Putuntunes y rompompones

Afirma la periodista argentina Leila Guerriero que hay dos tipos de periodismo: el bueno y el malo. Al segundo tipo pertenece el que cultiva Maribel Sancho Timoneda, delegada del Diario de Teruel en el Bajo Aragón. Contribuye a extender la idea que ha hecho fortuna con el auge de las redes sociales, los blogs y los periódicos digitales: que lo que hacen los periodistas lo puede hacer cualquiera. Yo iría aún más lejos: la señora Sancho escribe mucho peor que cualquiera. El martes, 2 de abril,  doña Maribel ocupa la contraportada entera del Diario de Teruel con una columna de opinión y una entrevista a Antonio Royo, un vecino de Calanda que nos habla de la Semana Santa de su pueblo. La columna de opinión es horrible. Doña Maribel desconoce el uso de la mayúsculas (lo mismo escribe día de la mona que Día de la Mona, de la Rosca, del roscón o de la rosqueta); recurre a tópicos  y los presenta como algo novedoso (afirma que su madre tiene mucha razón cuando dice que nunca te acostarás sin saber una cosa más); escribe frases absurdas (“encuentro que la Wikipedia tiene  una entrada  muy digna para explicar qué es el Día de la mona”).  Es una columna sin sustancia. Pero mucho peor que la columna es la entrevista. Acumula todos los errores en los que nunca debería caer un periodista. Veamos. Una persona que no sea de Calanda o que no conozca bien la Semana Santa de Calanda, no se entera de nada de la entrevista. En el subtítulo nos dice que don Antonio Royo “coordina la Semana Santa desde que en 1974 se rebeló contra un cura para defender a los putuntunes”.  Lo de que coordina la Semana se lo inventa doña Maribel. Se menciona la palabra putuntunes tres veces antes de explicar qué significa (guardias romanos). Más adelante,  el entrevistado pronuncia unas palabras que la entrevistadora debería haber explicado, para evitar confusiones. Dice el señor Royo: “Envié a mis legionarios romanos a que rodearan el Sepulcro y en vez de dejarlo en la iglesia lo dejamos en el Pilar.” La periodista debería haber aclarado que no se trata del Pilar de Zaragoza, sino de un templo de Calanda que tiene el mismo nombre. Pero si la confusión no fuera ya  suficiente, todavía se complica más. Después de repetir seis veces la palabra putuntunes, Antonio Royo Albesa termina la entrevista con esta sentencia: “Además, entre otras cosas, yo llevo una cruz larga en las procesiones que es la cruz de mando de los cocoteros”.  Cocoteros, putuntunes y el Pilar. Y Maribel  Sancho Timoneda, delegada del Diario de Teruel en el Bajo Aragón, contribuyendo a desprestigiar todavía más la profesión de periodista.

Evaristo Torres Olivas

Putuntunes y cocoteros