Evaristo Torres Olivas
martes, 10 de marzo de 2015
Salir en la tele
En tiempos de Maricastaña, cuando se quería resaltar la
calidad de un producto bastaba decir que se anunciaba en televisión. Cualquier
mierda, por el mero hecho de ser anunciada en la televisión en blanco y negro,
tenía la presunción de calidad, como si la caja tonta fuera algún tipo de
academia que concedía los premios a la excelencia. Hoy la publicidad, sin dejar
de utilizar la televisión, recurre a otras herramientas de persuasión más sofisticadas y
creativas, aunque igual de perversas.
Sin embargo, si en lugar de productos hablamos de políticos, salir en la televisión sigue siendo hoy, para mucha
gente, y también para los propios políticos,
una garantía de éxito y calidad. Lo de menos es la cualificación, la
experiencia y los logros y lo de más,
las veces que se sale en la tele o retratado en los periódicos. En esta
sociedad de la imagen hay una relación directa entre las apariciones en la
pantalla y en los medios y los votos que se obtienen. Ser famoso es lo que
cuenta. El único mérito de muchos políticos, y no solo de ellos ( también Belén
Esteban y Paquirrín, por ejemplo) es que
aparecen en televisión o salen fotografiados en periódicos y revistas. En
cualquier manifestación o acto público, los políticos se pelean por ocupar un
puesto en la pancarta de cabeza simplemente por salir retratados. Muchos, de
hecho, llegan, se hacen la foto y desaparecen. Da lo mismo que sea una protesta
por el Hospital de Alcañiz, los desbordamientos del Ebro o el día de la mujer:
allí están siempre los mismos en primera fila. Y también se encargarán de
colgar las fotos y los videos en sus cuentas de Facebook y en sus blogs, que se
suelen distinguir por contener, como los libros infantiles, muchos “santos” con
su careto y poco texto. Ser famoso—en lugar de
ser competente, tener ideas y
proyectos, haber conseguido éxitos profesionales—es la carta de presentación y
el único argumento de muchos para ponerse de primeros de la lista en cualquier
elección (siempre que sea para un puesto retribuido, claro). Que utilicen este
procedimiento los miembros de las elites extractivas—por no llamarlos casta, que no les gusta—está dentro
de lo esperado, pero que un miembro de la “izquierda transformadora” en un acto
al que asistí argumentara que se presentaba porque es conocido y, en otro
acto, un partidario de Podemos utilizara
el mismo argumento—no dijo que era conocido, sino mediático, que mola más—para
justificar su encabezamiento de un lista, es algo que me produce mucha
tristeza. Y una gran decepción.
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A samugazos
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1 comentario:
Los del PSOE (los que prometieron que harían un Museo Etnográfico en Teruel y luego nos dejaron con un palmo de narices) han buzoneado un díptico a todo color en el que denuncian que los del PP se comprometieron a construir un nuevo hospital en Teruel y finalmente lo han paralizado.
La redacción del folleto (eso sí, a todo lujo y color, como corresponde a un partido con dineros en la cartilla) es horrorosa. Con un desprecio absoluto hacia los destinatarios del mensaje, ni siquiera se han parado dos segundos a pensar dónde tienen que ir colocadas las comas. Deben creer que todos los turolenses somos ágrafos.
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