El pasado sábado, Vicente Guillén, que lleva camino de convertirse en otro
Velasco y batir el record de permanencia en puestos políticos bien retribuidos,
afirmaba en las páginas del Diario de Teruel que Javier Velasco “se ha dejado
la piel para luchar por Teruel y a favor de los turolenses”. Solo le ha faltado
añadir que lo hizo desinteresadamente. Sería magnífico si fuera verdad. Pero la
única verdad es que Javier Velasco dirigía el departamento de Obras Públicas
cuando Agapito, García Becerril y Esco hacían de las suyas en Plaza. A
diferencia de los otros, Velasco no ha sido imputado de momento. Solamente fue
a declarar como testigo. Alguien de
quien Guillén dice que su trayectoria es “impecable” ¿no se enteraba de los
tejemanejes de su segundo en el departamento, Carlos Esco (marido de Eva
Almunia)? ¿Tampoco se enteraba Velasco, que presidía la plataforma logística
Plaza, de lo que hacía el gerente de la misma?
No sería un mal ejercicio comparar el patrimonio de Velasco
y su entorno familiar con el de sus antiguos compañeros de la Escuela de
Capacitación Agraria. Se podría así conocer si es verdad lo que afirman muchos
políticos de que no están en política para enriquecerse. Si resultara que don
Javier se encuentra en peores condiciones que sus compañeros de Escuela, yo
sería el primero en reconocer que se ha dejado la piel por nosotros, dejaría de
incluirle en las listas de la casta y propondría que se le erigiese una estatua
en Teruel y otra en su pueblo leonés.
Evaristo Torres Olivas
2 comentarios:
Todo político es corrupto en función del poder que ostenta ya que este sistema se sustenta en la corrupción.
A éste le pasa lo que a la lideresa, que con semejante bomba debajo del culo, lo mejor es abandonar.
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