpe.  Chapuzas. Mi colección de destornilladores abarca desde modelos que servirían para desmontar la Torre Eiffel hasta otros aptos para apretar el tornillo de una prótesis de rodilla de un mosquito. Otra de mis aficiones es la acumulación de bolígrafos. Entre los que me regalan de propaganda y los que me compro, los tengo a docenas. Recuerdo que cuando era crío, tenía un bolígrafo azul y otro rojo y cuando se acababa la tinta, me compraba una recarga, nunca otro bolígrafo. Ahora, la tinta de los bolígrafos se seca sin haber escrito ni una sola palabra. Tanto en el caso de las herramientas como en el de los bolígrafos que no se usan, se consumen recursos para su fabricación. Y fabricar algo para nada se llama derroche. Por mucho que digan que el sistema capitalista es el óptimo para la asignación de los recursos escasos, yo creo que en realidad es el sistema que favorece e impulsa el derroche.

Evaristo Torres Olivas

lunes, 15 de octubre de 2012

El tonto de la ducha de colorines

Con ese título no quiero insultar a nadie: el tonto de la ducha de colorines soy yo. Incluso podría llamarme el tonto de los cojones sin tampoco ofender a nadie, al contrario que Pedro Castro, exalcalde de Getafe,  que se preguntó, insultando en voz alta “¿por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?”.  Yo no voto a la derecha pero sí me compro alcachofas de ducha de colorines. Además, con el agravante de que un día antes de la compra  había asistido a una conferencia en la Universidad de Teruel en la que el ponente, al que yo aplaudí,  nos recomendaba que para enfrentarse al capitalismo había que descomplejizarse, destecnologizarse y reruralizarse. Y también he leído muchos artículos sobre la compra compulsiva y otros que nos advierten de  cómo nos inducen a comprar chismes que no necesitamos. Pues con todo eso, entro al Aldi y me gasto las perras en una chorrada que en el envoltorio se anuncia así: Teleducha con luz LED. Ocho diodos luminiscentes generan efectos luminosos brillantes en siete colores. No necesita baterías. Llego a casa, quito la vieja alcachofa que tan buen servicio me había dado e instalo la nueva. Abro el grifo y me quedo mirando cómo salen los chorritos de agua y las lucecitas que cambian de color cada cinco segundos.  Al minuto, ya me he cansado del chisme y pienso: hace falta ser gilipollas para comprar esta porquería. No tiene ningún interés, menos que el gato chino ese que mueve el brazo. Si estás debajo de la ducha no ves las luces y si te apartas para ver las luces, no te duchas; si dejas el cuarto de baño a oscuras para ver el efecto de las luces, corres el peligro de descalabrarte. Tiene menos utilidad que un ventilador-calculadora, un bolígrafo- palillo o una agenda con radio. Aunque,  ahora que lo pienso, la alcachofa me costó diez euros, y las luminarias de la plaza del Torico, mil quinientos cada una. Nos habríamos ahorrado muchos cientos de miles de euros instalando duchas de colorines en lugar de unos leds carísimos. Con la ventaja de que las duchas funcionan y no gastan electricidad. Y los leds del Torico nunca han funcionado correctamente y sí chupan corriente. El efecto puticlub es el mismo en ambos casos. Porque no quiero insultar, que si no diría que los hay más tontos de los cojones que yo.

