“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 30 de noviembre de 2012

Un periodista sagaz

Hugo Miquele escribe un artículo de opinión todos los domingos en el Diario de Teruel. Este ciudadano no es periodista, pero lleva años haciendo como que lo es, gracias al privilegio del que disfrutan algunos partidos políticos para poder  convertir, en un pispás, a sus afiliados y simpatizantes en profesionales de cualquier especialidad,  sin que tengan que pasar por una escuela o una  universidad. Como en los cuentos: una princesa besa a un sapo  y, zas, se convierte en príncipe. Sin asistir al colegio  de príncipes, ni cursar un módulo superior de realeza ni un máster regio. ¡La cantidad de pasta que se ahorra el Estado en educación! Claro, que lo resultados tampoco son muy brillantes. Para comprobarlo, sigan la trayectoria de Hugo Miquele, a quien Biel besó y convirtió, al instante,  en periodista. Don Hugo, a cambio de disfrutar de los beneficios de una profesión que le ha sido regalada, ha renunciado a tener libertad y voluntad propia para convertirse en la voz de su amo. Ahora, desde las páginas del Diario de Teruel, se dedica a arremeter contra los socialistas. Que si la deuda de 840.000 millones, que si el cheque bebé, la desgravación de 400 euros y los Mercedes de los socialistas. También acusaba en 2011 a Ramón Tejedor, director general de la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión, de sectario y de estar al servicio de Eva Almunia, además de ejercer una manipulación en la televisión aragonesa similar al Canal Nou o a Telemadrid.  ¿A que no se atreve a escribir ahora, en sus homilías dominicales en el Lucha,  que las teles valenciana y madrileña ejercen manipulación? Y si es bien cierto que los socialistas regalaban cheques y desgravaban a troche y moche, por los mismos días, una alcaldesa del PAR de un pueblo con muchos molinos, se dedicaba a “gestionar” de forma poco ejemplar. ¿Se atreverá don Hugo a escribir una de sus columnas domingueras para ponernos al día de cómo controla su partido a los alcaldes y concejales díscolos y a contarnos cómo pudo la alcaldesa de La Muela campar a sus anchas sin que nadie en el partido se diera cuenta;  ni siquiera un periodista sagaz como él? Coño, sin pretenderlo me ha salido una columna que defiende al PSOE. Prometo que no volverá a repetirse.

Evaristo Torres Olivas

jueves, 29 de noviembre de 2012

Doy fe

Don Francisco Pizarro, hermano de don Manuel, ha sido elegido decano del Colegio Notarial de Aragón. El abuelo sería lo que fuera pero es innegable que algunos de los nietos le han salido brillantes. Manuel, abogado del Estado y Francisco, notario. Dos curros para los que hay que aprobar unas oposiciones duras. Y en los que se gana una pasta gansa. Especialmente el de notario. Es un curro cojonudo: el notario es un funcionario público con un salario privado. Y sin competencia. En otros trabajos, como el de médico, tabernero o dueño de una academia de inglés, se  instala otra consulta,  montan una taberna al lado o abren en el local de enfrente una franquicia de Home English y te han jodido el negocio. En el de notario, no. Tienen su territorio protegido y nadie les chafa el chollo. Seguramente, los notarios creen que la competencia es la base del sistema capitalista de libre mercado.  Y que la competencia es buena. Para todo el mundo. Menos para ellos. Doy fe. Don Francisco será muy listo, no lo dudo, pero en la entrevista que le hacen en el Heraldo de Aragón del domingo, 18 de noviembre, lo único que le preocupa es la pasta, los aranceles que cobran los notarios, la sostenibilidad económica la llama él (lo repite tres veces en la entrevista). Como se venden menos pisos y se gestionan menos hipotecas, se hace menos caja. Pobrecillos. Como no salgamos pronto  de la crisis, nuestros notarios y notarias se van a convertir en diezmileuristas. Tantos años de estudio, de quemarse las pestaña bajo la luz del flexo y de agujerear jerséis  por la parte del codo, para nada.  En otras profesiones las cosas están más claras pero a los pobres notarios el Estado los castiga con un sistema retributivo—o de sostenibilidad económica—muy injusto. Así lo explica don Francisco: “En la notaría, hay unos documentos cuyo coste del arancel es muy barato porque otros son más caros. Hay una especie de financiación de un documento con otro y el que más compensa es el de la compraventa o el préstamo hipotecario”.  Más o menos el mismo sistema que las impresoras: la máquina cuesta una miseria  pero ya verás cómo  te sablean cuando vayas a comprarles los cartuchos de tinta.

Evaristo Torres Olivas
Las cosas como son: a los notarios se les podrán reprochar muchas cosas pero no que escatimen en rayas para la firma
 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

El método inverso

Tomar decisiones o saber si las que toman otros son las correctas no es siempre fácil. Uno no puede saber de todo ni tiene todos los datos que le permitan valorar objetivamente todas las situaciones. Cada uno tenemos nuestro método para inclinarnos hacia una propuesta u otra de las que nos ofrecen. Algunos confiamos en lo que nos aconsejan personas a las que consideramos expertas en el asunto sobre el que hay que pronunciarse. En otros casos, nos ponemos del lado de las propuestas de los que tienen nuestra misma ideología.  Mi preferido, sin embargo,  consiste en escuchar a las personas a las que no les tengo ningún respeto y opinar o hacer todo lo contrario de lo que ellas dicen y hacen. Es un método infalible. Yo lo llamo el método inverso porque consiste en no hacer lo que nos aconsejan, en tomar el camino opuesto al que nos indican o en no votar a quien nos  piden que votemos. Imagínese que usted no sabe si es bueno o malo que España pida el rescate. Para informarse y emitir una opinión, puede comprarse todos los periódicos económicos, españoles y extranjeros; puede también pedirle consejo a un amigo economista de quien usted se fía. O puede aplicar mi método favorito, el inverso: ¿Qué piensa Botín sobre el rescate? Un titular del   Diario de Teruel de 22 de noviembre nos lo deja claro: “Botín ve signos de mejoría pero aboga por el rescate de la economía”.  El autor del titular miente un poco: el texto de la noticia nos informa de que Botín ve signos de mejoría pero es Alfredo Sáenz, consejero delegado del banco de Botín, quien afirma que necesitamos el rescate. Pero es una “mentira verdadera”, si se me permite el oxímoron: ya se cuidará Alfredo (Sáenz) de decir algo con lo que no esté de acuerdo Emilio (Botín). Es su portavoz. En resumen, que como  Botín y Sáenz son dos personas a las que no les tengo ningún aprecio, yo creo que el rescate es malo para los ciudadanos. Lo  que es bueno para Botín es malo para los españoles. La pasta del rescate se la llevarán los bancos y los ciudadanos que no  tenemos SICAV ni cuentas en paraísos fiscales, pagaremos con nuestros impuestos, como siempre, los desaguisados de los banqueros.

