El discurso de Vargas Llosa en la entrega del Nobel ha generado bastante revuelo. Así al menos lo he visto yo. Sin embargo, a mí el discurso me ha gustado mucho. Con excepción de la pasión que siente don Mario por la democracia liberal, en todo lo demás coincido con su análisis. Comparto su opinión de que, “junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia”. Y no ser nacionalista no significa no ser patriota, porque la patria, con minúscula, según don Mario, “no son la banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver”.
La entrega de los Nobel siempre genera controversias, especialmente los de literatura, economía o de la paz. Se dice con frecuencia que se entregan por motivos políticos, al margen de la calidad de la obra o de los méritos de los que lo reciben. Supongo que en las modalidades científicas, física, química, medicina, también se producirán estas polémicas, pero al ser materias más abstrusas para el público no especializado, no se difunden en los medios de información. Cuando les concedieron el Nobel a Dario Fo y a José Saramago se decía que se debía a que la Academia sueca premiaba a escritores de izquierdas. Ahora que se lo han dado a Vargas Llosa, la acusación es la contraria. Las críticas han sido especialmente ácidas con el Nobel de la Paz. Que se lo concedieran a Henry Kissinger no deja de tener cierta guasa. O a Obama, sin que hubiera tenido tiempo ni siquiera de sentarse en el Despacho Oval ni de poner el retrato de Michelle y las niñas encima de la mesa.
De todas formas, yo le tengo simpatía a Vargas Llosa. Además de gustarme sus libros, es el único Nobel al que he visto en persona y he estrechado su mano. Hablé cinco segundos con él frente al escaparate de una librería de Madrid. Y de los que yo considero los tres peores enemigos de la Humanidad: la religión, el nacionalismo y el capitalismo, coincido con don Mario en dos. El sesenta y seis por ciento. Dos tercios.
Evaristo Torres Olivas
jueves, 16 de diciembre de 2010
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5 comentarios:
El Comunismo tampoco se queda corto.
¿Qué enemigo de la humanidad habrá causado más muertes? ¿y más desgracias?
Si, las ideologías también son responsables de muchas muertes. El comunismo, el fascismo, Stalin, Franco, Pinochet,Videla, Pol Pot, o ahora mismo el capitalismo en Irak.
Entonces ¿con qué sistema nos quedamos? ¿con un capitalismo medio intervenido o controlado más ó menos por los Estados? Esta crisis es fruto del capitalismo, pero del capitalismo salvaje en que se ha convertido por no cumplir los gobiernos con su obligación de controlar a la banca ( y eso que en las cajas tienen infiltrados como presidentes y consejeros). Todo, sin control, es la ruina.
Me gusta la definición de Patria que hizo Vargas Llosa en su discurso (Algún otro ya lo había dicho anteriormente relacionando patria e infancia)
"no son las banderas, ni los himnos.....sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía,....
Con el final de la definición no coincido ya que en muchos casos existe la imposibilidad física de volver al hogar. En tu pueblo y en el mío se dice el refrán que no hay dos primaveras en un mismo año.
Saludos y gracias por tus escritos.
Vargas Llosa se declara antinacionalista periférico, pero no hace referencia a esa suerte de nacionalismo español rancio, centralista y separador...
Su liberalismo a ultranza tampoco me gusta nada.
Y te dice esto otro antinacionalista (1) y forofo de la literatura de este autor, al que considera, además, un extraordinario crítico literario.
Saludos
(1)Rechazo todo tipo de nacionalismo excluyente, prepotente e insolidario.
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