Barrer la mierda

El pasado martes, este diario publicaba a doble página y a todo color un extenso artículo firmado por F.J.M. Más que como artículo periodístico, habría que incluirlo en la categoría de publicidad y propaganda. Se trata de dos páginas destinadas a vender el producto Pobo & Abril, o PP&PAR. Me produce mucha tristeza, y también rabia, comprobar cómo un buen periodista como Francisco J. Millán, se ve obligado a ejercer de amanuense, voz de su amo, o secretario, para reproducir de la mejor manera posible una rueda de prensa en la que no se puede preguntar y en la que Pobo y Abril sueltan sus sandeces sin que nadie pueda cuestionarlas. ¿Y qué dijeron Pobo y Abril? Lo de siempre: eficacia y eficiencia, transparencia,  más por menos y cuatro chorradas que repiten una y otra vez. Ah, y Pobo,  con su característica rudeza y su mal gusto,  diciéndole a Arrufat  “que no saque pecho porque no tiene motivo”. No es que quiera defender al censor, que no se lo merece, pero doña Carmen, a la hora de criticar podría afinar un poco más. Tampoco afina cuando ni siquiera es capaz de nombrar correctamente  la institución de la que es presidenta. “Hemos puesto en orden en todas las entidades que teníamos en Diputación”. Ignora  que los artículos sirven para algo. Al igual que nadie debe decir que trabaja en ayuntamiento sino en el ayuntamiento, debe decirse la diputación y no diputación  a secas. Porque no es lo mismo sacar pecho que sacar un pecho. Pero si desafortunada es la actuación de doña Carmen, peor es la de Abril. Mientras Pobo arremete contra el PSOE, Abril afirma, según cita el periodista del Diario, “que no se arrepiente de las políticas seguidas entonces [cuando el PAR gobernaba con el PSOE] porque la coyuntura era distinta, mientras que ahora comprenden que debido al endeudamiento hay que hacer otro tipo de políticas “de las que también nos sentimos orgullosos””.  En resumen, que se sienten orgullosos de cualquier política siempre que  ellos, el PAR, sigan gobernando. Los ciudadanos no debemos sacar pecho, pero sí una escoba para barrer tanta mierda de las instituciones.

Evaristo Torres Olivas