Algo pasa en Miravete de la Sierra

“Miravete de la Sierra, un lugar único lejos del mundanal ruido. En sus apacibles calles no hay coches, no hay semáforos; bueno, de hecho no hay nadie. La hora punta es la compra del pan; el tiempo no pasa ni adelantando la hora. El acontecimiento más importante del año fue el cambio de look de Ángel. Aquí nunca pasa nada. Y a ti  ¿cuánto hace que no te pasa nada? Ven a Miravete. Si haces el favor de darle a la flechica de tu teclado te acompaño a dar una vuelta por Miravete. Si lo que te gusta de viajar es ver caras nuevas, Miravete de la Sierra, eso sólo te va a llevar doce segundos”. Así empezaba la campaña de una agencia de publicidad que dio la vuelta al país. Desde hace unos días, toda esa tranquilidad ha desaparecido. Cuando todo está bien, siempre viene uno y lo jode. Y ese uno se llama Simón Casas. Se ha presentado como candidato del PSOE en Miravete de la Sierra. ¿Se habrá comprado un casa en Miravete y piensa pasar allí el resto de sus días? ¿Les habrá prometido otro aeropuerto como el de Caudé?  ¿Tal vez una escuela de interpretación para hacer spots publicitarios? ¿Un AVE? Don Simón no es el único candidato fantasma. La democracia permite estas cosas y son los ciudadanos los que decidirán si los fantasmas merecen su confianza. Pero no deja de tener gracia que los políticos que tanto nos calientan la cabeza con la importancia de las elecciones municipales, de la proximidad de los representantes con los representados, sean los primeros en querer hacer alcaldadas desde el quinto coño. Pero también podría ser que yo esté equivocado y que don Simón, que como director general de Transportes de la DGA algo habrá aprendido sobre desplazamientos, tenga previsto acudir todos los días desde Zaragoza a Miravete de la Sierra, en avioneta,  haciendo escala en Caudé. En tal caso, seguramente ya estará  pensando en el tipo de avión oficial que le conviene y  tendrá a su chófer oficial haciendo prácticas oficiales en Monflorite para sacarse el carné oficial de piloto oficial. Tiene razón Enrique Mored en su columna del Heraldo de 27 de abril cuando escribe que estamos de nuevo ante una “historia de perversión democrática al servicio de la maquinaria partidista”.

Evaristo Torres Olivas