Ratones de laboratorio

Teruel, debido a que somos cuatro gatos, es un pequeño laboratorio  en el que se puede estudiar el comportamiento social de los españoles. Tal vez sea ese nuestro destino: convertirnos en cobayas o ratones de laboratorio. En conejillos de Teruel. Podría ser una fuente de ingresos para Teruel, además del jamón, la trufa y la fiesta que organiza Raquel Esteban todos los meses de febrero. En lugar de un museo etnográfico que nos prometió el anterior presidente del Gobierno, se podría aprovechar el edificio para trasladar aquí un CIS, un centro de investigaciones y experimentos sociológicos.  Imaginen, por poner un solo ejemplo, lo que un grupo de científicos sociales habrían podido estudiar en las recientes  elecciones de la Agrupación Local del PSOE de Teruel.  Ha vuelto a ganar Mayte Pérez, con el 58,85 por ciento de los votos, frente al 39,23 de Vicente Larred. Votaron 260 militantes. En el nuevo Comité Local se han creado dos nuevos puestos (o figuras orgánicas, como las llaman ellos): adjuntos a la Secretaría General. También destaca en ese comité la presencia de un apellido ilustre en el PSOE Teruel: Velasco. Se trata de Mairena Velasco. No sé si es familiar de don Javier. Otra novedad es la incorporación de María José Izquierdo en las Secretaría de Educación y Juventud (mañana le dedico una columna). Pues bien,  yo que no soy ni sociólogo ni científico social ni nada de nada, he llegado a las siguientes conclusiones: La primera es que pasa el tiempo pero los cargos permanecen. La señora Pérez está en el PSOE local, en el provincial, en el Ayuntamiento, en las Cortes (lo de repartir cargos y salarios entre los militantes no es algo que se practique mucho en el PSOE turolense). La segunda conclusión es que si una organización en la que votan 260 militantes necesita dos adjuntos a la Secretaría General, una agrupación más grande, como la de Madrid por ejemplo, necesitaría trescientos adjuntos y cuatrocientos subsecretarios generales. La tercera conclusión es que en el PSOE de Teruel, al igual que en las monarquías, la familia y los apellidos ilustres pesan mucho. ¿Se imaginan a qué conclusiones podrían llegar un grupo de doctores y científicos sociales? Excluyendo a Ignacio Urquizu. Por razones obvias.

Evaristo Torres Olivas