Evaristo Torres Olivas 

viernes, 12 de octubre de 2012

Lo legal y lo decente

Decía el concejal socialista José Ramón Morro, defensor de Chus Sanjuán y de la lideresa Mayte Pérez, que esta última había renunciado a los “1000 euros mensuales que le corresponden”. Y de esto voy a hablar aquí, de la manipulación mediante el lenguaje, del lenguaje malintencionado. Decir que a la señora Pérez le corresponden o le pertenecen esos mil euros es un claro ejemplo de esa manipulación. En ningún momento en mi crítica dije que no le correspondieran. Ya se encargan los políticos de recoger en leyes, reglamentos y votar por unanimidad sus salarios y sus dietas. Si esas dietas de 1000 euros no le correspondieran, en lugar de palabras como indecente o vergonzoso, la hubiera llamado directamente ladrona.  Es lo mismo que a esos directivos de bancos y de las cajas, más de uno y de dos y de tres socialistas obreros españoles, que han llevado a esas cajas y a esos bancos a la situación de tener que ser rescatados con dinero público, y sin embargo han percibido,  los directivos, un bonus astronómico. Tampoco se les puede llamar ladrones porque según figuraba en los acuerdos que ellos mismos redactaban y votaban, ese bonus les correspondía. El señor Morro no sabe distinguir entre la legalidad, la justicia y la decencia. O no le interesa. Hace cinco años,  le escribí una carta a don Manuel Pizarro en el Diario de Teruel. Al salir de Endesa para dedicarse a la política percibió una indemnización de la que  yo dije, y perdonen que me autocite, que “podrá ser legal pero es indecente e injusta”. Recuerdo cómo  muchos conmilitones del señor Morro del PSOE en Teruel me felicitaron efusivamente. Los mismos que ahora me ven y no me dicen ni mu.  Y todo porque les parecía bien que llamara indecente a gente del PP pero no les parecía tan bien que hiciera lo mismo con el partido de los ciento y pico años de historia. El señor Morro, al igual que su lideresa Mayte, llevan muchos años, demasiados, viviendo estupendamente del dinero del erario, recibiendo unos salarios y unas dietas desproporcionados. Los políticos admiten las críticas que les hacen otros políticos porque todos forman parte del mismo circo y cobran del mismo patrón, el Estado. Pero no toleran que un ciudadano como yo, que no forma parte de la casta, pueda opinar. Lo consideran intrusismo profesional. La obligación de los ciudadanos, según los miembros de la casta, es votarles y después quedarse calladitos. A don José Ramón le parece bien que  se les  vote aunque no se les conozca, pero no que se les critique sin conocerles.  Así pueden seguir otra legislatura más disfrutando de las dietas, los salarios y las mamandurrias.

Evaristo Torres Olivas
 

jueves, 11 de octubre de 2012

Diario de Teruel. Episodio cuarto y último

En las anteriores columnas he afirmado que, en mi opinión,  el Diario de Teruel necesita mejorar mucho. También que creo que la solución que ha dado el PP, y la que quería dar el PSOE en 2010, no han tenido en cuenta lo que pensaban el resto de los partidos. Y finalmente, que el PP, al igual que antes el PSOE, quieren ejercer un control sobre los contenidos de un periódico de titularidad pública. En esta última columna quiero dar mi opinión sobre qué se debería hacer en el Diario. Una solución que se le ocurre a cualquier ciudadano con sentido común pero no a los de los partidos, que piensan con  las neuronas contaminadas de la secta a la que pertenecen y ven limitada su visión por las orejeras de partido. Lo primero que debería haber hecho el PP es comunicar al resto de partidos y a los ciudadanos  cuál es la situación de partida: cuántos periódicos se venden, cuánto se recauda, a cuánto ascienden las pérdidas, quién compró las rotativas, cuándo, a qué precio, etc. En segundo lugar, una vez conocido el problema, proponer medidas para que el proyecto sea viable económicamente. Para esto no es necesario contratar a ninguno director-gerente. Los políticos se votan para gestionar y dar soluciones a los problemas, con la ayuda de los funcionarios cualificados de las instituciones. Si hay que contratar asesores externos, apaga y vámonos. Hasta aquí la parte empresarial. Para la segunda parte, la informativa, la única solución en un medio de titularidad pública consiste en el acuerdo entre todos los partidos para elegir a un director de consenso, que tenga total libertad para fijar los contenidos en función de su importancia informativa y no de lo que les dicten desde el partido que manda en la Diputación. Un director independiente que deje trabajar a los periodistas y que no los mande a perder el tiempo a cubrir ruedas de prensa en las que no se puede preguntar. Para los lectores, y también para los periodistas, tiene mucho más interés lo que pasa en un barrio de la ciudad, lo canutas que lo están pasando muchas familias, que las  descalificaciones, siempre las mismas, en las que se enzarzan los políticos, siempre los mismos. Es la única manera de que no lo sigan llamando el Lucha de Teruel.

