En mi anterior carta al director en el Diario de Teruel, un lector me decía en mi blog que ataco demasiadas veces a Podemos y que hay otros mundos que con frecuencia olvido. Eso sí, el lector, muy educadamente, añadía que puedo escribir sobre lo que me parezca. En las más de dos mil columnas que he escrito, he opinado sobre todo y todos: la izquierda, la derecha y el centro, los nacionalistas, los regionalistas y los centralistas. Pero tal vez sea mucho más crítico con los partidos y los políticos de izquierda que con los de la derecha. La razón es para mí muy sencilla: como nunca he votado a partidos de la derecha, nunca me han defraudado. Sus mentiras, engaños, escándalos, casos Gürtel, Lezo, Púnica y decenas más son lo que yo siempre he pensado que haría la derecha. Sin embargo, cuando quienes mienten, engañan, manipulan y roban son partidos y políticos a los que he votado, la indignación en cien veces mayor. Siento que con mi voto he contribuido, aunque sea mínimamente, a que unos sinvergüenzas de la izquierda se comporten igual que aquellos a los que nunca he votado. A Podemos lo he votado una vez, e incluso fui apoderado de ese partido en mi pueblo. Asistí, pagándolo de mi bolsillo, a Vistalegre II en Madrid y a varios encuentros en Zaragoza. Comprobar que los que consideras de los “tuyos” son igual que los demás, duele. Que el PP presente a Bárcenas como senador por una provincia que nunca ha pisado o a Javier Maroto por un pueblo de Segovia está dentro de lo previsible para mí, pero que Podemos presente en las listas de Teruel a una mujer que vive en Madrid y que nunca ha estado en Teruel, me revuelve el estómago. Y también me lo revuelve que un partido que dice tener miles de adscritos, simpatizantes o militantes, a la hora de elegir a una ministra, sea la mujer de Iglesias la elegida, cuando tienen a muchas otras más cualificadas y con mayor experiencia para ocupar el puesto. Que Rafael Hernando, Cayetana Álvarez de Toledo, Rosario Monasterio o Santiago Abascal insulten en las instituciones y en las redes no me irrita tanto como que lo haga Pablo Echenique, un político que ha ocupado muchos puestos, no ha terminado el mandato en ninguno y contribuye como el que más a la crispación y al desprestigio de la política.
Evaristo Torres Olivas
5 comentarios:
Creo que los jóvenes lo llaman "zasca".
Pues, para mí, esas fotos te desprestigian y que conste que estoy totalmente de acuerdo con tu artículo. Ya tienes una cierta edad como para que no te engañen tan fácilmente. Saludos Evaristo
Estoy de acuerdo con lo que expresas, pero aún así y todo, votaré a la izquierda siempre. Quizá a Podemos no, lo cual hice en las dos últimas votaciones, pero a la izquuerda. Cualquier cosa antes que VOX mande y nos reprima y oprima a todos. Salud.
Tal como están las cosas no deberíamos dejar de apoyar a la izquierda. Aún criticando todo lo criticable, que lo hay, no hay ni comparación con lo que han hecho, hacen y harán los demás partidos. Tienen a su favor a casi todos los medios de comunicación. No debemos echar piedras a nuestro propio tejado ni estar divididos. Esos partidos cuentan con ello.
Lo que dice el ánonimo de 18 de abril de 2021, 22:11, es cierto. El problema es que así también alimentamos la mediocridad, tibieza y corrupción de las personas que ocupan cargos en nombre de o en los partidos de izquierda, al ver que casi no se les van a pedir cuentas por miedo a que haya gobiernos más criminales que los suyos o ministros de vox en un gobierno del PP, y otros ejemplos varios.
No olvidemos, aunque no sea lo mismo exactamente, que ya ha habido ministros y ministras de vox en "democracia", lo que ocurre es que estas personas estaban entonces dentro del PP.
Más que votar o no votar, lo que hay que hacer, por cansado que sea, es defender las ideas.
Razonar, y dejar -en lo posible- en un cajón, las etiquetas. Razonar, empatizar, compadecerse y fomentar el conocimiento... y abandonar los partidos y candidaturas, que ya se sustentan sin necesisad de nuestra presencia.
Publicar un comentario