Evaristo Torres Olivas 

martes, 27 de noviembre de 2012

“Yo es que me parto y me mondo de la risa”

El Salón Amantes premiará la mejor broma a unos novios. No me lo invento;  que se le caiga una pierna a mi peor enemigo si les miento. Lo publica el Diario de Teruel del miércoles, 21 de noviembre.  Es la gran innovación de este salón que organiza por primera vez la Cámara de Comercio de Teruel que preside don Jesús Blasco, hermano del alcalde. Se nota que en esa familia hay talento e ideas a espuertas. Los reyes del I+D+i. Y no crean que el premio es moco de pavo. Niet. Nada menos que una estancia para seis personas en una vivienda de turismo rural a quien presente la mejor broma. Solo de pensarlo ya me meo de risa. Hace tiempo que  no voy a bodas, ni ganas que tengo de que mi inviten, porque entre el traje, el regalo y el hotel te gastas el sueldo del mes. Ahora ya no se lleva lo de cortarle la corbata al novio o el sostén a la novia para recoger perras; ni tampoco que los amigos le regalen la pasta  a los recién casados escondida en una placa de cien kilos de hormigón. Como los chicos ya no van a la mili, tampoco se estilan las putadas cuarteleras.  Ignoro si en los colegios mayores y en las residencias de estudiantes se sigue con la tradición de amargarle la vida a la gente. Pero para eso están don Jesús Blasco y sus técnicos: para recuperar viejas tradiciones y adaptarlas a nuestro tiempo.  Como quiero llevarme a mis amigos a una vivienda rural, aquí van mis propuestas de bromas para novios. La primera consistiría en que en pleno banquete de boda, se les acercara  un cartero con una carta certificada en la que se les comunicara a la pareja de tortolitos que se iba a proceder a desahuciarles.  Yo es que me parto y me mondo de la risa. La otra broma que propongo consiste en que los respectivos jefes de los novios les gritaran, durante la ceremonia en la iglesia o en el juzgado, que les despedían de sus trabajos. Y lo mejor de todo es que no les dirían que se trataba de una broma hasta que  volvieran del viaje de novios. No me negarán que se trata de unas putadas cojonudas, adaptadas a los tiempos de crisis. Si gano el premio,  tal vez me encuentre en la casa rural a los novios que creen que se han quedado sin piso  y sin trabajo y han tenido que cambiar el crucero por el Nilo o el viaje a la Riviera Maya por una estancia de un fin de semana en Gea de Albarracín.
Evaristo Torres Olivas
 

lunes, 26 de noviembre de 2012

Los premios


Que a uno le den un premio debe de ser una cosa buena. A mí nunca me han dado ninguno pero me lo imagino. Claro que, si se piensa bien, no todos los premios producen la misma satisfacción. Depende de qué premio sea y quién te lo da. Hay personas,  quienes reciben muchos premios, que se pueden permitir rehusar alguno. Como el escritor Javier Marías, que hace unas semanas rechazó el Premio Nacional de Narrativa. En este caso, Marías lo rechazó porque quien lo concede es el Ministerio de Cultura. Y con un tipo como Wert al frente, la verdad es que salvo que se necesiten los veinte mil mortadelos del premio, que no es el caso de Javier Marías, debe de dar un gustazo enorme espetarles a ciertas personas que se metan el galardón por el orto, como dicen los argentinos. Quien no rechaza ningún premio es nuestro incombustible José Ángel Biel. El PAR de Alcañiz crea un premio para celebrar el VI centenario de la Concordia de Alcañiz y no se le ocurre otra cosa que, en su primera edición, dárselo a Biel. Para que todo quede en casa. No sé si habrá sido una imposición del presidente del PAR, que es el propio Biel, o una decisión de los aduladores del partido en Alcañiz, para escalar puntos en la organización. Sea cual sea el método empleado, es una vergüenza. Una manera muy efectiva para desprestigiar un premio desde su nacimiento. ¿Qué diríamos si un premio literario se entregara al hijo del dueño de la editorial que lo concede, o que el premio Príncipe de Asturias de lo que fuera se lo entregara el príncipe a sí mismo o a su padre? Nos quedaríamos turulatos. Por varios motivos: porque es imposible que esos personajes destaquen en nada; porque no se puede ser juez y parte; y porque queda poco elegante crear un premio y dárselo a uno mismo. Pero a Biel y sus muchachos esas menudencias no les importan. Ellos son de los de moler gordo. En definitiva, que el premio Concordia de Alcañiz ha empezado muy mal su andadura. Estaría al mismo nivel de prestigio que el Premio Urdangarin a la Ética Empresarial, si es que a alguien se le ocurriera  instituir tal engendro.

Evaristo Torres Olivas


El burro mal esquilado.....

viernes, 23 de noviembre de 2012

Curiosidades

El fin de semana pasado estuve en Zaragoza. El domingo por la mañana, paseando por el centro de la ciudad, me puse a mirar escaparates y a  leer las placas de los portales y los rótulos en las fachadas de los negocios. Y a fotografiar todo lo que me resultaba curioso.  Como por ejemplo, la casa de comidas a la que nunca invitarían a la familia real: La Republicana. A escasos metros de ese establecimiento,  están la farmacia de don  Manuel Plaza Mayor y la peluquería de Pascual Sebastián, que además de cortar el pelo de los caballeros celebra tertulias . Tal vez a esas tertulias asistan gente distinguida, como el agente de seguros exclusivo, don Roberto Azanza o Francisco,  el hermano notario de Manuel Pizarro y nieto de un general con malas pulgas que llamaba de tú a Franco. Curiosa resulta la mezcla de saberes de la doctora Isabel Lasso: especialista en otorrinolaringología, medicina naturista y obesidad. Una mujer con olfato. Dos placas nos muestran cómo cambian las cosas con el tiempo: una antigua, gastada, de doña Conchita Ortega, corredor de seguros, y otra, con grafía mucho más moderna, de una corredora de lo mismo, llamada Tremps.  Hemos pasado de corredor a corredora, que es más correcto. Lo que no está tan bien es ejercer una profesión seria y ponerse de nombre Conchita; como tampoco estaría bien que el jefe de Neurocirugía de un hospital se llamara don Pepito o la directora de una central nuclear fuera doña Charito. Y mucho peor está que en un escaparate frente al Pilar se anuncien tortas de beato y tetas de monja. En ese lugar lo que corresponde es vender uniformes de cura, con la moda otoño-invierno en camisas negras y kits de celebrar misa. Los que no tienen perdón de Dios son los responsables de un centro de formación y atención a personas sordas: el cartel que anuncia sus servicios está infestado de faltas de ortografía; colocan las mayúsculas al buen tuntún. Pero todas estas curiosidades no son nada comparado con  las dos bombas colgadas en una columna en el interior del Pilar. Tal vez dentro de poco veamos a los curas celebrar misa con dos pistolas.

