“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Dar gato por liebre

 Me he visto obligado a escribir las siguientes líneas después de escuchar el debate entre Harris y Trump. Quiero advertir a los lectores de algo que me tiene asustado. Dijo Trump que los inmigrantes no solo son delincuentes, sino que se comen a los perros y gatos y de no tomar medidas, los Estados Unidos se van a quedar sin mascotas. Y es para preocuparse porque lo que ocurre en ese país no tarda en extenderse al resto del mundo en poco tiempo. Kamala Harris también me ha asustado cuando ha afirmado que no quiere prohibir la tenencia de armas y ha añadido que tanto ella como el que sería vicepresidente si gana las elecciones, Tim Walz, tienen armas en casa. Si sumamos las dos cosas, no sería de extrañar que los delincuentes inmigrantes asaltaran los hogares para robar las pistolas con las que matar a los perros y gatos para comérselos. ¿Se imaginan un país sin mascotas? Aumentaría la depresión, se dificultaría echarse novio o novia porque muchos encuentros se producen en los parques entre dueños de perros; aumentaría el número de obesos debido a que ya no se haría ejercicio por no tener un animal al que sacar a pasear. Los niños, sin perros o gatos con los que jugar, se dedicarían a hacer trastadas y travesuras por toda la casa. No entenderían los cuentos y los dibujos animados cuando aparecieran Pluto, Scooby Doo, Niebla, Silvestre, Hello Kitty o Tom. No menos importante, sobre todo en los pueblos, sería la proliferación de ratones. Un desastre, en definitiva. El discurso de Trump podría ser divertido si actuara en un programa de humor, pero es el aspirante a presidir un país de más de trescientos millones de habitantes. Toma a los ciudadanos por imbéciles. Nos cuenta que el ruido de los molinos de viento causa cáncer y que muchos países se deshacen de delincuentes y personas con enfermedades mentales porque los inmigrantes "vienen de prisiones, vienen de cárceles, vienen de instituciones mentales y manicomios”. En resumen, Donald Trump pretende vendernos la burra y darnos gato por liebre.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues aún siguen la mitad de los estadounidenses con la burra a brincos y siguen apoyándole.