“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

viernes, 10 de septiembre de 2021

La carne y la ceguera

 A raíz de la publicación de la noticia de los amores de la psicóloga divorciada que escribe relatos eróticos y el obispo que quería curar a los homosexuales, me he puesto a pensar sobre lo desafortunado que es el lenguaje de la Iglesia. Especialmente para los jóvenes. Cuando los curas nos decían que la masturbación producía ceguera no lográbamos ver la relación causa efecto de la cosa y en lugar de producirnos miedo nos producía risa. Podrían habernos dicho que lo que causaba era la inflamación del codo, la rigidez del brazo o dedos amorcillados que nos impedirían en el futuro tocar la guitarra o ejercer el oficio de relojero. En la primera empresa en la que trabajé, los dueños eran muy tacaños y en Navidad nunca nos regalaban champán ni turrón ni nada. Solamente nos mandaban ponernos en fila y  nos deseaban unas felices fiestas. Siempre había algún empleado gracioso que murmuraba por lo bajo las siguientes palabras: ¡No se nos caerán los dientes, no! Había una lógica en su comentario pues entre comer turrón y la salud dental hay una relación. Nadie habría entendido que hubiera gritado que no se nos iba a romper el menisco. Esa lógica nunca la entendió la Iglesia y además de que la masturbación producía ceguera nos decía que los tres grandes enemigos del alma eran el mundo, el demonio y la carne. Pase que el mundo está lleno de peligros y gente mala, pase que el demonio, un ser con cuernos, rabo y tridente produzca miedo, pero ¿adónde está el peligro de la carne? Además, ¿es igual de enemiga la carne de cerdo que la de cordero o que la carne de membrillo?  Aunque tal vez la Iglesia sea una adelantada a su tiempo y cuando dice que la carne es mala se refiera a las hamburguesas de las multinacionales de la comida basura. Esas sí que es probable que produzcan ceguera, dedos morcillones, rotura de menisco y úlceras de estómago. En todo caso, habría que pedirle a la Iglesia una actualización de sus dogmas, que no se invente los efectos de nuestros actos y que deje a los médicos decirnos los beneficios de la masturbación, que son muchos, y los perjuicios, que son muy pocos. Amén.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

ABOGADO dijo...

A tí te produciría risa, pero a los que llevábamos gafas.....