El cuarto de baño es para mí, y me consta que también para
mucha gente, un gran centro de lectura. En él tengo periódicos, revistas,
libros. Y cuando estos me faltan, leo las etiquetas de los botes de champú o la de la lista de ingredientes de la pasta de dientes. Ayer leí la
contraportada de un suplemento semanal de El País. Un anuncio del nuevo Renault
Clio. Letras grandes, enormes, con el nombre del coche. Caracteres gigantes con
el precio: 9.900€. Foto del buga en color rojo chillón. Eslogan en tamaño XL:
Reaviva la pasión. Otro en tamaño L, en inglés, que siempre queda bien: Drive
the change. Y unos regalos en letra muy legible: Seguro a todo riesgo gratuito
y dos años de mantenimiento gratuito. Hasta aquí todo en orden. Ahora viene el
truco del almendruco. Los mensajes en tamaño mini cagada de mosca que no lee ni
Superman con su visión de rayos X. Primero: el coche que se exhibe no cuesta
9.900 euros sino 13.535. Un 36 por ciento más. Es, para entendernos, como si
compramos por catálogo un aspirador y nos envían por Seur una escoba. El seguro
a todo riesgo tampoco es tal. Solamente dura una año y tiene una franquicia de
300 euros si eres mayor de 30 años, y de 600 si tienes menos. El mantenimiento
gratuito tiene un límite de 30 000 kilómetros o dos años, la condición que se
cumpla primero. Ni siquiera el precio de 9.900 euros es correcto. Primero,
porque para ello has de entregar un coche usado que se pueda acoger al Plan
PIVE-3 (vehículos con más de 10 años) y segundo, porque este precio solamente
es válido si financias la adquisición del vehículo a través de Renault
Multiestreno, por un mínimo de 6.000 euros. Total, nada es verdad en el
anuncio; todo es mentira, o como dice el mago Anthony Blake, "todo ha
sido producto de tu imaginación,
no le des más vueltas". Pero lo peor de todo no es que los creativos de la
agencia de publicidad de la Renault difundan esa propaganda, porque seguramente
cumple todas las normas. Lo grave es que nuestras autoridades, que tienen la responsabilidad de proteger al
ciudadano de los abusos y de las estafas, permitan que se nos engañe de esa
manera. Que nos den gato por liebre. Mientras, el hurto de una bolsa de pipas en una tienda será delito según el Proyecto de Código Penal aprobado por el Gobierno de Rajoy.
Evaristo Torres Olivas
Evaristo Torres Olivas
2 comentarios:
Y si fuera el único ejemplo ya ibamos bien... .
En esta mierda de sociedad te pagan fatal por currar bastante o mucho y te dejan sin un duro en dos días, sin ninguna necesidad de que derroches, con multitud de estafas legales.
Tu empresario te explota, se queda todos los meses con una parte de la riqueza que generas y te paga una mierda. Los empresarios que explotan a muchas otras personas como tú te sacan el sueldo miserable que te pago el otro.
Así, estamos todo el mundo trabajando (quienes pueden, claro), para que la riqueza, en la forma que sea, permanezca siempre y mayoritariamente en las mismas manos.
Lo que viene a ser la explotación de muchos humanos a manos de unos pocos de toda la vida... .
Lo mejor que has escrito desde hace tiempo.
Publicar un comentario