“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 29 de julio de 2013

Cuentos chinos

Publicado ayer en el Diario de Teruel

En la columna del pasado miércoles, Café gratis, Javier Millán nos cuenta un cuento que no es un cuento chino. Los cuentos chinos son mucho más creativos e imaginativos. Para mendigarnos que compremos el periódico, don Javier nos endilga una historia de un señor al que se le ocurrió regalar el café en su bar y fue su ruina porque los clientes, la policía y el juez le obligaron a seguir regalando el café hasta su muerte. Y entonces dejó de haber café gratis para siempre.
 Por analogía, al final de la columna, don Javier nos cuenta que si leemos el periódico en el bar, en la oficina, lo “mangamos” de un buzón, sin gastarnos un céntimo, habrá un día en que se morirá el periódico y habremos acabado con la prensa para siempre. Demasiado simplista. Y poco imaginativo. Si el dueño de la cafetería hubiera sido más creativo, no se habría arruinado y no habría tenido que renunciar a regalar el café. Es lo que hacen muchos bares: si te gastas la pasta en la cena, te regalan un chupito de hierbas, de orujo o de lo que te apetezca. Es lo que hace una cadena de hamburgueserías de Madrid, que con el menú te “regala” cuantos vasos de cola puedas beber. Hasta reventar. ¿Y qué hacen chinos de las tiendas de su mismo nombre para sobrevivir? Pues vivir en el local y abrir 18 horas al día.
¿Qué debería hacer la prensa escrita para no desaparecer? Mendigar a los ciudadanos que compren periódicos por caridad, como pretende don Javier, no es una buena solución. Pedir a los jueces que se prohíba leer la prensa en bares, bibliotecas o en internet, solo es imaginable en Corea del Norte o en algunas otras repúblicas populares o bananeras. Para que un ciudadano prefiera gastarse el dinero en una periódico en lugar de en una cerveza, las empresas deberán echarle imaginación. Si internet, la radio y la tele me ofrecen lo mismo y gratis, seguiré consumiendo cervezas y le echaré una ojeada al periódico en el bar. Si un periodista se limita a reproducir las palabras de Carmen Pobo y Francisco Abril, al igual que haría un magnetófono o un taquígrafo, seguiré prefiriendo la cerveza. Los economistas ya hace tiempo que le han puesto nombre a este tipo de dilemas: coste de oportunidad lo llaman: si compro el periódico, el coste de oportunidad es renunciar a una cerveza; pero si me tomo una cerveza, el coste de oportunidad es cero, porque el periódico lo leo gratis en el bar mientras me tomo la cerveza; especialmente si el periódico es superficial, está mal escrito y no me aporta nada adicional a lo que ya he escuchado en la radio, la tele o en internet.
 La prensa y los periodistas nunca morirán,  porque los humanos necesitamos que nos cuenten lo que sucede a nuestro alrededor y nos gusta que nos lo cuente alguien que sabe hacerlo; con rigor, amenidad, independencia y libertad: un periodista.
Ah, se me olvidaba: yo compro algunos periódicos. Y otros que  compraba,  he dejado de comprarlos y ya no los leo ni en el bar.

Evaristo Torres Olivas
Villarquemado

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero el señor Millán no explica cuanto dinero se gasta él en periódicos. ¿No será que también él se los lee en internet y en el bar y que lo quiere es que los demás nos gastemos el dinero en periódicos mientras que él no se gasta nada? No sería de extrañar. A ver si lo que pasa es que ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el propio.

Anónimo dijo...

...."de los dos, muere el malo, un exjefe de recursos humanos que intenta redimirse de su pasado pero que al final recibe su justo merecido. Aunque el lobo se vista de oveja, lobo se queda". ZAAAAAS, en toda la boca