“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 27 de abril de 2010

Egópolis

Siempre me han asombrado esos aventureros y naturalistas que se encuentran una mierda en medio de la nada y dictaminan que por allí ha pasado una manada de elefantes hace apenas dos horas. Son capaces de adivinar el bicho por la cagada. Los excrementos son la firma, hecha con el culo, de los llamados animales irracionales. Los humanos, que nos llamamos a nosotros mismos racionales, hemos desarrollado otras herramientas para dejar huellas de nuestro paso por un territorio determinado. Aunque en muchos casos, esos testimonios no dejan de ser cagadas. No es raro encontrarse en las puertas de los váteres públicos inscripciones que nos informan de que el 19 de marzo, festividad de San José, en ese lugar cagó un tal Manolo, camino de Albacete. En el caso de los elefantes o de Manolo, al menos son los autores materiales de los restos que regalan a la posteridad. Lo que ya resulta más difícil de entender es otro tipo de legados. Hace unos días, en el tanatorio de Cella pude leer una placa enorme situada a la entrada. Dice textualmente: “El pleno del Ayuntamiento de Cella acordó en sesión de fecha 30-10-02 construir este tanatorio con fondos municipales. Fue puesto en servicio el día 13-07-04 siendo Alcaldesa Dña. Carmen Pobo Sánchez”. ¿Qué interés tiene para los ciudadanos saber quién era la alcaldesa? ¿Por qué nombrar a la alcaldesa y no al resto de los concejales, o al arquitecto o a los albañiles? ¿Acaso la alcaldesa pagó de su bolsillo el coste de la obra? Y puestos a poner información sin el menor interés, también se podría haber escrito que en el momento de la inauguración lucía un sol de justicia y el termómetro marcaba cuarenta grados; que se ofreció un vino español, servido por dos hijos del pueblo con chaquetilla blanca y pajarita negra, llamados Cecilia y Arturo, o que al día siguiente, el cartero del pueblo siguió con su trabajo como de costumbre. Qué manera de complicarles la existencia a los futuros arqueólogos, antropólogos y paleontólogos, los especialistas en desentrañar y analizar las cagadas que los humanos vamos dejando atrás. Igual dentro de dos mil años, tenemos en Teruel un centro de interpretación de las deposiciones de nuestros egocéntricos políticos. Egópolis.

Evaristo Torres Olivas. Villarquemado

2 comentarios:

Leocadio dijo...

Apreciado Evaristo:
¿De nuevo de "vacaciones"?Por muchos tiempos que pasen hay cosas que permanecen y,como decian en Hermano Lobo desaparecerán "el año que viene si Dios quiere".
Gracias de nuevo por tu libro y que no practiques la autocensura.
Leocadio

Eto dijo...

No, no estoy de nuevo de vacaciones; sigo publicando viernes, sábado y domingo. Lo que sucede es que de los textos que envío, unos los publican y otros, no. Y pasado un tiempo, los que no publican, los cuelgo en mi blog.