Tradiciones milenarias para machotes

 Salvo alguna excepción, nuestros políticos aragoneses no destacan por su capacidad para comunicar, ya sea oralmente o por escrito. Sus argumentos son muy pobres, repiten una y otra vez fórmulas gastadas. Hoy, el Diario de Teruel publica una noticia para informar de que el PAR apoya a las asociaciones taurinas y pide que las televisiones públicas emitan festejos. El secretario general del partido, Alberto Izquierdo, recurre a los mismos argumentos simplificadores de todos los que defienden los festejos taurinos: la cultura y la tradición. Cultura milenaria. Tragedia y muerte, donde se enfrentan un hombre (o una mujer por cada cinco mil hombres) a un toro y donde mueren decenas de miles de toros de manera cruel por cada hombre que desgraciadamente es corneado. Dicen los defensores de las corridas que en el espectáculo de los toros hay colorido, música, trajes bonitos, valentía y amor al toro. Tanto amor que hay que matarlo. Matarlo de amor.  Y, además, dicen, que hay unas normas, un reglamento, que no se mata con ensañamiento. Por algo somos civilizados. También recurren a la cultura y la tradición aquellos que practican el deporte de meter goles montados a caballo y donde la pelota es una cabra decapitada. Por no hablar de otras prácticas salvajes con animales o con personas, todas ellas muy tradicionales y con estrictos reglamentos. Pero además de la pobreza de argumentos del político del PAR, tampoco es muy acertada la fotografía que acompaña al texto: media docena de hombres, con el señor Izquierdo al frente con las manos en los bolsillos.  El mundo del toro es un mundo para machotes. Cultura y tradición solo para hombres con un par. O con un PAR. En abril y en este mes de mayo, en los bares de mi pueblo se han reunido y reúnen grupos de aficionados para ver las corridas de Sevilla y de San Isidro en Madrid. Exclusivamente hombres. Más o menos como los partidos de fútbol y las veladas de boxeo, cuando se retransmitían, que también son cultura y tradición, que están sometidos a un estricto reglamento. Manifestaciones artísticas fundamentalmente para hombres, como la guerra, otra actividad cultural y tradicional practicada, al igual que las corridas de toros, desde tiempos inmemoriales. 

Evaristo Torres Olivas