“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 16 de septiembre de 2013

58 escalones (2)

La responsabilidad de hacer una sala de exposiciones en la planta más alta del edificio más alto de un pueblo y sin ascensor no es solamente de los ediles que toman la decisión sino que es compartida con otras personas: el arquitecto municipal, los responsables de la institución que concede las subvenciones, el Gobierno autonómico y los ciudadanos del pueblo. No tiene mucho sentido que se subvencione una sala de exposiciones cuando ya existe una que apenas se usa. Alguien debería controlar estas cosas, algún servicio de inspección de las instituciones, el propio arquitecto municipal. Comentaba yo hace unos días este asunto con un concejal y me comentaba que los ayuntamientos deben engañar a veces a la administración que concede las subvenciones; si se dijera que se quiere arreglar el tejado y la falsa de una residencia, seguramente no  concederían la subvención, y ese es el motivo por el que se decide solicitarla para una sala de exposiciones. Es decir, que lo que funciona es la astucia y la picaresca, algo que llevamos los españoles grabado en nuestro código genético. No se conceden las subvenciones en función de necesidades reales sino de misteriosos criterios insondables. ¿Por qué se da dinero para una sala de exposiciones en la planta alta de un edificio sin ascensor y se niega si se pide para que se repare el tejado y la falsa de un edificio público? Nadie se ocupa de verificar que en ese pueblo no necesitan más salas de exposiciones, que ya tiene una  que está infrautilizada. Nadie se ocupa de hacer un inventario de las necesidades reales, de priorizarlas. Si a esto unimos la tendencia de los políticos que conceden las subvenciones a favorecer a los pueblos gobernados por su partido, el despropósito puede ser monumental. Así nos podemos encontrar con un pueblo con tres salas de exposiciones que apenas se utilizan y otros con una guardería que se cae a pedazos, o un parque sin bancos, invadido por la maleza. Echen un vistazo a sus pueblos y verán cómo se malgastaron ingentes cantidades de dinero público en proyectos innecesarios o que al poco tiempo se deterioraron por  falta de mantenimiento.

Evaristo Torres Olivas

3 comentarios:

Unknown dijo...

Esto te dice algo?
https://236ws.dpteruel.es/geoteruel/#

Eto dijo...

Conozco y he consultado la encuesta en varias ocasiones. Sirve para subvencionar dos salas de exposiciones en un pueblo que en siete años no ha presentado más de media docena de exposiciones.

Unknown dijo...

Como siempre volvemos a lo mismo