“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 17 de mayo de 2021

Un día casi perfecto

 El pasado sábado por la mañana visité la Feria del Libro de Teruel. Fui temprano, sobre las once de la mañana. Día espléndido. Poca gente. Muy buena organización en estos tiempos de pandemia: una mesa con hidrogel, una persona que te tomaba la temperatura y te indicaba el camino, perfectamente señalizado, que debías seguir en tu visita. Todo casi perfecto. ¿Qué falló para que fuera todo perfecto, sin el casi? Falló que la persona de la organización que te daba los buenos días, te ofrecía el hidrogel y te tomaba la temperatura llevaba colgada del cuello una cinta con una tarjeta en la que se leía: STAFF. Pónganse en situación: Feria del Libro de Teruel, casetas de librerías turolenses y aragonesas, con libros en español, más de treinta escritores y escritoras invitados, todos españoles. ¡Y te recibe una persona que como única identificación lleva una tarjeta en la que pone STAFF! ¿STAFF de eSTAFFa, de eSTAFFermo, de eSTAFFeta, de eSTAFFanía? Ya puestos, lo podrían haber puesto en chino, 组织人员, por si se les ocurría visitar la feria a alguno de los vecinos chinos que tenemos en la ciudad. Yo no me imagino una feria del libro en Londres o Nueva York en la que los miembros de la organización te reciben con un único cartel en el que figura la palabra ORGANIZACIÓN en español. O que en la entrada de la Real Academia Española se cuelgue un cartel en el que ponga AUTHORIZED PERSONNEL ONLY. Son estos pequeños detalles los que marcan la diferencia y los que pueden arruinar algo que se ha preparado con mucho cuidado y con la mejor intención. En un congreso de vegetarianos no se pueden servir en el descanso tapas de tocino y morcilla. Pongo ese ejemplo porque hace más de 40 años, en mi primer trabajo me encargaron buscar un restaurante para dar la bienvenida al nuevo director de ventas de la empresa. Encargué un menú con productos típicos de la tierra: jamón, morcilla y otros derivados del gorrino. Nadie me dijo que el nuevo director era paquistaní y musulmán. Lo que pudo haber sido un éxito se convirtió en un fracaso. Era el año 1978 y yo tenía veintidós años. No progresé mucho en esa empresa.

Evaristo Torres Olivas

1 comentario:

El Genaro dijo...

La gente pensante suele olvidarse de estos detallitos. Y encima, cuando luego falla algo, aún te preguntan por qué