Evaristo Torres Olivas
 

 











Las dos últimas fotos no son mías sino copiadas de internet

jueves, 22 de noviembre de 2012

Periodismo manipulador

Portada del Diario de Teruel del domingo, 18 de noviembre. Noticia a tres columnas con este titular  en letras gordas, bien gordas: El plan del Agua invierte 62 millones en Teruel. Basta leer el artículo para darse cuenta de que ese titular es un engaño. En el texto de la noticia se dice que “en el periodo 2002-2015, el plan ha supuesto una inversión de 61,7 millones de euros”. Lo que es otro engaño porque si es un plan que va hasta el 2015 y estamos en el 2012, no se puede decir que ha supuesto sino que se estima que supondrá. Pero por si esto fuera poco, en la página dos se amplía la noticia, a cuatro columnas,  con este titular en letras gordas, bien gordas, igual de gordas que las anteriores: El Plan del Agua ha invertido en Teruel 62 millones en 214 pueblos. Y de nuevo, en el texto se nos cuenta que en el periodo 2002-2015 la inversión ha sido de 61,7 millones de euros. Esto es periodismo del malo. La realidad es que ni se invierte ni se ha invertido sino que se estima que se invertirá esa cantidad. Caben dos posibilidades: que quienes dirigen el periódico sean unos chapuceros o que intencionadamente manipulen la información para dar a entender lo que no es, es decir, unos informadores que desinforman en lugar de informar: unos desinformadores.  Yo me inclino por la segunda posibilidad, la de desinformar a propósito. El lunes escribí una columna sobre cómo el periódico mezclaba churras con merinas para inflar las cantidades ahorradas por la Diputación Provincial de Teruel. Ahora proceden de forma similar y juegan con las cifras de inversión y con los tiempos verbales. Esta es la renovación del diario pagado con dinero público. Junto con la columna fija de los domingos de Miquele, que ni es periodista, ni es independiente  ni escribe bien.  Su mérito: estar al servicio de los que están en el Gobierno de Aragón. Y de don José Ángel Biel. Las profesiones de político y periodista son las peor evaluadas en todas las encuestas.  Leyendo las páginas del Diario de Teruel, no se precisan argumentos adicionales para afirmar que la baja consideración que tenemos los ciudadanos de políticos y periodistas se la han ganado con todo merecimiento.

Evaristo Torres Olivas  

miércoles, 21 de noviembre de 2012

La huelga

La manifestación en Teruel el día de la huelga ha sido la que más gente ha reunido  en los últimos cinco años. Al menos de todas a las que yo he asistido, que han sido muchas. No voy a dar cifras para no entrar en batallas de despiste a las que nos tienen acostumbrados periódicos, policías y gobiernos. Cuesta creer que en estos tiempos en que somos capaces de calcular el número exacto de átomos en la punta de un alfiler, diseñar un GPS con un margen de error de medio metro o descifrar el código genético de cualquier bicho, cuando se trata de saber las personas que asisten a una manifestación, el margen de error sea de cientos de miles de personas. Pareciera que algunos, en vez de observar con los ojos de la cara, lo hacen con el del culo.  Diré simplemente que había mucha gente en esa manifestación. Y que se me revolvió el mondongo al ver a algunos socialistas como el exconsejero Velasco. Durante años, mientras su partido nos hundía cada vez más en la crisis, no se les veía en ninguna manifestación y en los doce últimos meses, desde que el mapa de España se ha teñido de azul pepero, no faltan a ninguna. Asco me dan. Tampoco me gustaron los discursos al final de la manifestación: son siempre el mismo rollo patatero. Mari Luz y Fina, Fina y Mari Luz, nos repiten el mismo discurso, siempre el mismo, lleno de lugares comunes, de frases hechas y largo, largo. Interminable. Toxo y Cándido hacen lo mismo. Sería suficiente con que hablara solamente una persona, por sorteo o por el método que creyeran conveniente, y que acortaran el rollo que nos sueltan. Quienes  vamos a las manifestaciones sabemos los motivos y no necesitamos que nos lo repitan, y menos por duplicado. Con dar las gracias por asistir sería suficiente. Y si quieren, que lleven siempre a Teodoro para que cierre el acto con una jotica improvisada. Al menos esbozaremos una sonrisa y no bostezos como cuando hablan los secretarios y  secretarias  generales de los sindicatos. La verdad es que en este país tenemos muchos sindicatos y muy poca afiliación. Me gustaría que hubiera tres veces menos siglas y veinte veces más afiliados. Nos iría mejor a los trabajadores.

