Un sistema es un conjunto de elementos que, ordenadamente relacionados entre sí, contribuyen
a determinado objeto. Por ejemplo, un coche es un sistema compuesto de
centenares de piezas interconectadas que permiten que cumpla su objetivo de
transportar a las personas con seguridad. Todo sistema es tan fuerte como el más débil de sus piezas o elementos constituyentes. Un coche de carreras con un
buen motor, una suspensión magnífica y una aerodinámica perfecta será una
patata si le fallan los frenos. La democracia también es un sistema formado de
varias partes: una constitución, derecho al voto y a ser votado, existencia de
los partidos políticos, división de poderes independientes, libertad de
expresión, respeto de los derechos humanos. Y para que la democracia consiga
cumplir su objetivo de regular la convivencia en la sociedad, con unas
instituciones sólidas, con buenos servicios públicos, con pocas desigualdades,
toda la maquinaria ha de funcionar perfectamente. Si el poder judicial no es
independiente, la democracia será una patata; si los partidos son unas organizaciones
para delinquir, la democracia será una mierda; si no existe libertad de
expresión, la democracia será una birria; si no se respetan los derechos
humanos, la democracia será una porquería. Al coche de la democracia española
le fallan muchas piezas. Tenemos unos partidos corruptos que se financian
ilegalmente, con candidatos nombrados generalmente a dedo o mediante todo tipo
de artimañas; tenemos un sistema judicial que es de todo menos independiente; la libertad de expresión está seriamente amenazada debido a la concentración de
los medios en pocas manos (generalmente al servicio de los poderosos), y a las
leyes mordaza. Como rezaba el eslogan de los indignados, lo llaman democracia y
no lo es. Pero cualquiera que se enfrente a esta democracia de chichinabo es
inmediatamente tildado, curiosamente, de antisistema cuando lo que realmente
quiere es que funcione el sistema, que al coche de la democracia no le fallen
ninguna de sus piezas y sea capaz de ganar el bienestar, la justicia y la
felicidad del conjunto de las sociedad y no solo de unos cuantos privilegiados.
Evaristo Torres Olivas
1 comentario:
Por supuesto, también hay gente que es "anti-este-sistema" porque entienden que hay otros mejores que podrían regular la vida en sociedad. Pero se les reprime e invisibiliza aún más que a quienes quieren reformar lo presente.
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