Henry Ford dijo que “un cliente puede tener su automóvil del color que desee, siempre y cuando desee que sea negro”. En Podemos han adoptado y adaptado el pensamiento del magnate americano para decirnos que cualquier adscrito puede ser secretario general siempre y cuando sea Ione Belarra. En el partido de Iglesias y Montero, también son muy fans del gatopardismo: "Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Pablo se va, pero se queda. Irene no ocupa su lugar, pero sí lo ocupa. Estas aparentes contradicciones son fáciles de explicar. Pablo Iglesias es la pareja de Irene Montero. Irene Montero es la amiga de universidad de Ione Belarra. Los tres son o han sido ministros. Los tres son o han sido miembros de la ejecutiva de Podemos. Pablo Iglesias dice que se va y abandona todos sus cargos, pero antes de irse, propone a Belarra como candidata a ocupar la secretaría general. Irene Montero encantada, porque si manda su amiga Belarra, a la que enchufó en Podemos, es como si mandara ella. Y como Montero es la pareja de Iglesias, pues también es como si mandara él. La santísima trinidad: la cabeza de Podemos es una y trina. En definitiva, se trata de darle la vuelta y aparentar que todo cambia para que no cambie nada. Monta tanto, tanto monta Pablo como Irene como Ione. Lo que más molesta de este proceder es que nos toman a los ciudadanos por imbéciles. Creen que no tenemos capacidad para elegir al mejor o a la mejor y tienen que señalarnos con el dedo a quién hemos de votar. Para simular que en el partido hay democracia, permitirán en el último momento a otras candidaturas, a personas que nadie conoce. Los adscritos votarán mayoritariamente a la candidata oficial. Además del fordismo y el gatopardismo, también conocen el refrán que dice que más vale malo conocido que bueno por conocer. Les ha funcionado muy bien: en todas las elecciones, las listas propuestas por la dirección son las que han sido elegidas. ¡Para qué cambiar si tan buenos resultados les ha dado!
Evaristo Torres
Olivas
1 comentario:
Dicen que es la nueva política, aunque es la de siempre. Todo se ha quedado en bla,bla,bla...y a seguir chupando.
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