“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

domingo, 18 de enero de 2009

¿Existe o no existe Dios?

Unos afirman que “probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. A lo que los otros les contestan:”Dios sí existe, disfruta de la vida en Cristo”. Menos mal que no se incluye esa pregunta en las pruebas de selectividad. Si me hicieran esa pregunta en un examen, contestaría a la gallega: depende. Según mi madre, una mujer cabal, Dios sí existía. Para mi padre, un hombre también cabal, no existía. ¿Y a quién se le hace caso, al padre o a la madre?
Sería más sencillo creer en Dios si se observara que los creyentes son mejores personas que los demás. Si todos los creyentes fueran como sor Teresa de Calcuta o como mi abuela materna, sería fácil ser creyente. Pero es que también Franco, el del brazo incorrupto de Santa Teresa, Bush el guantanamero y un cura que tuve en el colegio que les metía mano a los pequeños, también eran creyentes. En la otra parte de la parte contratante, las cosas no andan mucho mejor. Frente a ateos como Leonardo da Vinci, Einstein o Darwin, nos encontramos a dictadores como Stalin o Fidel Castro. Luego, ser creyente o ateo no te hace mejor persona. Es irrelevante.
Yo he visto a personas razonables, cultas y equilibradas, emocionarse y llorar a moco tendido ante la imagen de una virgen o de un crucifijo. Esas mismas personas han abandonado una reunión de amigos, un concierto o una horas de sueño para no faltar a la celebración de la misa del domingo. Y en nombre de Dios, han entregado su vida al servicio de los demás. A nadie se le ocurriría poner en duda la existencia de Dios ante esas personas. Para ellos, ¡ya lo creo que Dios existe!
También conozco a personas no creyentes, razonables, cultas y equilibradas, que se emocionan y lloran a moco tendido ante una injusticia y dedican su vida a defender una causa justa, mientras que otros que se confiesan creyentes, callan como un muerto o huyen como cobardes. De todo hay en la viña del Señor o en el manzanar de los sin Dios.
El diálogo entre creyentes y no creyentes, en materia de religión, es un diálogo imposible. Los creyentes buscan una verdad subjetiva, no racional y los ateos se fían de la verdad objetiva, científica. Cuando se utilizan sistemas diferentes de medida, es imposible llegar a un acuerdo. El creyente que se guía por los dogmas y las enseñanzas de su iglesia, es muy libre de afirmar que Dios existe. El ateo que no cree en esas cosas, también es libre de decir que Dios probablemente no existe. La ciencia no es tan categórica ni fundamentalista como la religión. Por ese motivo los ateos dicen que probablemente Dios no exista. Lo mismo que un científico afirmaría que es poco probable que nazca un niño que mida siete metros.
Lo que me ha molestado de esta campaña es que la Iglesia católica, que lleva dos mil años promocionando sus dogmas y sus historias, llenando el espacio público con imágenes, pósteres y símbolos religiosos, se sienta ofendida porque una asociación de ateos contrate un anuncio publicitario en cuatro autobuses. Yo a esa actitud de la Iglesia la llamo intolerancia.
Evaristo Torres Olivas. Villarquemado
DDT 17/1/2009

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola,
lei por casualidad hoy tu entrada, yo colgué una ayer acerca del mismo tema, por si te interesa echarle un vistazo.
www.blogdejano.blogspot.com

Y si te gusta leer, te recomiendo sin duda la lectura de un libro. Se titula "La fórmula de Dios".Hablo de el en la entrada.

Un saludo.
Jano