“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 26 de enero de 2021

Tú a Boston y yo a California

 Publicado en Heraldo de Aragón el 7 de febrero de 2021

Me ha costado escribir estas líneas. He escuchado las palabras del presidente Sánchez en las que elogiaba al ministro de Sanidad que “dimite” para presentarse a las elecciones catalanas, y las lágrimas no me dejaban ver las letras. Según Pedro Sánchez, Salvador Illa ha sido “un ministro extraordinario, una persona honesta, que ha evitado siempre la confrontación política en estos tiempos tan duros, nunca ha presumido de sus aciertos y siempre ha pedido perdón por sus errores, tiene una enorme vocación de servicio público […]”.  Qué hombre tan extraordinario, qué gran persona, qué capacidad para sacrificarse por los demás, he pensado mientras no dejaba de llorar y de sorberme los mocos. Tras unos instantes de reflexión, he cambiado de opinión y me he dicho que, si tan extraordinario y tan honesto ha sido el ministro Illa, ¿para qué narices se va, en unos momentos en los que el virus no está controlado y los contagios crecen como los ababoles en primavera?”. Ha sido tan bueno y lo ha hecho tan bien que Pedro Sánchez no ha tenido otra posibilidad que aceptar su dimisión o dimitirlo. ¿Se imaginan lo mismo en otras actividades? Es tan buen arquitecto que le hemos pedido que deje  de diseñar edificios en nuestro país. O es tan buena escritora, que no hemos tenido más remedio que prohibirle que escriba en nuestra editorial. Es tan buen futbolista que no hemos podido prohibirle que se vaya a otro equipo. ¿Y qué hace el presidente Sánchez? Manda al “honesto” y “extraordinario” Illa a Boston, y a Iceta a California, para ver si la flauta suena por casualidad. Y a la ministra Carolina Darias, que ejercía de titular de Política Territorial, la envía a Sanidad. Porque en política, cualquiera vale para cualquier cosa, lo mismo para un roto que para un descosido. Y es que, en el PSOE, y en otros partidos, un electricista puede ser ministro de Interior, un medio analfabeto, delegado de Nuevas Tecnologías o de Museos de una diputación provincial, o una persona que no tiene experiencia en nada, presidenta de una comarca o aspirante a senadora. Un país que elige a los peores para puestos de mucha responsabilidad está abocado al fracaso.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

ABOGADO dijo...

Eres muy condescendiente, no es medio, es analfabeto. Nunca pensé que se pudiera superar la incompetencia del gobierno Zapatero, pero estaba en el más absoluto error. Vivimos en el fracaso desde hace muchos años. Y no pienso que los de Rajoy estaban más capacitados.

Anónimo dijo...

El texto entresacado de las declaraciones de Illa, tras anunciar su marcha ayer en El País era claro: "Voy donde puedo ser más útil". Ni a propósito.
Es todo un problema de capacidad, no hay más.