“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 13 de noviembre de 2012

Sobre el anonimato

Antonio Castellote, profesor y escritor turolense, escribía hace unas semanas un comentario a una columna de este blog. Terminaba su texto con estas palabras: “Soy Antonio Castellote. Los anónimos me resultan, por principio, vergonzosos”. Otro lector le contestaba de esta manera: “Antonio C., soy una persona anónima distinta de la anterior. A mí, al contrario, siempre me han hecho gracia quienes se vanaglorian de "ir con la cara por delante" en internet, por la sencilla razón de que, normalmente, no tienen demasiado que perder por hacerlo. Puedo asegurarte sin la más leve duda de que hay gente que para hacer lo que hace o decir lo que dice sólo puede ser anónima. Si le dedicas unos minutos a pensarlo quizá los respetes un poco más”. Yo me pongo del lado de Antonio. Entiendo también al defensor del anonimato, pero solamente  en algunos casos muy concretos. Lo que no entiendo ni comparto son las razones que aduce. Decir que los que dan la cara son los que no tienen nada que perder es, además de falso, una falta de respeto y una justificación de la, por lo general, actitud cobarde de los que se ocultan. Es querer convertir el vicio en virtud. Es cierto que en algunas circunstancias, mantener el anonimato es la única solución. Pienso en aquellos que facilitan información a otros para que la hagan pública. Si se conociera al “topo”, peligraría la obtención de información sobre muchos casos de corrupción, choriceo,  mangoneo y otros muchos delitos. Pienso también en los casos de denuncias a terroristas o a otros delincuentes: conocer la identidad del denunciante podría poner en peligro su vida. Yo creo que muchas conquistas sociales se han conseguido porque ha habido gente que ha dado la cara, se ha arriesgado, ha luchado abiertamente y en muchas ocasiones sí  han tenido mucho que perder, y lo han perdido.  Y otros muchos que nunca movieron un dedo, que se escondieron en el anonimato, no solamente no perdieron nada, sino que además se beneficiaron de lo conseguido por los que dieron la cara. Le recomendaría al defensor del anonimato lo mismo que le recomienda él a Antonio: que le dedique unos minutos a pensarlo.

Evaristo Torres Olivas

16 comentarios:

Ariadna dijo...

Yo también me postulo en favor de dar la cara.
Mañana día 14 de noviembre, en la huelga general, seremos muchos los que demos la cara y perderemos una parte de nuestro salario. Otros, escudánsose en el pobre argumento de la pérdida de unos cuantos euros, ni se moverán de su asiento. Unos porque asienten a las consignas del gobienro, otros porque cruel presión empresarial los acusa con el dedo del despido, y otros(y esos son los peores desde mi punto de vista)porque dicen que no sirve para nada salir a la calle y además nos acusan con el argumento de que somos tontos los que si salimos y sí hacemos huelga. Aún no se enteran de que lo hacemos por nosotros y por ellos, aunque la solidaridad no esté en su vocabulario.
La cara se da, muchas veces, aunque te la partan o te esquilmen tu pobre salario, como es el caso. Lo del anonimato es por seguridad.
Yo daré la cara, por mí y por la sociedad, con dignidad y la conciencia tranquila de actuar conforme a pensamiento.
Nos vemos en la manifestación, Evaristo.

Abogado dijo...

Ariadna: yo soy de los que dicen que la huelga de un día no sirve para nada, teniendo en cuenta la actual coyuntura(mayoría absoluta del PP).Y te digo que hay que hacer huelga indefinida con insumisión civil, y los sindicatos con cajas de resistencia, que a eso deberian dedicar los millones que reciben. Sin esto, lo único que se consigue es esquilmar más la pobre economía doméstica. ¿A qué espera el pueblo para levantarse?

Anónimo dijo...

En las pancartas sindicales de la manifestación de mañana, por lo visto, entre otros lemas se pondrá, "hay cumpables, hay soluciones"; culpables los hay, entre ellos los sindicatos, soluciones, por favor que no se las guarden, pero que no digan que la solución es "invertir en la creación de empleo",que esta muy bien pero es una frase hueca, para salir del paso.

Yo remito mis aportaciones al blog como anónimo; expreso mi opinión libremente, como ante una urna y eso si, ni insulto ni expongo datos que comprometan a nadie, en este supuesto, si alguna vez se diese, pondría mi nombre.

Bernardinas dijo...

Yo no dije que fuera intolerable sino vergonzoso, y hablé del hecho, no de la persona. Es vergonzoso que uno no pueda decir su nombre, bien porque le acarrearía quebraderos de cabeza o, sencillamente, porque no se atreve, o bien, como era el caso, porque se escuda en ello para ofender.
De todas formas, me gusta que Evaristo publique ese tipo de anónimos porque tienen un alto interés sociológico. Viene bien saber cómo está el patio.
Pero hay algo en lo que la "persona anónima distinta de la anterior" quizá lleve razón: se está instalando en el país una especie de 'omertá', como en los viejos tiempos: no te signifiques, no te des a entender, etc. Casi nos habíamos olvidado de eso, y creo que es la consecuencia lógica de la pérdida de derechos ciudadanos por la que yo mañana también voy a hacer huelga.

Ariadna dijo...

Abogado, yo soy partidaria de hacer una huelga salvaje, algo que paralice al país, pero no encuentro eco más que en la red. Pienso que ya es hora de revólverse.
Mañana saldré, y lo haré por mi cuenta, alejándome de cualquier sigla ya que soy capaz de representarme a mí misma. Estoy cansada de mentiras, engaños y salvadores de la patria que sólo miran por su propio interés.
Por ahora son los sindicatos los únicos que pueden convocar. Yo espero que la desobediencia civil vaya ganando adeptos......

