Ignacio, galán

 Ignacio, galán, cómo se te ocurre llamar tontos a tantos ciudadanos. Así me dirigiría a Ignacio Sánchez Galán, el que manda en Iberdrola, si yo fuera de Maluenda. Pero como soy de Villarquemado me dirigiré a él de otra manera: Ignacio Galán, cómo se te ocurre llamar tontos a tantos ciudadanos. Tonto es el que hace tonterías, decía Forrest Gump y tú, Ignacio Galán, acabas de hacer una tontería muy gorda: escupir en la cara de quienes te llenan el bote de perras, y no un bote cualquiera sino uno con muchos millones de euros. Solo por eso te podría llamar el tonto del bote. Pero como soy más educado que tú, Ignacio Galán, ni se me ocurre recurrir al insulto. Podría perfectamente hacerlo porque en Aragón en general y en mi pueblo en particular, tenemos muchas palabras para señalar a las personas que no son de nuestro agrado: ababol, modorro, azarollo, zanorio, faltón, entre otras. Cuando se ocupa un puesto como el tuyo, jefazo de Iberdrola, y se cobra en un año lo que una gran parte de ciudadanos no ganan en toda una vida, no queda muy elegante humillar y despreciar de esa manera a la gente. Alguno te podría contestar que, aunque dirijas una empresa de electricidad, en esta ocasión has demostrado tener pocas luces. Sé que es difícil, para las personas como tú que han llegado a lo más alto de una empresa, darse cuenta de algunas cosas. Estás acostumbrado a decir lo que te da la gana sin que nadie te tosa ni te lleve la contraria. Al contrario, te ríen las gracias. Seguro que te identificas con el personaje del señorito Iván, interpretado por el gran actor Juan Diego, y te gustará que te digan esa frase de “a mandar, que para eso estamos”, pronunciaba por Régula, personaje interpretado por Terele Pávez en la misma película, Los Santos Inocentes. O, en un tono de comedia, te verás reflejado en las palabras de otra actriz, Gracita Morales, que con su voz atiplada nos hacía reír con la frase: “¡Qué cosas tiene el señorito!”.  Pero, aunque tu apellido, Galán, signifique actor de buena presencia que representa papeles principales, tu actuación en esta ocasión podría calificarse de bodrio. Muy mal, Ignacio, galán, te dirían en Maluenda.

Evaristo Torres Olivas