La medalla de hojalata

Ya está otra vez el circo montado. El Gobierno de Rudi le ha concedido la Medalla de Aragón a  Marcelino Iglesias porque “quiere reconocer el servicio prestado a la sociedad aragonesa por el expresidente”. Los mismos que se han pasado cuatro años poniendo a los socialistas a caer de un burro, ahora dicen que le ha prestado servicios a Aragón. ¿En qué quedamos? ¿No eran los socialistas los que estaban  destrozando España? ¿No son estos los que habían dilapidado toda la herencia del PP de Aznar? ¿Acaso no son los mismos a los que han hecho responsables de los cinco millones de parados? ¿En qué otro circo que no sea la política se concede el máximo premio al que peor lo ha hecho? Algo ya podíamos sospechar cuando Rajoy les entregó a Zapatero y a sus ministros todo tipo de collares y de grandes órdenes. Me da mucha rabia cuando en las barras de los bares los parroquianios se pelean, se insultan y casi llegan a las manos por discusiones en las que unos defienden al PP y otros al PSOE. Y en los pueblos, con frecuencia, la gente deja de hablarse por las rencillas de la puta política de los cojones. Mientras, en los parlamentos y en las instituciones, los políticos de los distintos partidos comen del mismo pesebre, toman cañas en los mismos bares, se felicitan las fiestas y los cumpleaños y seguramente se juntan en los mismos cruceros y en las mismas playas. Tampoco sería de extrañar que participaran en los mismos fondos de inversión y tuvieran chalés en las mismas urbanizaciones de lujo. Si hemos de medir el prestigio de un premio por las personas que lo han recibido, la Medalla de Aragón es un premio sin prestigio alguno. No se entrega en función de unos méritos personales o de unos logros que benefician a la comunidad. La Medalla de Aragón la poseen todos los presidentes de Aragón, hayan sido buenos, malos o regulares. Un premio que se concede a cualquiera es una mierda de premio. Imaginen que se entregara un premio a todos los fontaneros, a todos los cortadores de jamón y todos los ópticos diplomados, aunque el fontanero te reviente la calefacción, el cortador de jamón te haga una escabechina con el pernil y el óptico te gradúe las gafas para que te estampes contra una farola. Pues sería un galardón tan devaluado como el que le conceden a Marcelino Iglesias. Y es un premio sin valor precisamente porque se lo conceden a gente con tan pocos méritos como Marcelino Iglesias.

Evaristo Torres Olivas

Campeones

La Santísima Trinidad. O el Tres en Uno. PP, PAR y PSOE. Rudi, Biel, Lambán. Hacen como que se pelean pero miren qué abrazos tan cariñosos se dan. Eso no es un abrazo protocolario. Es  amor fraternal. O amor a secas.