Evaristo Torres Olivas

miércoles, 10 de octubre de 2012

Diario de Teruel. Episodio tercero

Las medidas que ha tomado el PP para solucionar los males del Diario de Teruel han sido poner a 22 personas en la calle—17 tras la negociación con los sindicatos—, eliminar los puestos de director y de redactor jefe, y en su lugar colocar a un director-gerente y a un subdirector que es el mismo que antes era director. Un lío del carajo.  Y también han fichado a un personaje guadiana,  que aparece y desaparece: Chema López Juderías. Entró para ocupar el puesto de redactor jefe que ocupaba Alicia Royo. A los pocos meses, se va a Zaragoza porque le nombran jefe de prensa de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión. Pero no devuelven a Alicia a su anterior puesto. Siete meses después, López Juderías ya no es jefe de prensa de la Corporación sino que retorna al Diario de Teruel. No se sabe en condición de qué porque en la mancheta del periódico ni aparece. Otro lio del carajo. Yo no conozco al personaje pero sí sé algunas cosas que no me gustan. Más por lo que calla que por lo que dice. De algo me tienen que servir mis más de 20 años trabajando en departamentos de personal.  Me explico: en el currículum que se ha distribuido del señor López Juderías, no se menciona si es licenciado en periodismo ni en ninguna otra disciplina, con lo que se deduce que no lo es en ninguna. Se dice que ha trabajado en una televisión valenciana, en otra de Teruel, en la cadena Ser y en Radio Nacional, en las secciones de deportes sobre todo. Pero nada se dice de que fuera jefe de prensa de Biel cuando era vicepresidente de Aragón ni de que estuvo en el gabinete de prensa de un consejero, Rogelio Silva, también del PAR. Estas lagunas y estas ocultaciones de la trayectoria académica y profesional,  en una selección de personal son suficientes para sospechar de un candidato o bien rechazarlo directamente de la selección. En definitiva, que sin informar a los demás partidos presentes en la Diputación (lo mismo que hizo el PSOE en el del 2010, por mucho que ahora se quejen  Julia Vicente o Francisco Báguena), se han cargado al director-periodista (que ha pasado a ser subdirector), lo han sustituido por un director-gerente (una labor, la de gestión, que corresponde a los diputados y funcionarios de la Diputación, que para eso les votamos y les pagamos), desaparece el puesto de redactor jefe y ejerce de jefe o director de contenidos un tal López Juderías, que oculta parte de su currículum y que ni aparece en la mancheta (los títulos de crédito del peliculón en que han convertido al Diario de Teruel). También se han visto anuncios de dos páginas de El Corte Inglés, algo que antes no ocurría.

