Para mucha gente en
Teruel, cuando habla Pizarro es como si hablara Dios. Según palabras de Carmen
Pobo, don Manuel es “persona muy querida por todos los turolenses". Vale.
Aunque también quiero dejar constancia
de que yo soy turolense y no lo quiero ni gota. Nos habló el señor Pizarro de
la crisis. Don Manuel es un hombre con
mucha agilidad mental y fluidez verbal. Se expresa bien—especialmente si se le
compara con las lumbreras—Blasco, Pobo—que
tenía al lado en la mesa—. Es lo que tienen las personas que se expresan
bien: hablan con tanta seguridad y tanto convencimiento que parece que todo
cuanto dicen es la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Nos contó muchas cosas ya archisabidas sobre
origen de la crisis. Lo adornó con siglas en inglés, citas del Código Civil,
Maquiavelo y Schumpeter y parece que lo
que dice es fruto de una profunda y original investigación. Pura apariencia,
por mucho Glass–Steagall Act y mucha
destrucción creativa schumpeteriana que cite. Causa asombro escuchar a esta
gente hablar de las causas de la crisis y lo que estaba mal y lo que no se
debiera haber hecho y de los abusos de los bancos. Si tan claro lo tenían todo
sobre lo que estaba sucediendo, ¿por qué no lo dijeron antes, cinco años antes
de que apareciera la crisis, por ejemplo? Pero lo peor de la lección inaugural
de Pizarro fue la comedura de tarro: dejó claro cuál es el sistema que defiende,
aquel en el que, según sus palabras “el que acierta gana y el que se equivoca
pierde”. Más o menos como en el casino. También dejó claro la inmensa
bibliografía que maneja al recomendar un libro editado por las FAES de Aznar
sobre el Estado de bienestar en Suecia (ya se pueden imaginar el contenido de
un libro sobre el Estado de bienestar editado por FAES). Y por mucho que el alcalde Blasco diga que
Manolo Pizarro es “todo sentido común”, a mí no me lo parece tanto. Su lección
en la Uned fue un claro ejemplo de lo que nunca debería ser una intervención
académica y más cuando los asistentes no tienen posibilidad de replicar o de
hacer preguntas. A Pizarro le faltó rigor y
amplitud de miras, y nos despachó ideología a capazos.
Evaristo Torres Olivas
“El ganado tiene que
tener un pastor por delante y un perro guardián...
cuando no se hace esto, el ganado se desparrama”. Palabras pronunciadas por don Manuel Pizarro en 2009. El Señor es Nuestro Pastor. Palabra de Dios.
7 comentarios:
Schu..¿qué?
¡Y dale! Erre que erre. Digno discípulo de nuestro querido Paco Martínez Soria. ¿Por qué no tocas otros temas? ¡Con lo bien que escribes! Así tendrías un blog bastante más ameno porque no a todo el mundo le gusta que estés siempre viendo la paja en el ojo ajeno. ¡¡¡Que hay de todo ...., como en botica!!!. Y hay que decir bien alto que no todos los políticos son despreciables, ni inútiles ni supérfluos.
¿Acaso he afirmado alguna vez que TODOS los políticos son despreciables e inútiles? La política y los buenos políticos son necesarios. A los guillenes, pobos, blascos, bieles y arrufates hay que castigarlos con la pluma y el teclado dia si y dia también. También escribo sobre otros asuntos, pero es verdad que los manporros a los malos políticos ocupan una parte muy grande de las columnas. Me hace gracia su recomendación de que toque otros temas. La única vez que hablé con Antonio Arrufat me dijo exactamente lo mismo, que tocara otros temas. No debió considerar que le hice mucho caso, porque apenas un par de semanas después me prohibió escribir en el Diario de Teruel. ¿No será usted Arrufat? De aquí no creo que me pueda echar.
http://www.sotoencameros.net/2012/01/senor-por-que-siempre-gobiernan-los.html
Todos los políticos no son despreciables, pero la mayoría sí.
Lo de inútiles, en un sentido absoluto, sí: todos son inútiles. En un sentido parcial, depende lo que "trabajen" como políticos.
Habiendo asambleas, a casa algunos políticos y... ¡¡¡ a la mierda la inmensa mayoría!!!
Evaristo y anónimo decis que no TODOS los políticos son igual de malos. Os reto a que me nombreis 5 que no lo sean. TODOS los que participan en este sistema tan putrefacto son iguales.
Quizá la diferencia está en que como algunos jamás tocan casi poder, o no lo tocan, no se les puede acusar de algo que no han hecho... aunque sabemos que lo harían si llegaran, pues la estructura está podrida de una forma absoluta.
Esa puede ser la escala de grises de los políticos.
Siempre hablando de malo o pésimo para arriba, claro.
Otra cosa es que sirva para algo establecer dicha escala de grises.
La existencia de políticos profesionales es nefasta, y no viene de ahora. Sólo hay que ver cómo ha vivido siempre el pueblo con políticos y gobernantes de diversos pelajes: MAL.
Por eso, digo yo que ya irá siendo hora de hacer las cosas de otra manera.
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