Medio millón de visitas

Diez años, quinientas mil visitas. 10 años. 500.000 visitas. Una década. Medio millón de visitas. Mil novecientas entradas. Un blog que me ha dado muchas alegrías y alguna que otra pena. Más de las primeras que de las segundas. Muchas más alegrías que penas. Infinitamente más. He dicho lo que he querido y me han dicho lo que han querido quienes me han leído. Unos a favor, otros no tanto. En eso consiste la libertad de expresión. Siempre que se opine con argumentos y se eviten los insultos y las amenazas. Doy las gracias a todas las personas que me dan leído, han opinado y me han felicitado o criticado. Pero también quiero acordarme de todos aquellos, pocos, que no han estado a la altura de lo que su cargo exigía. Casi todos políticos. En primer lugar, Antonio Arrufat. Alcalde de La Cerollera, senador, presidente de la Diputación, delegado del Gobierno de Aragón, y ahora asesor de no se sabe qué con Lambán.  Cuando era presidente de la Diputación, me prohibió escribir en el Diario de Teruel. Un diario que se mantiene con dinero público y un presidente Arrufat, sin ningún criterio periodístico sino simplemente político, le exige al director que no publique ni una sola columna mía más en el periódico. Desde ese día, Antonio Ernesto Arrufat Gascón figura en mi blog como censor socialista obrero español. Y en cada intervención pública que hace, si yo me encuentro entre el público, cuando él toma la palabra, me levanto y me voy de la sala hasta que termina. No quiero tampoco olvidarme de Inocencio Martínez. En su etapa de vicepresidente de la Diputación, me llamó para amenazarme con llevarme a los tribunales por una columna que yo había escrito y en la que le mencionaba. Solo fue una amenaza porque nada más pasó. Otra amenaza vino de un señor que se identificó como abogado. Se dirigió a mí en una conferencia a la que asistí, me entregó su tarjeta y me insinuó que, si seguía por el camino de criticar al PSOE, podría tener problemas. Siento no recordar el nombre de ese abogado con métodos tan contundentes. Sí me acuerdo de Francisco Lázaro Polo, entonces director de la UNED de Teruel. Me llamó públicamente “bobo ocioso e imbécil”. Mayte Pérez, otra política que, al igual que Arrufat, es especialista en ocupar puestos, sean de lo que sea, esté o no preparada, se quejó en una presentación de la revista Turia de que yo siempre hablaba mal de ella. Me pidió mi teléfono para reunirnos y hablar. Nunca me llamó. Lo que duele de todo esto es que estos personajes  ocupen puestos de responsabilidad y les paguemos con dinero público. Ojalá, cuando se cumpla el millón de visitas en mi blog, no tenga que hablar de más gente como esta.

Evaristo Torres Olivas