Evaristo Torres Olivas
 
MANCHETA DEL DIARIO DE TERUEL 
 

martes, 9 de octubre de 2012

Diario de Teruel. Episodio segundo

En otros momentos de la historia, a la prensa se la ha llamado el cuarto poder. Hacerlo ahora produce risa. Y más en España. Y mucho más en Teruel, con un periódico en manos de los dos partidos(PP/PAR) que gobiernan en la Diputación. El nombre que mejor le vendría al Diario de Teruel es el de lacayo del poder. El presidente de la Diputación es el presidente del Diario. Ahí empieza el primer atentado contra la independencia. Pero si además los tres presidentes que yo he conocido—Ángel Gracia, Antonio Arrufat y Carmen Pobo—son ignorantes y sin ninguna experiencia en asuntos de prensa y comunicación—y en muchos otros—entonces el atentado es aún mayor: el Diario de Teruel se convierte en la hoja parroquial, en el órgano desinformativo de una secta o en el libro de las fiestas de los pueblos en los que salen la reina y sus damas, el pregonero y el “saluda” del alcalde y del cura. Dicen que en la etapa de Gracia, exigía que  todos los días apareciera él fotografiado. Acudan a la hemeroteca y comprobarán que es cierto. No sé si por exigencia del presidente o por casualidad. Los buenos profesionales del Diario se frustran porque les mandan a cubrir ruedas de prensa en las que no se hacen preguntas. Piensan, con razón, que sería mucho mejor que los partidos mandaran un comunicado de prensa por correo electrónico y así se ahorraría mucho tiempo. Otros periodistas, hartos ya de tanta mediocridad y mangoneo, se limitan a los servicios mínimos. Hace un tiempo me encontré a uno en un jolgorio de un pueblo. Hizo una docena de fotos, nos tomamos una cerveza y se fue. Todo en menos de media hora. Me comentó que el artículo que tenía que escribir ya lo tenía hecho: el mismo del año anterior con algunos retoques. Ese es el espíritu, cuando no el corta y pega, el refrito de agencia o de otros periódicos. Si a eso le añadimos la existencia de varias tablas salariales, los profesionales que están por méritos propios y los colocados a dedo, nos podemos explicar el porqué de tanta mediocridad y de tanta dejadez.  En otra columna veremos los cambios que quiere emprender el PP para solucionar los problemas  del Diario.

Evaristo Torres Olivas

lunes, 8 de octubre de 2012

Diario de Teruel. Episodio primero

Con esta columna voy a iniciar una serie en la que daré mi opinión sobre el Diario de Teruel. No es la primera vez que lo hago. Quienes me siguen saben que he sido muy crítico con nuestro periódico y con sus presidentes, especialmente con el censor Arrufat. Ahora que han puesto de patitas en la calle a 17 trabajadores, he creído oportuno dar de nuevo mi opinión. Que el Diario de Teruel necesita cambiar es evidente. Cambiar radicalmente. Es un periódico malo en todos los aspectos. Tiene un diseño horrible, anticuado. En demasiadas ocasiones se comenten errores garrafales, tanto de ortografía como de sintaxis. Poco rigor en las informaciones. Abuso del periodismo de declaraciones, del cortar y pegar y de las informaciones de agencia. La sección de opinión es un desastre, sin orden ni concierto.  Poca creatividad en noticias, artículos y  crónicas locales: se  limitan a lo de siempre, a decir que se celebraron las fiestas en honor de San Hortensio, que se comieron suculentos manjares y que se divirtieron mucho grandes y chicos.  Yo siempre he creído que los periódicos de las pequeñas ciudades, al no estar sometidos sus periodistas a las   presiones y exigencias de la actualidad de los grandes periódicos nacionales, son los lugares ideales para un periodismo más reposado, más cuidado, más literario. Pero salvo en contadas ocasiones, en el Diario de Teruel se cultiva el sota, caballo y rey.  Sería injusto achacar todos los males a los periodistas del Diario. En el Diario de Teruel trabajan excelentes profesionales (vean por ejemplo la magnífica entrevista de F.J. Millán a Fermín Hernández, presidente de la Audiencia Provincial de Teruel). Y algunos  mediocres. Yo no soy de los que defienden que para ser periodista haya que ser licenciado en periodismo, pero sí defiendo que la persona que escribe en un periódico debe tener una sólida formación y estar capacitada para la escritura. Porque de lo que se trata es de ser testigos de las noticias o entrevistar a los que han sido testigos, analizar, ordenar, jerarquizar, contextualizar la información y saber contarlo al lector con claridad y rigor. Si en el Diario de Teruel trabajan buenos profesionales ¿por qué entonces es tan baja la calidad? ¿Por qué mucha gente lo sigue llamando despectivamente el Lucha de Teruel?  Intentaré  explicarlo en las siguientes columnas.

