Evaristo Torres Olivas
martes, 5 de junio de 2012
El coche oficial
Sin falsa modestia, puedo afirmar y afirmo que soy un experto en coches oficiales. Un gran experto. En coches oficiales, de empresa, de cortesía,o cualquier otro nombre que se les quiera dar a los vehículos que una institución o una empresa entregan a algunos de sus dirigentes o empleados, gratis total. Por el morro. Cero euros. Conozco bien los argumentos que emplean los agraciados con el buga de balde para que no les asignen el más barato sino uno de gama alta y de elevado precio. Por dar una buena imagen de la empresa o de la institución, dicen los muy ladinos. También conozco al dedillo las razones que aducen para que les asignen un chófer oficial: que como son unas personas con mucha responsabilidad y mucho trabajo, aprovechan el tiempo para trabajar mientras el chófer los lleva de un sitio a otro. ¿Cómo sé todo esto? Pues porque me he dedicado durante más de veinte años a trabajar en departamentos de recursos humanos en grandes empresas y entre mis responsabilidades estaba la de adquirir, mantener, asignar y gestionar la flota de vehículos de empresa. Por ese motivo puedo asegurar y aseguro que el 99 por ciento de los coches oficiales son innecesarios y no sirven para los fines que esgrimen los beneficiarios. Un coche oficial con chófer uniformado, que cuesta un huevo tanto a las empresas como a las instituciones, para lo único que sirve es para aumentar el ego del que lo disfruta. Imaginen a Carmen Pobo, presi de la dipu, llegando a su casa de Cella en un Audi reluciente. El coche se detiene delante de la puerta de la casa, chalé o lo que sea donde vive. Un chófer trajeado abre la puerta trasera para que baje doña Carmen. El subidón de ego que siente la señora Pobo alcanza el máximo nivel en la escala que se use para medir los subidones. Sabe que sus vecinos, unos directamente y otros detrás de los visillos, la observan con envidia cochina. El problema es que mantener esos caprichitos de los políticos nos cuesta un huevo a los ciudadanos. Más de un político que se dice de izquierdas y levanta el puño en los mítines, debería renunciar a su juguetito oficial. Si quiere desplazarse que lo haga en bus, tranvía, bicicleta o en su Ford Fiesta particular. Por simple coherencia con sus ideas.
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A estacazo limpio
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8 comentarios:
El refranero es sabio:"El que de servilleta llega a mantel, dios me libre de él".Doña Carmen tiene 4 cargos y está muy atareada, de ahí que necesite el coche y el chófer. Jamás se podía imaginar llegar a donde ha llegado. Sólo lo podía hacer en la política, que es el único sitio donde no se exige un mínimo nivel. A mí lo único que me jode es que lo hacen con mis dineros.
Hay gente que piensa en los demás, como el coordinador de izquierda unida Adolfo Barrena que no quiso renunciar al coche oficial para no mandar al chofer al paro.
Sí, cierto, lo de no querer mandar al paro al chófer es otra excusa que se utiliza con frecuencia. También podría intentarse, por si cuela, argumentar que no se renuncia al coche oficial para que no desciendan aún más las ventas de coches. Gracias a los coches oficiales, las ventas de vehículos de gama alta no se hunden. Al final, tendremos reconocer que estos políticos son unos patriotas.
Hola Evaristo
Pues atiende con el Sr. Marquesán. La DPT anuncia tras la posesión de Pobo que para ahorrar quita a un vicepresidente. Lo quita y seguidamente pone a Marquesán como diputado delegado de presidencia (pal caso patatas). El sr. Marquesán pone de chofer a su cuñao y hace dos meses (debe ser por la faena), mete de secretario personal a su primo. Mientras tanto recortan recortan y piden recortes.
Conclusión?
Salud
Victor GUíu, el Mestizo
Tambien ha habido algún personajillo de la politica municipal y autonómmica que utilizaba el coche oficial para sus desplazamientos y ademas cobraba las dietas asignadas al efecto.
Víctor, un chófer y un secretario son personas de mucha confianza y no puedes colocar a cualquiera en esos puestos. Imagina que el chófer y el secretario fueran de la oposición y que fueran en un viaje el en coche oficial el señor Marquesán, con su chófer oficial y su secretario oficial. Imagina también que el señor Marquesán habla por su teléfono oficial mientras se dirigen a una cena oficial. ¿Cuánto tardaría la oposición oficial en enterarse de las estrategias oficiales del señor Maquesán y de su partido? Por eso es justo y necesario que los puestos de confiaza sean contratados a dedo y sean de la familia. Así lo han decidido los políticos y así debe ser.¡Viva la democracia oficial!
Conocí algo,hace tiempo, a A.Barrena.Parecía bastante legal cuando trabajaba de maestro y en CCOO.Me ha decepcionado por lo del coche y por alguna otra "cosilla".Lástima.
A mí también me decepcionan esos comportamientos. Los políticos, y más los de los partidos de izquierda deben tener gestos, y especialmente en tiempos difíciles.
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