Evaristo Torres Olivas
 

martes, 20 de noviembre de 2012

Tres, seis, tres

La actividad bancaria es necesaria. Debería  consistir en recoger el dinero de los ahorradores, pagando un interés, y entregárselo a los inversores cobrándoles un interés superior. La diferencia entre el interés cobrado y el pagado es la retribución del banquero por su trabajo y la de  sus empleados y por el riesgo, y por la mesa, el bolígrafo y la libreta donde se llevan las cuentas. El primer problema surge con la cuantía de esa gratificación. Si el banquero paga una mierda de interés al ahorrador y le cobra un huevo al inversor, ya no es banquero sino usurero.  Circula por ahí una regla, o un chiste, que define al antiguo banquero como un 3-6-3, una persona que lleva una vida cómoda pagando un tres por ciento de interés, cobrando el seis y yéndose a jugar al golf a las tres. Cuesta entender por qué esa actividad deba ejercerse por el sector privado y no por el Estado, que al igual que tiene el monopolio de la emisión de monedas y billetes, debería tener el control de los préstamos entre los ciudadanos. Pero dejemos ese asunto para otro día. Nos conformaríamos con que el banquero se limitara a recoger y prestar nuestro dinero a empresarios que se dedican a la economía productiva. Y que pagara impuestos por todos los beneficios obtenidos en esa actividad. Pero no es así. Los bancos hace tiempo que han dejado de dedicarse a financiar la economía productiva y se han lanzado a la especulativa, que no produce ningún bien para la sociedad sino solamente beneficios para los banqueros. Ya no les merece la pena perder tiempo para ganar un miserable tres por ciento, si con imaginación y dos golpes a una tecla de ordenador pueden ganar millones en segundos. Especulan con divisas, con futuros, envuelven mierda en paquetes atractivos con  nombres bonitos e inundan los mercados financieros. Hunden familias, empresas y países a golpe de ratón.  Apenas pagan impuestos, crean paraísos fiscales, administran fortunas de dictadores y mafiosos. Y obligan a los estados a que privaticen las pensiones, la sanidad, abaraten el despido, para que los estados dediquen el dinero que recaudan a dárselo a los bancos para que, dicen, no se colapse el sistema. Y el Banco Central Europeo le presta a los bancos dinero al uno por ciento para que estos se los presten a los estados al 7 por ciento. ¿Por qué? Porque lo dice la prima de riesgo, una hija de la gran puta, si me permiten la expresión, y porque el BCE no es un banco central europeo sino un banco central alemán.

Evaristo Torres Olivas
 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Apretón

Hay muchas maneras de mentir sin mentir. Y nuestra presidenta de la Diputación, así como sus subordinados en el Diario de Teruel, son unos expertos en ese arte. Supongan que yo les digo que un hombre se ha comido cien huevos. Lo primero que pensarán será que el pobre seguramente habrá reventado. Pero si más adelante se enteran de que los cien huevos se los ha comido en cuatro años, la alarma inicial desaparece inmediatamente. Pues algo parecido han hecho la presidenta Pobo y el DdT. Titulan un artículo del pasado día 5 de noviembre  La DPT ahorra 282.000 euros en contratos de servicios ordinarios. Parece una cantidad importante. Un subtítulo nos aclara que "la reducción de gasto roza en algún caso el 74% con respecto a lo previsto". Magnífico, espectacular, pensaremos. Eso sí que es gestionar. Para que todavía admiremos más la proeza, se acompaña una tabla en la que se ven cada uno de los conceptos, la cantidad presupuestada, la adjudicada y el ahorro tanto en euros como en porcentaje; y,  por supuesto, el total en negrita: 282.054,44 (-16,8%). Todo se viene abajo cuando se lee el artículo. No se sabe si el ahorro es anual o para cuatro años; puede incluso que algunas cantidades sean anuales y otras para el cuatrienio. Pero lo que llama la atención es el gasto en teléfono; según se cuenta en el artículo, durante los cuatro años anteriores (supongo que hará referencia a los que presidía el PSOE) se gastaron 916.000 euros. El PP lo licitó por menos de la mitad (440.000) y finalmente lo ha adjudicado por 280.000 euros. Ante tal barbaridad, lo primero que habría que hacer es enviar a la policía, al ejército, a los del tricornio, a los geos, a los cascos azules y a un destacamento de la OTAN para detener a los peligrosos delincuentes que han estado fundiendo nuestro dinero en teléfono. Para que puedan comparar, el Senado acaba de firmar el contrato de dos años con Movistar, por un importe de 364.000 euros. Incluye 440 teléfonos móviles, 300 de alta gama o media. En aras de la transparencia, estaría bien que la Diputación facilitara una lista de quién ha disfrutado de esos chollos en los últimos 5 años. Quién, qué y por qué importe. Y de paso que nos diga qué le han quitado y a quién para pasar de 916.000 euros a 280.000. Miren la foto que acompaña a esta columna. Fíjense en la figura detrás de la presidenta Pobo y de la diputada Buj. Un niño cagando. No es para menos. Con esta tropa a uno se le revuelven las tripas.

Evaristo Torres Olivas

viernes, 16 de noviembre de 2012

Fosos y cocodrilos

Un año lleva el PP gobernando en gran parte de España: Gobierno central, gobiernos autonómicos, provinciales, comarcales y municipales y cada día vamos a peor. Si es cierto que algunos ministros de Zp, como Leire Pajín, Bibiana Aído, o el mismo Zapatero, en muchas ocasiones,  daban grima, los Wert, de Cospedal, o Báñez, a mí me  dan miedo. Me acojonan. En tales circunstancias, debería alegrarme cada vez que el PSOE se enfrenta al PP en los parlamentos o en las instituciones. También debería alegrarme de ver en las manifestaciones a los socialistas obreros españoles. Sin embargo,  no es así: se me revuelve el estómago tanto en un caso como en el otro.  Es el inconveniente de tener memoria. Lo mismos, y con los mismos collares, que ahora despotrican contra el PP, con razón, son los que hace apenas un año gobernaban y no supieron resolver los asuntos que ahora quieren que arreglen los de Génova. En todas las encuestas y en todas las elecciones, a pesar de la gestión desastrosa de Rajoy y su cohorte o corte de dirigentes, el PSOE se hunde en el fango. Hay una regla que los socialistas no quieren entender ni cumplir: quien ha sido parte del problema no puede ser parte de la solución. Un pirómano no puede ser bombero ni un ladrón, policía. No es posible subir de nuevo a Primera con los mismos jugadores y entrenador que bajaron al equipo  a Segunda. Si creen que cambiando a Rubalcaba por Chacón o por Patxi López se soluciona todo, lo único que conseguirán es estrellarse de nuevo. El PSOE necesita una completa renovación, tanto de personas como de métodos. Necesita abrir puertas y ventanas, para que salgan todos los malos olores acumulados durante años y entre aire fresco, limpio, perfumado. No es tarea fácil, especialmente en los sitios pequeños como Teruel, donde  costará derribar el muro erigido por los velascos, guillenes y arrufates. Un muro sólido, con foso,  cocodrilos y arqueros en las aspilleras dispuestos a acabar con los osados que pretendan hacerse con el control del castillo. Y es que los estilos de mando y métodos de gestión de algunos partidos se parecen mucho a los de los tiempos feudales.