Evaristo Torres Olivas

viernes, 5 de octubre de 2012

Olvido Hormigos y el eccehomo de doña Cecilia

Ahora que ya ha pasado el linchamiento y se ha dejado hablar del asunto, voy a hacerlo yo. Lo de la concejala  Olvido Hormigos me parece hermoso. No que la linchen, ni que los beatos, meapilas, curillas y monjitas pongan el grito en el cielo, ni que la llamen puta. Me parece hermoso que grabara el video y se lo enviara a su chico. Y más hermoso aún hubiera sido que su chico le hubiera respondido con otro video similar. La putada es que algo hermoso y privado se haya hecho público. Todos los días vemos videos violentos, salvajes incluso, y nadie se queja ni se echa las manos a la cabeza; todos los días vemos a los políticos contando mentiras o insultando y nos parece normal. Lo que sí me ha hecho pensar es cómo hemos podido llegar a esta situación, cómo nos hemos podido degradar tanto. No sé si es consecuencia de la puta mierda de la telebasura, que no distingue entre público y privado, que es capaz de llenar tres días de programación hablando del pezón de la teta derecha de Isabel Pantoja o del tamaño de la chorra del Lecquio, o de que llevamos en nuestro código genético el gen chafardero que nos hace babear ante los detalles más escabrosos de la vida de los demás y que la puta mierda de la telebasura no hace sino ponernos en bandeja aquello que nos gusta. No menos escandaloso es el caso del eccehomo de Borja, al que una octogenaria sin conocimientos de pintura restauró a su manera. Pues ahora hay colas para visitar el destrozo de la octogenaria y el ayuntamiento ha decidido sacar tajada y cobrar un euro de entrada para ver al monstruo. Y doña Cecilia, que así se llama la señora destrozadora de cuadros, ha declarado que ella también quiere cobrar derechos de autor. Así somos: si  un zumbado le clavara un cuchillo al cuadro Las Meninas, un enjambre de imbéciles que jamás habían visitado anteriormente el Prado se darían codazos en la fila para ver el destrozo. Aunque les cobraran cinco euros. Y el abogado del acuchillador pediría para su cliente una parte de la recaudación. Por derechos de autor.

Evaristo Torres Olivas
 

jueves, 4 de octubre de 2012

Los mosqueperros

Uno para todos, todos para uno. Ese era el lema de los mosqueteros. O de los mosqueperros. Y parece ser también el lema del PP y del PSOE cuando se trata de impedir que haya un poco de racionalidad,  sentido común y claridad  en el berenjenal de los salarios de los políticos. Los dos partidos, junto a PNV y CiU se le echaron al cuello a Rosa Díez que propuso  en el Congreso poner orden en el desmadre salarial de los políticos. No es que yo defienda a Rosa Díez, que me parece una de las políticas más endiosadas y aprovechadas—en el sentido de persona sin escrúpulos que busca obtener beneficio personal de cualquier situación—del conjunto de políticos españoles; y tengo la convicción de que Rosa Díez podría estar en cualquier partido siempre que ella fuera la estrella principal.  Pero en este caso, en el de poner orden en el desmadre de los salarios, tiene razón. Pero la reacción de los hooligans del PSOE y PP ha sido acusarla de “oportunista”. Así lo publica el Diario de Teruel del día 26 de septiembre.  Pero no es la primera vez que UPyD  dice estas cosas. En junio, el diputado en la Asamblea de Madrid Marcos Allo pedía lo mismo (ver video). Y en esa ocasión, IU, PP y PSOE también se subieron por las nubes acusándolo de demagogo. Especialmente agresiva es la diputada de IU, Libertad Martínez. Esta señora parece que ese día desayunó pólvora rebozada con guindilla. Tampoco tiene desperdicio lo que dice el diputado del PSOE José Luis García Sánchez. También ha desayunado zumo de tiburón y virutas de tornillo. A mí,  todo cuanto dice don Ramón Marcos Allo me parece que tiene sentido. Propone algo sencillo y fácil: elaborar un sistema retributivo para los políticos que sea racional, digno,  claro, sensato y transparente. Yo que he trabajado durante toda mi vida profesional en departamentos de Personal, o Recursos Humanos que se dice ahora (también Capital Humano y otras gilipolleces) puedo asegurarles que diseñar una estructura retributiva en función de responsabilidades y mérito solamente requiere voluntad y sentido común. Pero nuestros políticos, como se puede ver en estas reacciones a cara de perro, ni tienen sentido común ni buena voluntad. 

