“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 24 de mayo de 2017

El príncipe, la bruja y el bufón

El escritor y columnista Isaac Rosa escribió el pasado lunes, tras la victoria de Pedro Sánchez, una divertida columna en eldiario.es en la que juega a imaginar que el triunfo de Sánchez obedece a una conspiración, un plan de los poderes fácticos para rehabilitar a un partido que estaba hundido en el fango. El plan recurre a algo muy de moda, la construcción de una relato, o como les gusta decir a los pedantes, el storytelling. Para vender un producto, ya sea una mierda de mejunje negro con burbujas, unos muebles suecos desmontados o un político,  no es suficiente con colocar el nombre y la imagen del producto en un cartel. Hay que contar una historia, con final feliz, con un mensaje positivo, con una promesa de que el consumo de ese producto cambiará nuestras vidas a mejor. Este es el relato que podría deducirse del ascenso, caída y resurgimiento de Pedro Sánchez. Érase una vez un príncipe muy guapo de un país llamado PSOE, al que sus habitantes, llamados militantes socialistas, adoraban. Lo habían preferido para ocupar el trono frente a otros pretendientes y pretendientas que eran respaldados por los barones y otros aduladores de la corte así como por los popes. La historia de siempre, el pueblo llano, la chusma, los muertos de hambre, el tercer estado, frente a los nobles del partido y al clero encabezado por el papa Felipe. Como ven que sus privilegios están amenazados, el papa y los barones dan un tejerazo y deponen a Pedro, que así se llama el apuesto príncipe. Como en todo cuento, en este también hay una bruja malvada, llamada Susana y un personaje cómico de nombre Lambán. Al igual que en todo cuento que se precie, el príncipe Pedro es guapo e inteligente, la bruja Susana no es guapa ni inteligente y el bufón dice bufonadas  como “Susana es una trianera tocada por los dioses del socialismo y la política. Vas a ser requerida para parar, templar y mandar”. Finalmente, el pueblo, la chusma, los sans-culottes y los descamisados reponen a Pedro y dejan a la bruja y al bufón con dos palmos de narices. Y colorín colorado.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Curiosa paradoja la del Sr. Snchz. Si tras las pasadas elecciones se hubiese mantenido en el cargo, hubiese dado un sonoro NO por tercera vez a Rajoy, lo que hubiese traído, entre otras calamidades, unas terceras elecciones generales consecutivas. Terceras elecciones que hubiesen vuelto a dar un triunfo a Rajoy y el pobre Sr. Snchz, también con similares resultados, hubise tenido que dimitir tras perder por tercera vez. En cambio ahora, ahí lo tienes, dispuesto a segar cabezas en su partido, cual Ramiro II en la campana de Huesca, y con fuerzas para disputarle los votos que le robó el de la coleta.

José Luis dijo...

Me paice que el cuento acabará como todos los cuentos. El príncipe será príncipe hasta que los poderosos tomen la cúspide. Unas anticipadas elecciones dan al traste con todo. Y si el Presidente de Gobierno dice que nos las va a haber es porque haberlas, haylas. En su momento.