“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 26 de febrero de 2013

Alfombra, altavoz y lacayo

Me dan ganas de dedicar una sección en este blog a Hugo Miquele. Ayúdenme a buscar un buen título para etiquetar a este personaje. Tal vez debería copiar el título de su deposición en el Diario de Teruel del domingo, 17 de febrero: El último cabestro. El ciudadano Miquele es un caso que debería ser estudiado en las facultades de psicología,  en la asignatura de trastornos de la personalidad, como ejemplo de narcisista. Una persona como él, que jamás ha pisado una facultad de periodismo,  que maltrata nuestro idioma domingo tras domingo, que lleva años combatiendo en las trincheras del PAR de Biel, no se sonroja al llamarse periodista en las páginas del Diario. Y a defender descaradamente al jefe de filas Biel. Don José Ángel afirmó con motivo de la exigencia de la publicación  de la renta y el patrimonio del los políticos, que se trataba de un “divertimento” y que “si se quiere uno divertir, pues que contrate un payaso y se divierta lo que quiera”. Don Hugo, adulón y lameculos, después de tildar de “cabestros”, de “toros, novillos  y resto de fauna vacuna” y  de “pollos descabezados” a aquellos que piden transparencia, retoma el símil del circo de su señorito Biel para declarar que “publicar una declaración de la renta, o incluso el patrimonio, no aporta nada….tan solo añade un nuevo espectáculo circense a una sociedad que no está preparada para fiscalizar estas cuestiones”. Es cierto que la independencia de los periodistas, si es que la ha habido en algún momento, hoy no deja de ser una bonita utopía. Pocas profesiones han sufrido en tan poco tiempo el grado que deterioro que ha experimentado la de periodista. Y a ello han contribuido gente como Hugo Miquele, que sin ser ni siquiera  periodistas, han irrumpido en las redacciones para,  desde las páginas de un diario público, como es el caso del Diario de Teruel, domingo tras domingo, hacer de alfombra, altavoz o lacayo, elijan ustedes, de un político mediocre como es José Ángel Biel, también conocido como Muelegordo y El clavico del abanico. Y lo peor de todo es que ni siquiera tiene la decencia de aparecer en las páginas del Diario como militante del PAR. Se las da de periodista independiente, objetivo y riguroso. Y no es ninguna de la tres cosas. Y además, alguien tan poco preparado con él se atreve a diagnosticar que nuestra sociedad no está preparada para enterarse de dónde proceden los ingresos de nuestros políticos. Me entran ganas de vomitar. Puag.

Evaristo Torres Olivas
¡Qué bonitos altavoces!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya he leído suficientes escritos de Hugo Miquele como para acordarme de todas sus células: tanto de las cancerígenas como del resto.

Si al menos en el Diario de T. mantuvieran la sección de opinión digital, la gente podría decirle cuatro cosas... pero ni eso.

Para leer a este tío prefiero los bodrios triunfalistas que acostumbraban a escribir los capitostes provinciales del Par, que al menos, de puro ridículos, rastreros y fantasiosos, te sacaban la sonrisa... .

Anónimo dijo...


La declaracion de biel ya!!!!!

Anónimo dijo...

“una sociedad que no está preparada para fiscalizar estas cuestiones”…

Igual que Franco, cuando decía que los españoles no estábamos preparados para la democracia.

Anónimo dijo...

Que asco dan.