“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 25 de octubre de 2021

El clavico del abanico de la democracia

Publicado en Heraldo de Aragón 14/11/2021

Cualquier sistema, simple o complejo, es tan sólido como el más débil de sus componentes. Una cadena, por ejemplo. Si está compuesta por cincuenta eslabones muy sólidos y uno defectuoso, la cadena se romperá por ese eslabón. Un coche: si todos sus componentes son de gran calidad, pero el cambio de marchas no lo es, ese elemento defectuoso hará que el vehículo sea considerado de poca fiabilidad. Veamos ahora qué sucede con otro tipo de sistemas. El sistema democrático. Imaginemos una democracia como la nuestra. Tenemos una constitución votada por la mayoría de los ciudadanos. Tenemos la división de poderes, libertad de prensa y de opinión, derecho al voto cada cuatro años con garantía de un recuento de votos no manipulado y unos partidos políticos que presentan unas listas que los ciudadanos votamos. Imaginemos que todos los elementos funcionan perfectamente, con garantía, excepto uno: los partidos políticos. En los partidos políticos, las listas no se hacen con criterios objetivos en función de la capacidad, experiencia y formación de los candidatos sino de la voluntad de secretario general. Es decir, a dedo.  La democracia interna es incluso cuestionada por los propios militantes, como ha sucedido con la asamblea del PAR de hace unos días, en medio de broncas y acusaciones de manipulación y al grito de tongo de los perdedores. En esta ocasión, los perdedores son además ignorantes: tongo, según el diccionario, significa que uno de los contendientes se deja ganar, lo que no ha sido el caso, sino que se acusa al ganador de manipular los resultados. He puesto el ejemplo del PAR, pero la falta de transparencia y democracia se da en otros partidos. Como consecuencia de este elemento defectuoso, todo el sistema se resiente y la democracia es una mala democracia. Si no fuera por esta democracia manipulada, no se explicaría que los Arturo Aliaga, Mayte Pérez, Manuel Blasco o Carmen Pobo lleven décadas atornillados a los sillones del poder y sin intención de dejarlos hasta el momento de la jubilación. Y eso hace que tengamos una democracia de baja calidad, con un clavico del abanico, que diría un tal Biel, muy débil.

Evaristo Torres Olivas

3 comentarios:

ABOGADO dijo...

Toda democracia formal tiene estas dos características:1.- la representatividad, por la cual el diputado representa a los votantes, cosa que no se da en España, ya que el diputado representa a su partido versus secretario general y 2.- la división de poderes, la cual tampoco se da por cuanto estamos cansados de oir que los partidos políticos no se ponen de acuerdo en la elección de los miembros de los órganos judiciales y, es más, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, órgano de control de los jueces es, a su vez, presidente del Tribunal Supremo, es decir, se da , en la misma persona, el cargo de controlador y controlado. Al no darse ninguna de estas dos premisas, la conclusión es que no hay democracia. Po todo ello, decir que en España hay democracia de baja calidad no es correcto por cuanto no hay democracia, ni buena, ni mala, ni de calidad, ni de poca calidad. Lo que hay es una partidocracia. Saludos Evaristo

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con ABOGADO.

Anónimo dijo...

Sí, aunque se cumpliera la representatividad y la división de poderes seguiría sin ser una democracia.

Donde manda la minoría y obedece, forzosamente, la minoría, no hay democracia.

Esta condición se cumple en todos los regímenes que se asientan en un estado. Siempre autoritarios, en mayor o en menor medida; siempre gobierna la oligarquía.