Evaristo Torres Olivas

jueves, 15 de noviembre de 2012

Otra vez el DdT

Al Diario de Teruel le dediqué cuatro columnas hace un par de semanas. Hoy le dedico otra ante la extrañeza que me ha producido la desaparición de la sección de opinión en la edición digital del diario. Lo primero que hago muchos días, antes de acostarme, es echarle un vistazo a las ediciones digitales de los periódicos. Y el primero, casi siempre, es el nuestro. La portada y la sección de opinión es lo que miraba  en primer lugar. Al día siguiente, leo la edición en papel. Desde el cinco de octubre se dejaron de publicar nuevas entradas en la sección de opinión y desde hace unos días, ha desaparecido la sección.  ¿Motivo? Habrá que preguntárselo al director-gerente o al director de contenidos o a la presidenta de la Diputación. O a los tres. Si esta es la impronta que quieren dejar los nuevos manipuladores de la información de Teruel en un medio de titularidad pública, no han podido elegir una peor. Tal vez creerán que de esa manera conseguirán aumentar el número de lectores de la edición de papel, la que hay que aflojar la mosca en el quiosco. Pero para ello tendrían que mejorar muchas cosas, entre ellas la calidad del Diario. Tanto formal como de contenidos. Y de pluralismo. Y de rigor. Diario de Teruel no es el New York Times. Por supuesto. Pero es que periódicos de asociaciones de vecinos o de agrupaciones culturales están mejor editados y son más plurales que el Diario. Identifican a las personas, para que todos sepamos quién es quién. Lo que no hace el Diario de Teruel. No  es muy honesto, a mi entender, que,  precisamente en la sección de opinión de los domingos, nos encontremos con una columna de una tal Miquele, sin dar más datos, solamente una dirección de correo: hmiquele@ gmail.com. ¿Y si hmiquele fuera Hugo Miquele, jefe de prensa de las Cortes de Aragón? Si, las mismas que preside un señor que muele gordo y que se llama Biel. No creo que sea muy ético ese proceder; no que escriba un señor del PAR, que tiene todo el derecho a hacerlo, sino que lo haga de manera camuflada, sin decir que es jefe de prensa de las Cortes. Bueno, pues esas cosas, señor director-gerente, señor jefe de contenidos y señora presidenta de la Diputación de Teruel, son las que desprestigian a un periódico y a los que lo dirigen. Y espantan a los lectores.

Evaristo Torres Olivas
Doña Carmen Pobo. polifacética:  lo mismo despachurra patatas que politiza un diario público o una universidad a distancia

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cerrado por huelga

martes, 13 de noviembre de 2012

Sobre el anonimato

Antonio Castellote, profesor y escritor turolense, escribía hace unas semanas un comentario a una columna de este blog. Terminaba su texto con estas palabras: “Soy Antonio Castellote. Los anónimos me resultan, por principio, vergonzosos”. Otro lector le contestaba de esta manera: “Antonio C., soy una persona anónima distinta de la anterior. A mí, al contrario, siempre me han hecho gracia quienes se vanaglorian de "ir con la cara por delante" en internet, por la sencilla razón de que, normalmente, no tienen demasiado que perder por hacerlo. Puedo asegurarte sin la más leve duda de que hay gente que para hacer lo que hace o decir lo que dice sólo puede ser anónima. Si le dedicas unos minutos a pensarlo quizá los respetes un poco más”. Yo me pongo del lado de Antonio. Entiendo también al defensor del anonimato, pero solamente  en algunos casos muy concretos. Lo que no entiendo ni comparto son las razones que aduce. Decir que los que dan la cara son los que no tienen nada que perder es, además de falso, una falta de respeto y una justificación de la, por lo general, actitud cobarde de los que se ocultan. Es querer convertir el vicio en virtud. Es cierto que en algunas circunstancias, mantener el anonimato es la única solución. Pienso en aquellos que facilitan información a otros para que la hagan pública. Si se conociera al “topo”, peligraría la obtención de información sobre muchos casos de corrupción, choriceo,  mangoneo y otros muchos delitos. Pienso también en los casos de denuncias a terroristas o a otros delincuentes: conocer la identidad del denunciante podría poner en peligro su vida. Yo creo que muchas conquistas sociales se han conseguido porque ha habido gente que ha dado la cara, se ha arriesgado, ha luchado abiertamente y en muchas ocasiones sí  han tenido mucho que perder, y lo han perdido.  Y otros muchos que nunca movieron un dedo, que se escondieron en el anonimato, no solamente no perdieron nada, sino que además se beneficiaron de lo conseguido por los que dieron la cara. Le recomendaría al defensor del anonimato lo mismo que le recomienda él a Antonio: que le dedique unos minutos a pensarlo.

Evaristo Torres Olivas

lunes, 12 de noviembre de 2012

Quien parte y reparte...

No me gusta nada José Bono. Varias columnas en este blog avalan esta afirmación. Ahora el hombre va recorriendo España –o Ejpaña como a él le gusta decir—promocionando sus memorias por las que ha cobrado un pastón de la editorial. La palabra que mejor lo define, en mi opinión, sería la de político populachero. Político populachero con un jetón que se lo pisa. Hace afirmaciones para quedar bien ante la gente pero después no hace nada para  cumplirlas y es el primero en beneficiarse del incumplimiento. Ya en 2010 declaró, con respecto a la forma de elegir a los candidatos de las listas electorales, que  “te ponen en la lista y si estás en buen sitio, sales”. Ahora, dos años después, en una entrevista en el Heraldo de Aragón del 8 de noviembre,  prosigue con la misma tesis y afirma que “lo que deberíamos es derogar una ley que permite elegir a los partidos pero apenas a las personas. La ley electoral sirvió, pero ya no sirve. Si usted quiere ser diputado, es más útil hacerse amigo de quien hace las listas que de quien las vota”. Bono es tan cínico como Urquizu, de quien hablé en la anterior columna. Parece que el cinismo es una característica de los socialistas obreros españoles: predican una cosa y hacen la contraria.  Si en el caso del don Ignacio, daba su juventud y bisoñez, cabía la duda de si era ingenuo o cínico, cuando hablamos de Bono no hay ninguna duda: don José es perro viejo, pulido por los jesuitas y acostumbrado a torear en todo tipo de plazas y a enfrentarse con “los de los partidos propios [que] son unos hijos de puta”, según dijo con motivo de la polémica de la placa de homenaje a la monja sor Maravilla de Jesús.  Si Bono dice esas cosas de las listas y de hacerse amigo de quien las hace, habrá que creerle: don José lleva más de 40 años como socio del club PSOE y sabe lo que se cuece. Aunque, pensándolo bien, tampoco hay que ser del PSOE ni tener mucha experiencia para darse cuenta de que Velasco, Guillén, Arrufat, Mayte y Larred son muy amigos de quien hace las listas. Aparecen siempre en buen sitio y salen. Algunos, como la señora Pérez, en más de una lista. Por si acaso. Incluso puede pasar que no sean amigos de quien hace las listas sino que las listas las hacen ellos mismos y será ese el motivo por el que quien parte y reparte se queda con la mejor parte.