Evaristo Torres Olivas
 

miércoles, 3 de octubre de 2012

El “nojau”

Llevo unos días descojonándome de risa. O desternillándome, para no utilizar expresiones malsonantes. Mientras escribo estas líneas, no puedo contener la risa y los ojos se me llenan de lágrimas. No sé si podré terminar. El Diario de Teruel del 28 de septiembre pasado publica el siguiente titular: Arrufat, en una comisión especial del Senado sobre industrialización.  Esto es ya de por sí gracioso, ver el nombre de Arrufat asociado a la industrialización. Pero no más que ver a otros de nuestros políticos en puestos para los que no están capacitados. El descojone  o “desternillamiento” se produce cuando leo el nombre de esa comisión especial. Dejen de beber, de comer, de hacer ajoaceite o cualquier otra actividad que estén realizando en estos momentos. La risa que les puede entrar cuando escriba el nombre de la comisión puede ser peligrosa para usted y los que tiene alrededor: la bebida o comida que lleven en la boca puede salir disparada y se les puede cortar el alioli.  Advertidos quedan. La comisión especial se llama, tachán, tachán, Comision especial para el desarrollo de la internacionalización y ecosistema de la innovación al servicio de la industria española y del mundo en desarrollo.  ¡Con dos cojones! Entre los objetivos del engendro  está, según el senador Arrufat, “la evaluación del “know-how” existente en las empresas de cara a nuevos mercados no tan exigentes”.  Cuando uno lee estas cosas, además de mearse de risa—perdón, mondarse—le entran ganas de largarse de este país cuyos ciudadanos permiten que les tomen el pelo de esa manera. Que nuestros impuestos sirvan para pagar el sueldo y la pensión a una gente que pierde el tiempo en esas chorradas es para llorar, en este caso no de risa, sino de pena y de asco.  Que un político tan mediocre como Arrufat, que tiene serias dificultades para articular un discurso mínimamente coherente en español, y que no supo, por poner un ejemplo, evitar el deterioro y la sangría del Diario de Teruel,  se nos ponga a hablar de “nojau” existente en las empresas, es un chiste de muy mal gusto. E instituciones como el Senado, el Club de la Comedia.

