Incompetencia e ineficiencia de muchos políticos

 Si hay algo que me molesta es la incompetencia. Y más cuando esa incompetencia es financiada con dinero público. La incompetencia es madre de la ineficacia. Desde la elecciones municipales y autonómicas y la convocatoria de elecciones generales, he leído y visto decenas de artículos y declaraciones de políticos. He visto y escuchado muchos discursos en las tomas de posesión de cargos electos. Vivir en un sitio con poca población como Teruel es fuente de muchas alegrías y también de todo lo contrario. Conozco a muchos políticos de nuestra provincia. Su pasado y su presente. Su formación, experiencia y sus carencias e inexperiencia. Cuando los escucho en la toma de posesión de un ayuntamiento, una diputación o cualquier otra institución, en muchos casos se me cae el mundo encima y me dan ganas, si pudiera, de marcharme a vivir a otro lugar. Y me duele, porque como dice la buena persona y mala política Rosa López Juderías, soy de Teruel, mis padres eran de Teruel, también mis bisabuelos y los padres y abuelos de mis bisabuelos. Conoces a personas de un muy bajo nivel cultural que cuando son nombrados consejeros, diputados o cualquier otro cargo, leen discursos en esas instituciones que les han escrito otros. Y se nota, porque se atascan, fallan en la entonación, no apartan la vista del papel. Y entonces uno se enfada por el despilfarro que supone tener asesores pagados con dinero público para que los políticos no hagan el ridículo. Asesores, muchos, que no hemos elegido los ciudadanos, ni sabemos cuántos son ni cuánto cobran. Lo que sí sé es que el dinero público empleado en asesores podría destinarse a cubrir necesidades de los ciudadanos y de colectivos con problemas. Si un político es incapaz de escribir tres líneas y lee, mal, tres folios que le ha escrito otro, algo funciona mal en nuestra democracia. La incompetencia conduce a la ineficiencia y al al despilfarro de los recursos públicos. Una de nuestras asignaturas pendientes sería la de mejorar la capacitación de nuestros políticos y reducir el número de asesores. Estaría bien hacer un estudio comparativo con otros países de Europa.

Evaristo Torres Olivas