Evaristo Torres Olivas

Tanto los de la imagen superior como los de la inferior, son siempre los mismos

viernes, 9 de noviembre de 2012

Es culpa de los políticos

Tengo dudas sobre si don Ignacio Urquizu, el sociólogo turolense de Alcañiz, profesor universitario y miembro de la ejecutiva del PSOE de Aragón, es un ingenuo o un cínico.Tal vez sea las dos cosas. El 29 de octubre, publicaba don Ignacio un artículo de opinión en el diario El País que titula ¿Es culpa de los políticos? En ese artículo pretende diluir la responsabilidad de los políticos que aparecen en todas las encuestas como el principal problema de España.  El primer reproche que le hago es que firma ese artículo como profesor de Sociología de la Complutense. Omite que es miembro de la ejecutiva del PSOE de Aragón. Un dato muy importante para que el lector pueda valorar la credibilidad que le merecen las palabras del autor. No se debe enjuiciar de la misma manera lo que diga un profesor sobre los políticos que lo que diga un político sobre sí mismo.  El segundo error consiste en  utilizar,  para referirse a los políticos,  la denominación tan poco científica, aunque muy utilizada, de clase política. En sociología, el concepto de clase se ha usado y se usa para estratificar a los ciudadados en función de criterios económicos: clase alta, media y baja, o como dice un conocido, ricos, pobres y de medio pelo. En la terminología militar, a los desharrapados se les encuadran en la clase de tropa.  Tal vez,  para el señor Urquizu, un político de su partido y uno del PP,  pertenecen a la misma clase. Y no precisamente a la de tropa. Allá él.  Muchos también pensamos que se parecen mucho: PP y PSOE están formados por una clase de personas que hacen de la política un medio de vida; en muchos casos, el único medio de vida. Y, frecuentemente, sin tener la preparación necesaria para el desempeño de una actividad tan compleja como es la política.   El resto del artículo es una sucesión de obviedades: que la responsabilidad de todos los males es también  de los economistas, los empresarios y los expertos. Cierto, pero en una democracia los ciudadanos elegimos a los políticos precisamente para que controlen a los economistas, a los empresarios y a los expertos y no para que se dejen controlar por ellos. Y el partido al que pertenece don Ignacio, el PSOE, es de los que indultan a banqueros como Alfredo Sáenz, y de los que dicen una cosa y hacen otra, convirtiendo sus promesas electorales en papeles con menos valor que un billete del Monopoly. Hasta aquí la "ingenuidad" de don Ignacio. El cinismo lo manifiesta cuando declara que los “partidos deban [deben] revisar su funcionamiento interno y reflexionar sobre cómo seleccionar a sus dirigentes”. Y termina su artículo afirmando que “nos deberíamos preguntar por qué muchas personas de enorme valía tienen escasa vocación política. Si seguimos despreciando a la clase política, será muy difícil convencer a muchas personas para que dediquen una parte de su vida a la gestión de lo público”. ¡Manda huevos! que diría Federico Trillo.  No es necesario ir muy lejos para descubrir el cinismo que encierran esas palabras: basta con ver el funcionamiento del PSOE de Teruel y Alcañiz. Los dirigentes de Teruel son siempre los mismos; las mismas caras ocupan los puestos mejor retribuidos legislatura tras legislatura y, lo que es peor, sin tener la preparación ni la experiencia necesarias. Quien siga las actuaciones  del PSOE de la capital y de la provincia sabe que la democracia no es algo que se practique mucho en ese partido. ¿Y cómo se llaman los que dominan el aparato y no permiten que gente más preparada  progrese? Los de siempre: Velasco, Guillén, Arrufat, Pérez y otros chicos y chicas del montón.   Del montón de los dirigentes mediocres. Los que quitan a un Callejero y ponen a un Ponz. Los que, como Mayte Pérez, se colocan en varias listas, para asegurarse el resultado de la quiniela (¡cómo si no hubiera canditatos en el PSOE para ser concejal o diputado autonómico!).  Ese es el motivo por el que los ciudadanos consideramos que los políticos que tenemos son los culpables de nuestros males. Y ellos son los que se están cargando la democracia entregando el poder a los empresarios, los banqueros y los expertos al servicio de los que no se presentan nunca a las elecciones.

Evaristo Torres Olivas
 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Pajarel

¡Qué poquica faena debes tener, pajarel, para dedicarle tanto tiempo a esto! Este es el comentario que enviaba un lector o lectora hace unos días. A esa persona no le gusta que critique a los políticos y me pide que de vez en cuando hable bien de ellos. Ya me lo pensaré. Pero no es de eso de lo que quería hablar sino de lo tierna que es esa crítica y de las diferentes percepciones que tiene la gente sobre lo que cuesta escribir. Empecemos. ¿Por  qué me parece tierna esa crítica? Tal vez sea el uso del diminutivo poquica, o de la hermosa voz pajarel, que designa a uno de los pájaros más bonitos que tenemos en España. O que me recuerde a mi padre, que cuando se enfadaba y quería ofender a alguien lo llamaba pardal, y que al ofendido más que rabia le producía risa. Tal vez debería yo imitar ese estilo en mis críticas a los políticos, para hacerlas más suaves y tiernas, para que no se cabrearan tanto. En lugar de llamaros ignaros y aprovechados, podría dirigirme a Larred diciéndole: ay, perillán, con lo poquico que te gustaba estudiar y trabajar y el chollico que tienes ahora; o al censor Arrufat, decirle: qué  malico te pone que charremos mal de , galán.  La verdad es que me costaría llamar galán a Arrufat,  con la percha que tiene, pero lo intentaré. En cuanto a las percepciones que tiene la gente sobre lo que cuesta escribir, al lector de la crítica le debe parecer que le dedico cinco horas diarias para escribir veinticinco líneas. Y la verdad es que no pasa de media hora. Por el  contrario, hace unos años, una persona me encargó que le escribiera—gratuitamente—un  pregón de fiestas. Le dediqué al asunto muchas horas. El pregón no se leyó. Me enteré después de que en mi escrito era el plan B, por si les fallaba el político  que habían elegido como  pregonero. Cuando me quejé de la falta respeto por no avisarme de tal circunstancia, la persona que me lo encargó me contestó que a mí eso no me costaba nada, que lo hacía en dos patadas. Como ven, para quien me llama pajarel, escribir cuesta un huevo. Y para la que me encargó el pregón, yo fui un pardillo. Ya ven, el pajarel y el pardillo son el mismo pájaro, pero qué diferentes suenan una y otra voz.