Evaristo Torres Olivas
El "nojau" de nuestros políticos

martes, 2 de octubre de 2012

Predicar y dar trigo

A Gervasio Sánchez, el periodista y fotógrafo de Heraldo de Aragón, le han concedido el Premio Save The Children. En su discurso de agradecimiento no se pude decir que don Gervasio sea ambiguo o que se trata de un mero trámite. El señor Sánchez no pertenece a lo que él llama “periodistas que han dejado de ejercer el oficio más sagrado del mundo para convertirse en tristes copistas de frases hechas”, sino que se moja, se implica, se comprometo y se quita los pelos de la lengua antes de hablar. Si le entregan un premio, como el Ortega y Gasset en el 2008, o este último, dice que “aprovecho el impacto de ese galardón para decir lo que pienso, como cuando hago una exposición, en la que digo lo que pienso sin contemplaciones. En esos momentos, si puedo tocar los huevos y joder, lo hago con mucho placer”. Aunque estén presentes presidentes, ministros o alcaldes. Así, en el discurso del Ortega y Gasset les dijo en sus propias narices, entre otras cosas, lo siguiente: “Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo, y que me avergüenzo de mis representantes políticos”. Pero es que el pasado 18 de septiembre, cuando le entregaron el Premio Save The Children, volvió a la suyas y dijo: “Este empobrecido y endeudado país llamado España que yace en una UVI económica desde hace tiempo sin que los especialistas sepan qué hacer se ha convertido en la sexta potencia mundial en venta de armas. Aunque sorprenda estas cifras de record hay que recordar que las hemos conseguido con los gobiernos encabezados por el ex presidente José Luis Rodriguez Zapatero, el político que más ha instrumentalizado la palabra paz y que más ha vendido la idea de que el mundo puede mejorar con una alianza de civilizaciones”. Lo que viene a demostrar que lo del talante era un cuento chino, que una cosa es predicar y otra dar trigo, que cuando en una anterior columna decía que el PSOE es el PP con menos gritos, no andaba muy descaminado. Ya verán como con PP en el Gobierno seguiremos escalando posiciones en el ranking de venta de armas. Precisamente por eso, porque PP y PSOE son lo mismo.

Evaristo Torres Olivas
Gervasio Sánchez delante de dos fotografías de sus exposición VIDAS MINADAS

lunes, 1 de octubre de 2012

Dos lumbreras

Hay textos que se publican en los periódicos que necesitan leerse varias veces para enterarse de lo que dicen o para confirmar que lo que dicen es una gilipollez. Unas veces la culpa de que no se entienda se debe a la torpeza del periodista que ha redactado el artículo; otras tiene como responsables a los protagonistas de la noticia que dicen gilipolleces y el periodista no tiene más remedio que recoger, entrecomillado, lo que sale de sus boquitas.  A este segundo caso,  al de que los protas digan chorradas, pertenece la noticia publicada en el Diario de Teruel del martes, 18 de septiembre.  Dos descorbatados del PSOE—nunca he entendido la tontada de los socialistas de ponerse corbata en unos actos públicos y en otros no—Vicente Guillén y Javier Velasco, convocan una rueda de prensa para contar sandeces que he tenido que leer tres veces para asegurarme de que efectivamente son sandeces. Convocaron la reunión  para criticar al consejero de Obras Públicas del PP quien había afirmado unos días antes que “el aeródromo tiene rentabilidad social pero no económica”. ¿Y en qué consiste la crítica de los socialistas? Dice Velasco: “Si no se invierte ni un euro a no ser que se obtenga rentabilidad inmediata, en Teruel no haríamos ninguna inversión. Para conseguir rentabilidad están los bancos, mientras que el Fite (Fondo de Inversiones de Teruel) es para crear infrasestructuras que propicien la creación de empleo”.  Es decir, que con tanto palabrerío, viene a decir lo mismo que el consejero del PP, solo que utilizando tres veces más palabras. No aclara la afirmación rotunda de que los bancos están para conseguir rentabilidad.  ¿Qué tipo de rentabilidad? ¿Para quién?  Pero si eso dice Velasco, Guillén es infinitamente peor. Parece que le jode que el PP hable del aeropuerto y reclama al alcalde Blasco “un poquito de pudor cuando le ven pavonearse en Caudé”.  En todo este embrollo, el único que dice algo sensato es el director del aeropuerto, Alejandro Ibrahim: “Como todas las grandes obras, unos las empiezan y otros las terminan. No tengo problema en reconocer el esfuerzo de otras personas en el aeropuerto”.  ¿Por qué son siempre los menos espabilados los que se dedican a la política? Con algunas excepciones. Pocas.

Evaristo Torres Olivas