“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 25 de junio de 2024

La insensibilidad de Mayte Pérez

 El bajo nivel de algunos de nuestros políticos es alarmante. Es el caso de Mayte Pérez, la eterna política del PSOE. Ha ocupado y ocupa cargos institucionales para los que carece de preparación y de sensibilidad. Opina de todo y lo hace sin un gramo de tacto. La última equivocación, una más de las muchas que protagoniza, la ha tenido en su intervención como portavoz socialista en las Cortes de Aragón para hablar de nuestra sanidad. Si tuviera algo de sensibilidad, para hablar de sanidad no utilizaría palabras que pueden alarmar a muchas personas enfermas que dependen de nuestro sistema público. Expresiones como que las medidas del Gobierno del PP “son más propias de curanderos, son cataplasmas” no son nada tranquilizadoras para los pacientes. Pero insiste una y otra vez con términos negativos: “caos, riesgo extremo, fracaso absoluto” y llega a la indecencia cuando habla del “plan de fidelización que había nacido muerto”.  La oposición debe criticar las medidas del Gobierno que le parecen mejorables, pero nunca poner en funcionamiento la máquina del fango, la que tanto reprende a los demás partidos el PSOE. La moderación, el rigor y la argumentación racional son cualidades que deberían tener todos los políticos. Ni a Milei se les puede acusar de “consumir sustancias” sin pruebas, ni al presidente del Gobierno llamarle el puto amo, ni para hablar de sanidad recurrir a una expresión como un proyecto que nació muerto. Pero a Mayte Pérez, no sé si por ignorancia, o por otros motivos, lo de medir las palabras y acudir a la moderación no forma parte de sus actuaciones públicas. El alarmismo, recurrir al miedo, a la hipérbole son para ella herramientas mucho más eficaces para salir fotografiada en los periódicos, televisiones y redes sociales. Especialmente cuando no se tienen argumentos sólidos para proponer soluciones. La empatía con los que dependemos de la sanidad pública no es algo que le preocupe a la señora Pérez. O nosotros o el caos es su lema, Todo lo demás, según ella, son cataplasmas de curanderos.

Evaristo Torres Olivas

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