Evaristo Torres Olivas

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El besugo y los ojos saltones

La periodista Mariló Montero cree que en los trasplantes el alma del donante se transmite al receptor de un órgano.  Si alguien recibe el hígado de un asesino, lo más probable, según la creencia de  Montero, es que se convierta en asesino, en alguien con malos hígados. Pero claro, si funciona para lo malo, también para  lo bueno: recibir una córnea de un pintor famoso, hace que cualquier cosa que pinte el receptor pasará automáticamente de no valer nada a costar un ojo de la cara. Lo mismo pasaría si se recibe el riñón de un banquero: se pasa de ser un pelado a tener el riñón bien cubierto. El fallo de la teoría/creencia de doña Mariló es que todo hace de todo, que no tenemos órganos especializados, que el pensamiento radica tanto en el cerebro como en el corazón, los riñones o el culo. Ya sé que en el lenguaje corriente se utilizan expresiones como pensar con el culo o decidir por los santos cojones, pero las expresiones populares no son ciencia. Si a alguien le trasplantan un corazón sano, lo único que puede esperar es que le bombee la sangre, si un riñón, que filtre y elimine porquerías; si la herramienta de trabajo de un actor de películas de presupuesto para vestuario muy reducido, que le haga la competencia a Nacho Vidal.  Cuando la insulina que se inyectaba a los humanos procedía del cerdo, no por ello se convertían los diabéticos en marranos. Como tampoco recibir una transfusión de un malasangre convierte a nadie en un ser avieso.  ¿Y qué decir de lo que comemos? De ser cierto lo que dice la periodista, comer caracoles debería convertirnos en babosos, besugo nos haría tener los ojos saltones y conejo,  a los hombres, eyaculadores precoces.  Se han mofado mucho de la señora Montero, y con razón, porque un periodista no puede decir estas tontadas en estos tiempos. Pero tampoco debería decirlas la Iglesia y lleva muchos siglos contándonos historias de almas voladoras, resurrecciones y embarazos por obra de espíritus santos en forma de paloma. Y condenando el uso de los preservativos—dice que para defender la vida—cuando lo único que consigue es que, en este caso sí, se transmita, no el alma, sino el virus  que mata a  miles de personas,  la mayoría pobres,  esos a los que la Iglesia les dice que de ellos es el reino de los cielos.

Evaristo Torres Olivas

martes, 6 de noviembre de 2012

Las críticas y la envidia

Hace unos días estuve tomando una cerveza con una política a la que he criticado en este blog. Me decía la señora, quiero creer que con ingenuidad dada su bisoñez en política, que las críticas han de ser constructivas. Y de eso voy a hablar hoy, del oxímoron de las críticas constructivas. Hablar de crítica constructiva es una tontada equiparable a la de hablar de envidia sana. ¡Cómo va a ser sano desear lo que no se tiene o lo que posee el vecino! Yo la única crítica constructiva que admito es que versa sobre arquitectura y demás artes de la construcción, al igual que la crítica literaria lo es sobre literatura y la de arte sobre pintura, escultura y otras manifestaciones. La crítica, verse sobre lo que verse, ha de ser simplemente crítica, ni constructiva, ni destructiva, ni amable ni borde: la manifestación de lo que el lector, espectador, oyente, piensa sobre lo que ve, lee y escucha. Y cuando se ejerce sobre ciertos asuntos, como el circo de la política, en el que los payasos y malabaristas se dedican a ocultar, mentir, tergiversar y difamar, la crítica ha de concentrarse en los aspectos negativos, en el lado oscuro o, como dice Verbitsky en la cita que encabeza este blog, “ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”. La crítica, la opinión, ha de ser un contrapeso a la propaganda de los partidos, de los poderes fácticos y de los que controlan el ventilador de propagar las ideas de los poderosos. Un contrapeso relativo, ya que la desproporción entre la potencia de los altavoces de unos y otros es enorme. La crítica es apenas un picotazo de mosquito en el culo de un elefante o una cagada de mosca en un paisaje nevado.  Pizarro ha venido a Teruel hace unos días y ha aparecido en todos los medios, con varios artículos en el Diario de Teruel, otro tanto en el Heraldo, comentarios  en la televisión y en las radios. Y eso que sus palabras tenían poca sustancia; pero no importa, se trata de  impactos propagandísticos para sostener  el sistema capitalista. El contrapeso, la cagada de mosca, y el picotazo de mosquito en el trasero de esos paquidermos se ha tenido que recluir en algún foro y en algún blog de internet como este que leen solamente Maroto y su primo el de la moto.

Evaristo Torres Olivas  
¿Envidia sana?

lunes, 5 de noviembre de 2012

Los mercados y la chispa de la vida

La derecha y la Iglesia se erigen en defensores a ultranza de la familia. La Iglesia, además, defiende la vida comunitaria de los conventos y esas cosas. Está bien proteger a la familia. Y a la vida comunitaria. Si nos fijamos en cómo funciona una buena familia, veremos que el padre y la madre trabajan para sacar adelante a los hijos. Los hijos mayores ayudan a los más pequeños. Los más listos a los que tienen más dificultades. Si alguien  enferma, todos se sacrifican para cuidarle. En una familia que funciona, todo es de todos. Ningún progenitor sensato permite que el hijo mayor o el más goloso se coma toda la tarta de cumpleaños y deje a los demás sin nada. Y cuando los padres ya no están para muchos trotes, son los hijos quienes los cuidan. En una comunidad religiosa seguramente pasa lo mismo: nadie es más que nadie y todos colaboran por el bien del grupo. Aunque no he estado en ninguna, quiero creer que la hermana o el hermano cocinero no tienen más privilegios que el hermano o la hermana que cultiva el huerto o los que llevan la contabilidad o los que se dedican a otras tareas más “intelectuales”.  Y si la sociedad es la reunión de familias y de comunidades, debería regirse por las mismas leyes y principios: la solidaridad entre todos los miembros, nadie jode a nadie, los más capacitados ayudan a los que lo son menos, los mayores a los pequeños, los sanos a los enfermos, los hijos a sus padres ancianos. Pues no es así. Pizarro dice que nones. Pizarro y los entusiastas del libre mercado (menudo eufemismo). Para ellos, el que juega bien, gana, y el que no, pierde. El más brutote se puede comer toda la tarta y los demás que se jodan. El que más aviones de combate y tanques tiene puede robarle el petróleo a los que van en taparrabos  y con palos. Y si todavía creen en el cuento de que el mercado y la competencia son  los que mejor asignan los recursos y producen los mejores productos al menor precio para los consumidores, investiguen lo saludable que es la Coca Cola, lo que cuesta producir una lata de chispa de la vida y el precio al que se vende. Incluso Pizarro, que seguramente es un buen padre y un buen abuelo, sabe que cuanta menos Coca Cola beban sus hijos y nietos, mejor.  Y que venderla al precio que la venden, un robo. Claro que para ello,  en el mercado  libre y competitivo (jajaja)  de los mejunjes,  Coca Cola tiene una cuota mundial de más del 25%. El que le sigue, la Pepsi no llega ni a la mitad. Y cuando se domina el mercado de esa manera, pueden hacer lo que les dé  la gana y fijar los precios que quieran. De hecho el porcentaje del margen bruto de Coca Cola en el año 2011 superaba el 60%.

