Leo en El País que el actor Gérard Depardieu se ha cabreado
y se ha largado de Francia. Ha devuelto su pasaporte y su cartilla de la
Seguridad Social y ha fijado su residencia en Bélgica, en un pueblo a un
kilómetro de la frontera francesa. Y todo porque el Gobierno francés ha subido los
impuestos a los que tienen mucha pasta. Un 28 por ciento de los habitantes de
ese pueblo belga son franceses y viven ahí porque en Bélgica se pagan menos
impuestos. Lo de Depardieu no es algo nuevo. En España también hemos tenido a
famosos artistas y tenistas que dicen ser muy patriotas y fijan su residencia
en Suiza, Mónaco o Andorra con el único objetivo de no pagar o de pagar menos
impuestos. Entre los argumentos que el actor ha aducido figuran estos: “Me voy
porque se considera que el éxito, la creatividad, el talento, en realidad, lo
diferente, debe ser castigado”. Pobrecillo. Ha tenido que poner en venta su
mansión en París por el módico precio de cincuenta millones de euros. Y se ha
comprado un apartamento en el pueblo de Bélgica que le ha costado 800.000
euros. Y posee restaurantes, tiendas exóticas, tierras, en Francia y en otros países. A pesar de que
Francia castiga el talento y la
creatividad. No voy a juzgar el talento
de Depardieu, pero sí a voy a dejar de ver cualquier película en la que
intervenga este personaje. No quiero contribuir ni con una diezmillonésima de
un céntimo de euro a engrosar el patrimonio de semejante energúmeno. Ya hice lo
mismo con la pareja de progres Ana Belén y Víctor Manuel: después de que el
nieto del abuelo minero, gran amigo de Teddy Bautista (el de la SGAE), dijera que al igual que se pagan los
langostinos en una boda, había que pagar la canción con la que se recibe a los
novios en el banquete. La misma semana en que pronunció esas palabras, actuaba
en el Marín de Teruel. Veinte euros la entrada. Yo tenía previsto asistir pero
después de escucharle semejantes chorradas, decidí fundir los veinte euros en langostinos.
Lo mismo haré con Depardieu: en lugar de ir a verle al cine, me gastaré la
pasta de la entrada en un bocadillo de jamón y una cerveza.
Evaristo Torres Olivas
martes, 18 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Evaristo, me parece muy bien tu actitud, pero como te lo tomes en serio ya puedes despedirte de asistir... ¡a casi todo!
Porque cuando no hay una cosa, hay otra.
Saludos
No considero comparables los casos de Depardieu y Ana Belén; ése por lo menos no va de "progre", colega de las clase trabajadora al tiempo que cobra millones de euros por publicidad pagada con dinero público. Depardieu tiene varias empresas (sin subvenciones) y da trabajo a mucha gente; ha pagado un 85% de sus ingresos en impuestos en el 2012. Yo si tuviese que pagar un 85% de mis ingresos en España, me iría a otro sitio antes de que mis impuestos fuesen a parar a politiquillos de medio pelo, agujeros bancarios o empresas públicas ruinosas.
"Puestos a cultivar la nostalgia, tiene más sentido hacerlo con los mineros que con los dinosaurios" (Gerard Depardieu en el estreno de 'Germinal').
Publicar un comentario