Ariadna dijo...

Por cierto, la parte del pueblo que no se levanta quizás lo haga cuando tenga las barbas empapadas.......

Luis Antonio dijo...

Ya hace tiempo que me pronuncié sobre el anonimato en este mismo blog en la misma línea de Antonio Castellote.

Pero también reconozco que los anónimos respetuosos no me molestan. Eso sí, no entiendo el porqué de su anonimato...

Anónimo dijo...

Como dice la canción de Los Mismos, La cosa está negra, negra.

Anónimo dijo...

Pues a mí no me verán NUNCA secundando una huelga de los sindicaleros, que han hecho del no trabajar su oficio. Mientras no haya una plataforma cívica que EXPULSE de ella a todo aquél que vaya con una pancarta de un partido o un sindicato, yo trabajaré siempre.
Y lo dijo muchas veces, ojito con que un sindicalero me venta tocando las pelotas, mientras él en la jornada de huelga se va a echar una mariscada a "seguir" como sus esbirros la lían por el país. (los jerifaltes de UGT y CCOO es lo que hacen, eso sí con sus relojes de 2500 eurazos, y en restaurantes caros).
Son exactamente lo mismo partidos y sindicatos, unos excusandose en que los elige el pueblo (yo no...) y otros excuándose en que defienden a los trabajadores (a mí no...)

Eto dijo...

El anónimo anterior es de los que piensan que con Franco no pasaban estas cosas. A él no le representa nadie y nadie le defiende. Se basta él solo para todo. ¡Qué valiente! Excepto para identificarse con su nombre y apellidos. ¡Qué huevos y qué ovarios se tienen escondido en el anonimato!

Anónimo dijo...

Qué equivocado estás Evaristo. Me imputas que pienso que con Franco se vivía mejor. Si lees bien lo que pongo verás que digo que no me representa la "casta" de políticos. Pero por experiencia propia te puedo decir que no me representan los sindicatos. En una ocasión en vez de defenderme fueron directamente a por mí, todo porque no era de su agrado lo que les decía.
Al final volvemos a lo mismo.. Yo detesto a los políticos, detesto a los sindicatos porque no son sino instrumentos de poder al servicio de quien ocupan los puestos de ese poder.
Anónimo, pues sí, no les daré ese gusto tanto a los políticos como a los sindicaleros. Son lo mismo, exactamente lo mismo.
Anarquía y Revolución !!! Pero sin siglas.
Si te gusta lo publicas, y si no me acusas otra vez de franquista.

Anónimo dijo...

Sigo siendo el anónimo Evaristo, al que le dedicas el adjetivo franqista
Qué tristeza más grande. Este islote en la inmensidad (este blog) y los que comentamos puede ser representativo de la sociedad.
Qué paso en España hace ya muchos años? Que los comunistas aplastaron con fiereza cualquier atisbo de anarquía.
Les acusaban de fascistas, por ir por libre, por no querer ir bajo la pancarta de UGT y CCOO.
Hoy pasa lo mismo...
Deseo con toda mi alma que de una puñetera vez este país y este planeta se vaya al carajo. Que reviente todo, que desaparezca. Que caiga un meteorito y nos mande a todos a freír churros.
La condición humana es despreciable, caníbal y asesina. Estamos predestinados a ello, a devorarnos.
Mientras disfrutaremos de la belleza, único reducto de disfrute personal e intransferible.

Eto dijo...

Lahuelga no solamente la apoyan los sindicatos de los relojes caros y restaurantes de lujo. También CNT y CGT que son de los tuyos, de los de anarquía y revolución. Pero claro, a ti no te gusta ninguna sigla. Sigue disfrutando de la belleza. Y de lo que consigan los agitadores de banderines que a ti ni te representan ni te defienden.

Anónimo dijo...

En fin Evaristo, me gusta leer tu blog. Me gusta el debate.
Pero ni entre tú ni yo habrá acuerdo.
Ni entre sindicatos, ni entre partidos, ni entre vecinos, ni entre socios de la Asociación Cultural o Deportiva, ni entre parientes próximos, ni entre razas, ni géneros...
Así somos los humanos.
No creo que consiga nada de la "casta", ni de los agitadores de banderines, ni de ninguna Iglesia o creencia.
Anarquía Evaristo sí, revolución? ya no creo en ella...
Y qué nos queda? el disfrute de la belleza, y lamentablemente el nihilismo.
En qué creer? ya no se puede creer en nada. Tristeza sombría es lo que queda.
Y un fuerte abrazo, porque aún lejano te siento próximo.

Anónimo dijo...

Un poco de calma, por favor, que estamos en los 'Ocho días de Oro' de El Corte Inglés.

Anónimo dijo...

Simplemente, si nos dedicamos a pensar en la tremenda variedad de razones personales, de estados de ánimo, etc... podemos encontrar razones para el anonimato. Hasta, en ocasiones, puede ser una simple cuestión de carácter de la persona.

No, no veo en el anonimato (depende de circunstancias, claro) ni cobardía ni vergüenza.

No todos, pero la mayoría de los que dan la cara en los medios o en internet (salvo si tienes un blog de cuidados del huerto...) suelen ser quienes no les queda más remedio que dar la cara por razones del cargo (público o privado) o quienes, de una manera u otra, saben que no les va a perjudicar el hacerlo. ¿Qué también hay quienes dan la cara y les puede perjudicar -y mucho-? Ya lo sé, pero son los menos. Y les felicito.

No sé, ¿tan difícil os es a algunos encontrar razones porque las que una persona no desea, en algunos casos, hacer las cosas identificada? ¿Sabéis dónde vivimos o no?

De verdad que no lo entiendo.