Cuesta entender cómo personas con buena formación, especialistas en disciplinas científicas en las que el rigor y la precisión son imprescindibles, cuando se ponen a opinar de otros asuntos incurren en los lugares comunes, la dejadez y la falta de solidez de sus argumentos. Tal es el caso de don José María de Jaime Lorén, doctor en Ciencias Biológicas y en Farmacia, profesor universitario y prolífico autor. En su carta al director del pasado día 22 de noviembre, recurre a la descalificación, la manipulación y la propaganda para criticar al Gobierno. No tiene ningún reparo en utilizar las expresiones manidas, gastadas y rancias de la derecha. Acusa al Gobierno de querer “eliminar la libertad de enseñanza”. También de “negociar los presupuestos con los amigos de Maduro, de la ETA o con los independentistas catalanes”. Creo que para criticar la labor de Gobierno, algo saludable y necesario en una democracia, hay que recurrir a argumentos más elaborados y sólidos. Tanto Podemos como Bildu y ERC, partidos a los que se puede y se debe criticar, ocupan el lugar que les corresponde con el voto de los ciudadanos. Lo mismo que PP o Vox. Siguiendo el ejemplo del señor de Jaime, a esos dos partidos habría que llamarlos amigos del franquismo, de los dictadores y de los asesinatos de Estado. Porque si repugnantes es la historia de ETA y sus casi novecientos asesinatos, infinitamente superior es la cifra de víctimas de la represión franquista. ¿Qué libertad de enseñanza había en tiempos de Franco? Si el PSOE no debería negociar los presupuestos con los amigos de la ETA, tampoco debería hacerlo con los partidos que nunca han condenado el franquismo y fueron fundados, en el caso del PP, por ministros franquistas. Con esa estrechez de miras, esa falta de rigor, estaríamos permanentemente celebrando elecciones, salvo que algún partido obtuviera mayoría absoluta. Los amigos de ETA, de Maduro, los independentistas catalanes y vascos, los admiradores de Franco, de Hitler y de Mussolini tienen toda la legitimidad para pactar y negociar, siempre que cumplan la Constitución y las leyes y normas del Estado de derecho. Y don José María de Jaime debería proceder en sus críticas a los políticos con la misma meticulosidad y precisión que se supone que hace en su ejercicio profesional y en sus clases en la universidad.
Evaristo Torres Olivas
1 comentario:
Cierto. Pluralidad, diálogo y respeto.
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