“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 17 de abril de 2013

Perder tiempo y dinero

Una sala decorada con mucha solemnidad: maderas oscuras, cortinas espesas, lámparas de esas que si te caen encima, te escachan. Parqué reluciente como un espejo. Ordenanza uniformado. Mesas macizas dispuestas en U y sillones forrados  de cuero. Micrófonos.  Para los espectadores de la función, sillas de plástico barato. Los protagonistas, los que se sientan en las butacas de cuero: señoras y señores que aparentan seriedad. Y empieza el despiporre. Hablan cuatro. Los demás, floreros con forma de persona. El actor principal, Manuel, pronuncia estas palabras: “Lo que normalmente no es normal nosotros lo hemos querido hacer normal”. O estas otras: “Estamos haciendo lo que creemos que estamos haciendo y dijimos lo que dijimos”. Mis favoritas: “No se  avanzó lo suficiente porque no se hizo prácticamente nada". La coprotagonista, María Teresa,  le contesta con estas otras: “Has tirado de argumentario, Manolo” y “te has puesto digno”. Hay otros dos actores, José María y Paco, que intentan reconducir la acción por la senda de la seriedad, pero son eclipsados por Manolo, su chulería y sus exageraciones o por Mayte, su demagogia y su incontinencia verbal. Los cuatro curiosos que ocupamos las incómodas sillas de plástico nos aburrimos. Una periodista hace crucigramas en el móvil. Sopor. Uno ha ido al espectáculo creyendo que iba a asistir a un debate de altura sobre asuntos de la ciudad de Teruel  pero se encuentra con que le hablan de pensiones, sanidad y rentas básicas, asuntos que no deberían figurar ni en el guión ni en la partitura, porque no son competencia de esa institución. Estoy hablando del Ayuntamiento de Teruel y del pleno del pasado día 9 de abril. Más de dos horas de tostón—según mi vecino de silla, habitual en los plenos,  ha sido uno de los más cortos—con actuaciones de nivel ínfimo, aderezadas con cuatro frases de la jerigonza legal de los funcionarios.  En resumen, un alcalde y veinte concejales reunidos durante dos horas, para que solamente hablen cuatro,  sobre asuntos sobre los que no tienen competencia—y de los que son, con alguna excepción, incompetentes—, y  entre todos, los que hablan y los que actúan de florero, se llevan unos cuantos miles de euros del erario.

Evaristo Torres Olivas

2 comentarios:

Abogado dijo...

Y LOS CIUDADANOS SIGUEN VOTANDO...

Anónimo dijo...

Misma situación en los plenos de la Diputación Provincial y en los de las Comarcas. Asi que perdida de tiempo y dinero multiplicado por....