“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 11 de octubre de 2012

Diario de Teruel. Episodio cuarto y último

En las anteriores columnas he afirmado que, en mi opinión,  el Diario de Teruel necesita mejorar mucho. También que creo que la solución que ha dado el PP, y la que quería dar el PSOE en 2010, no han tenido en cuenta lo que pensaban el resto de los partidos. Y finalmente, que el PP, al igual que antes el PSOE, quieren ejercer un control sobre los contenidos de un periódico de titularidad pública. En esta última columna quiero dar mi opinión sobre qué se debería hacer en el Diario. Una solución que se le ocurre a cualquier ciudadano con sentido común pero no a los de los partidos, que piensan con  las neuronas contaminadas de la secta a la que pertenecen y ven limitada su visión por las orejeras de partido. Lo primero que debería haber hecho el PP es comunicar al resto de partidos y a los ciudadanos  cuál es la situación de partida: cuántos periódicos se venden, cuánto se recauda, a cuánto ascienden las pérdidas, quién compró las rotativas, cuándo, a qué precio, etc. En segundo lugar, una vez conocido el problema, proponer medidas para que el proyecto sea viable económicamente. Para esto no es necesario contratar a ninguno director-gerente. Los políticos se votan para gestionar y dar soluciones a los problemas, con la ayuda de los funcionarios cualificados de las instituciones. Si hay que contratar asesores externos, apaga y vámonos. Hasta aquí la parte empresarial. Para la segunda parte, la informativa, la única solución en un medio de titularidad pública consiste en el acuerdo entre todos los partidos para elegir a un director de consenso, que tenga total libertad para fijar los contenidos en función de su importancia informativa y no de lo que les dicten desde el partido que manda en la Diputación. Un director independiente que deje trabajar a los periodistas y que no los mande a perder el tiempo a cubrir ruedas de prensa en las que no se puede preguntar. Para los lectores, y también para los periodistas, tiene mucho más interés lo que pasa en un barrio de la ciudad, lo canutas que lo están pasando muchas familias, que las  descalificaciones, siempre las mismas, en las que se enzarzan los políticos, siempre los mismos. Es la única manera de que no lo sigan llamando el Lucha de Teruel.

Evaristo Torres Olivas

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha quedado claro que hace honor a la cita que figura como cabecera de su blog, de Horacio Verbitsky: "Criticar todo y a todos". "Ver y decir el lado malo de cada cosa" .
Por favor como me gusta la gente positiva, jajajajaja.
NB (nota bene, por si no conoce la abreviatura): en los ultimos 20 años el mundo ha cambiado; ¡¡afortunadamente!!

Eto dijo...

Gracias por advertirme de que el mundo ha cambiado en los últimos veinte años. Anda uno tan ajetreado con los quehaceres diarios que no se da cuenta de muchas cosas que ocurren. Y puesto que ha sido tan amable de avisarme, le agradecería que también me dijera si el cambio ha sido "palante" o "patrás".

Anónimo dijo...

Mientras lo público dependa de la orden o esté bajo la autoridad de los impresentable al mando de turno, es IMPOSIBLE que, en mayor o menor medida, no mangoneen un diario público.
Por supuesto, el capital privado tampoco garantiza de ninguna manera una información veraz y una independencia real. Entre otras razones, porque montar un periódico necesita de MUCHO dinero, y claro, los que tienen mucho dinero, si montan un medio de comunicación es: 1, para ganar dinero; y 2, para defender sus ideas.
Así, las personas de a pie nos pasamos toda la puñetera vida absorviendo la realidad con el prisma que los poderosos quieren que la veamos.
Así se explican muchas cosas.