“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 12 de mayo de 2021

Desigualdad y exclusión

 Está bien que las grandes empresas y los grandes bancos contribuyan al avance de la igualdad y el fomento del lenguaje inclusivo, aunque sea como mera estrategia publicitaria. Con interés empecé a leer un artículo en la página del BBVA que lleva por título Ocho ejemplos prácticos de cómo aplicar el lenguaje inclusivo al hablar o escribir. Empieza diciendo que “entre las herramientas más eficaces en la construcción de una sociedad más igualitaria e inclusiva se encuentran el lenguaje y la comunicación”. Pero la decepción viene muy pronto: para contribuir a esa sociedad más igualitaria e inclusiva, el BBVA ha creado un grupo de trabajo, Move for equality, dentro del laboratorio BBVA Next Technologies. Una de las investigadoras de ese laboratorio nos habla de “hackeando el lenguaje para que sea inclusivo”. Si entramos en la página de BBVA Next Technologies, nos reciben con estas palabras: “Tech minds creating the future”. Entre sus apartados está el de Intelligent Automatic Security Assessment, Security Behaviour & Attribution, IA Security y Data protection & Cryptographic security y el de Bayesian Deep Learning en el que trabaja Yolanda de la Hoz, AI Researcher. Y así todo. La página es en español, pero está plagada de palabras y expresiones en inglés. A mí se me caen los palos del sombrajo y pienso que a los que hacen estas cosas les importa un pimiento la igualdad, el lenguaje inclusivo, la lengua española, la despoblación de la España rural o la extinción del sapo pintojo. Sus recomendaciones pierden toda credibilidad, suenan más falsas que una moneda de tres euros. Su incoherencia sería similar, por ejemplo, a la del conferenciante que recomendara la dieta vegetariana y en el descanso de la charla se metiera entre pecho y espalda media barra de pan rellena de chorizo.  Es muy loable querer fomentar la igualdad y el lenguaje inclusivo, pero la igualdad y el lenguaje inclusivo también consisten en utilizar nuestro idioma y no contaminarlo con expresiones ajenas.

Evaristo Torres Olivas  

2 comentarios:

ABOGADO dijo...

No se respeta más a la mujer por decir todos y todas. En Francia se ha prohibido el lenguaje inclusivo en los colegios.

Anónimo dijo...

Sí es cuestión de respetar y hay que ver cómo. Que la mujer sea visible en el lenguaje es imperativo. O está o no está, con todo lo que ello implica.

Lo que sí habría de hacerse es perfeccionar el lenguaje inclusivo.