“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 5 de julio de 2010

Los casposos

No me gustan los que se hacen las víctimas. Y en los últimos tiempos veo que los sindicatos se quejan de que están perseguidos. Manuel Martínez Morales, secretario de Formación y Política Institucional de Comisiones Obreras de Aragón (¿qué tendrá que ver la formación con la política institucional?) se queja de que “los sindicatos estamos siendo objeto últimamente de ataques viscerales de diversos voceros de los sectores más retrógrados y casposos de este país”. Los sectores retrógrados y casposos siempre han atacado a los sindicatos y a todos los que no comulguen con sus ideas. Eso no es nada nuevo. Pero las críticas no sólo son de los casposos. Mucha gente de izquierdas, progresista, también los critica. Como don Cándido Marquesán, en su excelente tribuna en este periódico (¿Crisis sindical? Del 28 de junio). Y don Juan Brovia, secretario de organización de CNT Teruel (Carta al director, 28 de junio). Yo también los critico. Según don Manuel, pareciera que por el mero hecho de que los sindicatos tienen la noble misión de defender y proteger los derechos de los trabajadores, eso les exime de cualquier crítica. Por mucho que don Manuel intente justificar que los sindicatos se financian con las cuotas de sus afiliados, no convence. Entre otros motivos, porque las cuentas de los sindicatos, número de afiliados, salarios de sus dirigentes, etc. no aparecen en ningún sitio, con lo fácil que sería ser transparentes incluyendo todos esos datos en sus páginas web. Afirmar, como hace don Manuel, que las subvenciones de los sindicatos son “objeto de rigurosas y transparentes auditorías públicas”, es una tomadura de pelo. Todos los ciudadanos conocemos el rigor y la transparencia de las auditorías públicas que han permitido que nuestro país sea uno de los más corruptos de la UE. Yo no creo necesarias las subvenciones públicas a los sindicatos. Y la calidad de la formación que proporcionan los sindicatos deja mucho que desear. Como también deja mucho que desear la preparación y compromiso de muchos delegados sindicales y liberados. Que su nombramiento sea legítimo no significa que sean intocables y que no se les pueda criticar. También en los sindicatos hay casposos. Muchos.

Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DdT 4/7/2010

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. A ver cuándo nos damos cuenta que "fachas" hay en todos los partidos y sindicatos. La Iglesia, los Partidos Políticos y los Sindicatos deben financiarse con las cuotas de sus seguidores, lo demás es clientelismo.

Anónimo dijo...

también los periódicos

Víctor Guiu dijo...

Hola Evaristo. Te felicito por el artículo de este último sábado en el Diario de Teruel. No me importaría contactar contigo y añadirte algunos datos más de la situación.
Un saludo
Víctor Guíu, El Mestizo
http://mestizo.blogia.com