Gestión de la mala leche

No he publicado nada durante varios días. No ha sido ni por pereza ni por no tener nada sobre lo que hablar. Todo lo contrario, han sido el exceso de temas y la mala leche los que me han aconsejado no lanzarme al vacío sin red. Me conozco y sé que ante ciertos asuntos me babea el colmillo y puedo decir cosas que me mandarían directamente al juzgado. He preferido gestionar la mala leche,  dejar que se me pase el cabreo antes de lanzarme al ruedo del blog. ¿Y qué asuntos son esos? Pues la manipulación de la prensa que nos ha metido la monarquía de Felipe a martillazos, las gilipolleces del PSOE con sus primarias (nuestro Guillén y nuestra Mayte ahora resulta que se dan cuenta de que algo tiene que cambiar en el partido, de tal manera que todo cambie para que ellos sigan), los giros de IU, que de imponer a Willy Meyer sin consultar con el conjunto de los militantes y simpatizantes, ahora dice que las primarias es lo mejor y que la dimisión de Willy Meyer es un ejemplo de honradez, coherencia y no sé qué más. En los próximos días, ya más tranquilo, iré tratando cada uno de estos asuntos.
  Estos días de ausencia también me ha servido para cosas gratas: comprobar que tengo un club de fans en mi pueblo y que me echan de menos. Me preguntan si me pasa algo, si estoy enfermo. Claro, como me ven que he perdido 20 kilos y que ya no tengo la panza de Sancho, se cuestionan si es debido a que tengo la solitaria o padezco alguna enfermedad. La verdad es que estoy bien, mejor que antes, ya no me asfixio cuando me ato los cordones de los zapatos y he reducido los colesteroles, las tensiones y los azúcares a niveles normales.  También he descubierto que algunos días tenía más visitas que cuando escribía. Algo preocupante porque no sé cómo interpretarlo. Puede ser que los lectores me echaran de menos y algunos entraran varias veces para comprobar si había escrito algo; o también puede ser que mis enemigos entraran para asegurarse de que efectivamente se me había acabado la cuerda, que ya no los ponía a bajar de un burro. No es por presumir, pero me consta que tengo varios enemigos íntimos en el PP y el PSOE que leen este blog. ¿Cómo lo sé? Pues porque antes de tener el blog me saludaban y ahora no me dicen nada.
  En fin, que en los próximos días retomaré la costumbre de escribir una columna diaria—hasta el mes de agosto que me tomaré unas vacaciones—para estar en contacto con los lectores, que con sus comentarios y sus visitas, me animan a seguir.

Evaristo Torres Olivas