Evaristo Torres Olivas
En la familia, todo, aunque sea poco, se comparte
 

viernes, 2 de noviembre de 2012

(Des)encuentro en la Uned. Capítulo cuarto y último. Carmen y Paco

Cuesta entender que una institución como la Uned de Teruel esté dirigida por los políticos, pero así es. Cuando gobernaban los socialistas, colocaron de director a Lázaro Polo y cuando la Diputación pasó al PP, Pobo colocó a Ana Lafuente. A Lázaro Polo no le tengo gran aprecio personal, por varios motivos. Cuando yo escribía en el DdT, don Francisco se despachó conmigo  a gusto. No me molestó que me insultara, sino que los insultos estaban basados en datos falsos: me llamó indiano pagado de sí mismo, militante fanático de una infernal turba nutrida por peligrosos activistas, bobo ocioso e imbécil, entre otras muchas cosas. Como periodista don Francisco demostró ser un zote. Pero escribe bien. Especialmente si lo comparamos con su amigo Guillén. Y es un hombre culto. Al contrario que su amigo Guillén. El otro motivo por el que no me gusta Lázaro Polo es porque es una persona  sin criterio: tan pronto pone a parir a Labordeta como lo eleva a los altares cuando muere. Un día lincha a los socialistas y al siguiente hace de alfombra de Mayte Pérez durante las elecciones. Un veleta. Y con malas pulgas. Gente que lo conoce bien me cuenta que no es mala persona pero que cuando se le desata la lengua, algo que le pasa con frecuencia, es insoportable. Sin embargo he de decir que las dos veces que asistí a la Uned durante su mandato, los actos organizados fueron de gran nivel. Uno, una conferencia de Eloy Fernández Clemente, y otro,  un homenaje al poeta Miguel Hernández. A gran distancia del sarao organizado este año con Pizarro, en el que la nueva directora y Carmen Pobo le dieron  las gracias a todo dios menos a Lázaro Polo. ¿Por qué? No lo sé, pero lo puedo imaginar, conociendo a los dos actores principales: doña Carmen y don Francisco.  La primera prescindiría de él sin contemplaciones y sin darle ninguna explicación. Ni siquiera lo haría directamente, sino por persona interpuesta. Es su estilo pedestre. Al otro se le hincharía la vena y tal vez le dedicara a la presidenta alguna de sus filípicas. Porque a don Francisco, que me consta que es una admirador de su tocayo Quevedo, cuando se le desata la sinhueso tiene más peligro que un borracho con una motosierra. ¿Cómo se arreglará el asunto? En los tribunales. Por ese motivo en la presentación del nuevo curso, Lázaro Polo ni estuvo ni se le esperaba. Ni siquiera se pronunció su nombre.

Evaristo Torres Olivas

jueves, 1 de noviembre de 2012

Encuentro en la Uned. Capítulo tercero. Palabra de Dios

Para mucha gente en Teruel, cuando habla Pizarro es como si hablara Dios. Según palabras de Carmen Pobo, don Manuel es “persona muy querida por todos los turolenses". Vale. Aunque  también quiero dejar constancia de que yo soy turolense y no lo quiero ni gota. Nos habló el señor Pizarro de la crisis. Don Manuel  es un hombre con mucha agilidad mental y fluidez verbal. Se expresa bien—especialmente si se le compara con las lumbreras—Blasco, Pobo—que  tenía al lado en la mesa—. Es lo que tienen las personas que se expresan bien: hablan con tanta seguridad y tanto convencimiento que parece que todo cuanto dicen es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.  Nos contó muchas cosas ya archisabidas sobre origen de la crisis. Lo adornó con siglas en inglés, citas del Código Civil, Maquiavelo y Schumpeter  y parece que lo que dice es fruto de una profunda y original investigación. Pura apariencia, por mucho Glass–Steagall Act y mucha destrucción creativa schumpeteriana que cite. Causa asombro escuchar a esta gente hablar de las causas de la crisis y lo que estaba mal y lo que no se debiera haber hecho y de los abusos de los bancos. Si tan claro lo tenían todo sobre lo que estaba sucediendo, ¿por qué no lo dijeron antes, cinco años antes de que apareciera la crisis, por ejemplo? Pero lo peor de la lección inaugural de Pizarro fue la comedura de tarro: dejó claro cuál es el sistema que defiende, aquel en el que, según sus palabras “el que acierta gana y el que se equivoca pierde”. Más o menos como en el casino. También dejó claro la inmensa bibliografía que maneja al recomendar un libro editado por las FAES de Aznar sobre el Estado de bienestar en Suecia (ya se pueden imaginar el contenido de un libro sobre el Estado de bienestar editado por FAES).  Y por mucho que el alcalde Blasco diga que Manolo Pizarro es “todo sentido común”, a mí no me lo parece tanto. Su lección en la Uned fue un claro ejemplo de lo que nunca debería ser una intervención académica y más cuando los asistentes no tienen posibilidad de replicar o de hacer preguntas. A Pizarro le faltó rigor y  amplitud de miras, y nos despachó ideología a capazos.  

Evaristo Torres Olivas
“El ganado tiene que tener un pastor por delante y un perro guardián... cuando no se hace esto, el ganado se desparrama”. Palabras pronunciadas por don Manuel Pizarro en 2009. El Señor es Nuestro Pastor. Palabra de Dios.