La semana pasada asistí, en Teruel, a la presentación de la revista Turia. La número
108. En 30 años. Un milagro diría, si fuera creyente. Siempre que asisto a las
presentaciones de la revista, siento una sensación de alegría por escuchar a
destacados escritores y otros personajes de la cultura hablar bien de una revista
que desde Teruel viaja por toda España y
por otras partes del mundo, a pesar de que nuestras comunicaciones por tierra,
mar y aire son de baja calidad. Pero también me cabreo, y mucho, porque se
utilizan estos actos para que un puñado de cenutrios, los políticos, nos
perforen los tímpanos con sus chorradas, siempre las mismas. En un acto
cultural como ese, en el que la cultura debería ser la protagonista, resulta que
de las seis personas que ocupaban la
mesa, cuatro eran políticos. De la hora y media que duró el acto, la mayor
parte lo consumieron el teniente de alcalde del Ayuntamiento, la presidenta de
la Diputación y Rudi, la presidenta de la DGA. También estaba en la mesa Biel,
pero no abrió la boca en esta ocasión: lo colocaron de atrezo, para salir al
día siguiente en los periódicos. Los actores principales de acto, Raúl Maícas y
el escritor Javier Cercas ocupaban una esquina de la mesa, mientras que Rudi y
el clavico del abanico Biel se colocaron en el centro, de estrellas
principales. Los políticos son como los gases, que tienden a ocupar todo el
espacio del recipiente que los contiene; como los gases fétidos que corrompen el
ambiente. Se puede entender que en la
presentación de una revista que está subvencionada por las instituciones hable
un político, en representación de todas,
durante un par de minutos. Pero que sean cuatro los que lo invadan todo,
como un cáncer maligno, es algo que no tiene explicación. O sí la tiene, y es
la que dio Raúl: que las letras sin las cifras no son nada. Y estos politicastros se creen que el dinero
de las instituciones no es de todos los
ciudadanos, sino que sale del bolsillo de los políticos y esto les da derecho a
ser la guinda de todos los pasteles. Al igual que el niño rico que es el único
que tiene balón e impone a los demás niños las reglas del juego, concede y
anula los goles o decide cuándo hay
penalti, y si no se acepta su criterio agarra el balón y se va, los políticos
de Teruel se piden siempre el puesto de delantero centro en todos los actos, ya
sea para inaugurar una granja de cerdos, un certamen de jota o la presentación
de una revista cultural. De cerdos y de jotas, tal vez alguno entienda algo. De
cultura, casi ninguno.
Evaristo Torres Olivas
Evaristo Torres Olivas
4 comentarios:
La permanencia en cargos políticos puede conllevar y conlleva a menudo que puedan llegar a pensar que el dinero público es suyo. Pero no es necesario ir tan lejos: lo que sí es real y legal es que el control de dicho dinero público lo tienen ellos, así que pueden actuar como si fuera suyo.
Estas situaciones en las que todos, como idiotas, permitimos que 4 miserables controlen la caja común nos perjudican gravemente.
Así se explican cosas como que habiendo puesto el dinero y habiendo dinero suficiente, el grueso de la población vea como le quitan prestaciones sanitarias (o que le hagan pagar dos veces), educativas, subsidios y ayudas, etc... aún teniendo dinero guardado para pagarlas.
Es patético poder permitirnos una Sanidad para toda persona y de calidad y no tenerla.
Somos tan tristes que los miserables lacayos les regalan miles de millones de euros nuestros a la banca y somos incapaces de hacer prácticamente nada. Mientras, la gente malvive sin luz, o en la calle, o agarrándose a los abuelos, o "robando" para poder comer... .
- O salgo en las fotos o rompemos la baraja, si no hay clavico no hay abanico, que hay que ir pensando en la próxima campaña.
A partir de ahora vamos a tener Biel hasta en la sopa.
La revista Turia está patrocinada por la DPT, el Ayuntamiento de Teruel y la DGA. Hasta ahí, vamos bien. La pregunta es: ¿Qué cojones pinta en el acto el presidente de las Cortes de Aragón?
http://heraldodeoregon.wordpress.com/2013/03/11/biel-no-es-tonto/
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