Cuando leo en el Diario de Teruel durante tres días seguidos
a tres cargos del PSOE diciendo lo mismo, exactamente lo mismo, o cuando leo en
el mismo diario en tres días consecutivos
unas declaraciones de la presidenta de la Diputación, del alcalde de la ciudad
o de otros cargos del PP contando la misma historia, me hago muchas preguntas y
me acuerdo de un reciente artículo de la periodista Olga Rodríguez titulado Y
entonces..., ¿para qué nos habíamos hecho periodistas? Me pasa también con otros periódicos, radios
y televisiones, pero como en vivo en Teruel,
me intereso preferentemente por los asuntos de nuestra provincia y mis
críticas se dirigen al Diario de Teruel y a las radios y televisiones que
tienen presencia en la provincia.
Si el PSOE o el PP
convocan una rueda de prensa para contar lo mismo de siempre, algo sin
importancia, vemos al menos media docena de micrófonos recogiendo las palabras
de Guillén, Arrufat, Blasco o Pobo. ¿Cuántos micrófonos y cuántos periodistas
están presentes en el portal de una
familia que se queda sin casa? ¿Cuántas entrevistas a familias con todos sus
componentes en paro se publican en los medios? ¿Cuántos micrófonos y cuántos
periodistas recogen la angustia de los jóvenes que no encuentran trabajo?
Ninguno, porque los micrófonos, cámaras y periodistas se ponen al servicio de
Manuel Blasco para que nos cuente que el jamón de Teruel lo va a promocionar
una cadena de pizzas y que se han limpiado unas farolas en el centro de la
ciudad; para que Vicente Guillén nos informe de que el PSOE ha vuelto; para que
la Cámara de comercio nos diga que ha impartido un curso básico de
emprendedores al que han asistido media docena de alumnos y para que los
panaderos nos anuncien que han hecho tres panes con forma de estrella o de
dinosaurio.
¿Es eso con lo que
soñaban los que ahora trabajan en los medios? ¿Soñaban con ponerse al servicio
de los que mandan, agachando la cabeza y oliendo a oveja y a borrego? ¿Por qué
un periodista se presta al juego de hacer noticia lo que no lo es? La salud, la
educación y la información son derechos fundamentales en una sociedad
democrática. Como dice Olga Rodríguez, “hay profesiones en las que el
mal ejercicio del oficio es casi criminal. Y el periodismo es una de ellas”. Un
médico que receta, a sabiendas, un medicamento que perjudica a nuestra salud,
un maestro que no prepara sus clases y un periodista que por miedo,
comodidad o dinero se presta a prostituir su profesión,
se merecen el desprecio de los ciudadanos.
3 comentarios:
http://www.rtpa.es/nacional:Rajoy-dice-que-Espana-ha-salido-de-la-UVI-preservado-los-grandes-servicios_111383988807.html
http://www.diariodeteruel.es/noticia/36381/el-ayuntamiento-ya-ha-salido-de-la-uvi
:-D
Lo cierto es que esa entrevista de Diario de Teruel es bastante incisiva, y casi cada pregunta es un problema puesto encima de la mesa. Otra cosa es lo que el entrevistado responda, pero el periodista tiene que escribir lo que le responden, no lo que cree que deberían responderle.
Yo creo que pensar que los políticos están ahí porque los periodistas los sacan en los medios es ningunear a la gente. El problema somos la gente. Somos tontos porque seguimos votando a los mismos. Y a mi no me ha vuelto tonto ningún periodista, porque entonces sería tonto y medio. ¿Y a vosotros?
No somos personas tontas. Sí somos personas. Con medios y conociendo un poquito la psicología humana se puede manipular a gran cantidad de gente. Con mil técnicas... y las usan casi todas.
Nuestros gobernantes y sus gobernantes nos venden como buenos (para sus intereses) y nos inculcan desde que nacemos hasta que morimos, constantemente, una serie de "valores", costumbres y creencias que les conviene que tengamos.
A estos efectos, ser una persona lista o tonta da igual, pues ellos saben que, si bien no pueden engañar a todos si a un número lo suficientemente grande para que todo lo demás venga rodado.
Las personas que "escapan" (sólo en parte, claro está) a hacer suyo dicho adoctrinamiento suelen poder hacerlo por casualidad; porque en un momento de sus vidas tuvieron una oportunidad real de plantearse otro u otros variados puntos de vista o posibilidades sobre los mismos asuntos sin tener incrustada previamente una percepción negativa de dichos puntos de vista alternativos (entre otras muchas posibles circunstancias).
Las cosas no pasan por casualidad, al menos no las que, como la libertad real de pensamiento de cada individuo, podrían cambiar muy mucho el actual estado de las cosas y sus beneficiarios.
No pueden dejar al azar el pensamiento de los explotados, deben dirigirlo si pretenden seguir manteniendo su tren de vida a costa de los mismos.
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