Siempre los mismos para todo

 Leo en el periódico La Comarca la lista de los posibles candidatos para las elecciones generales del 23 de julio. Y me produce náuseas. Da igual el partido, todos actúan de la misma manera, los de izquierdas, de derechas, los transversales y los de medio centro. Presumen todos de tener miles de seguidores y simpatizantes, pero a la hora de formar las listas, las de los puestos que cobran un pastón, siempre son los mismos. Lo que indica la falta de democracia en el seno de los partidos. No eligen a los mejores ni a los más capacitados sino a los que deciden los que controlan con mano de hierro, puños de acero, mano firme y, sobre todo falta de escrúpulos, las ejecutivas de los partidos. Veamos algunos ejemplos. En Alcañiz se presentaba para la alcaldía Ignacio Urquizu y también para diputado autonómico. No gana las elecciones en su pueblo, pero sí una plaza de diputado en Zaragoza. Siempre hay que tener un plan B. Ahora nos enteramos de que también tiene un plan C: se va a presentar en las listas al Congreso. Si sale, a la mierda las Cortes de Aragón. Por lo visto, el PSOE, que presume de tener miles de afiliados y simpatizantes, a la hora de formar listas siempre son los mismos para todo, lo mismo para un roto que para un descosido: Mayte Pérez, Urquizu, Herminio Sancho, que de diputado ahora pasa a senador, para hacer el ridículo en ambos puestos. En el PP ocurre exactamente lo mismo: durante años hemos tenido que soportar a Blasco y Carmen Polo para todos los puestos: ya sean alcaldes, diputados provinciales, nacionales, senadores, presidentes de diputación o lo que les echen a personas de escasa formación y experiencia. Con los nuevos, sucede lo mismo: Joaquín Egea, de Teruel Existe, es actualmente senador. Se presentó en las municipales como número uno al Ayuntamiento de Alcañiz. Y también en la lista para el Ayuntamiento de Teruel. Como su papel en el Ayuntamiento de Alcañiz va a ser irrelevante, quiere repetir como senador en Madrid. Sus actuaciones en el Senado a mí, como turolense, me han producido vergüenza debido a su limitada capacidad oratoria, pero con un salario de 120 000 euros anuales. Todo lo anterior, se refiere a los candidatos de las listas. Otro día hablaré de los miles de cargos nombrados a dedo por los partidos. Personas sin formación ni experiencia en puestos de mucha responsabilidad y buen salario. Personas que en una empresa privada nunca serían elegidas o no superarían el período de prueba. Así nos va. 

Evaristo Torres Olivas