“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

lunes, 19 de abril de 2021

El tocino y la velocidad

 Hace unos días, leía una entrevista a una cantante que sacaba nuevo disco. Una entrevista muy interesante en la que la artista hablaba de cómo habían surgido las canciones como consecuencia de los abusos sexuales que sufrió en la infancia, el acoso escolar y el maltrato psicológico de algunas de sus parejas. Terrible por lo que había pasado y cuánta valentía hace falta para sacarlo todo en las letras de unas canciones, pensé. Hasta que me decepcioné y dejé de leer. No porque la cantante dijese nada extraño sino simplemente porque entre pregunta y pregunta se intercalaban imágenes de la artista con pies de foto como estos: “En la imagen, vestido asimétrico, plisado con forma geométrica en 3D, de…”, “vestido jersey de punto metalizado de…”, “en la imagen, con camisa de punto elástico, falda tubo de tul strech y sandalia thong de cuero con tacón metálico, todo de…”. No es la primera vez que me pasa. Una escritora a la que admiraba dejó de interesarme desde que utiliza las redes sociales para hablar de literatura, de sus libros, de sus trastornos de la alimentación y a la vez las inunda con fotos suyas en las que luce “falda de fulano, zapatos de mengano y complementos de zutano”. O un actor y director que en un reportaje para hablar de su nueva película aparecía en las fotos luciendo cazadora de tal y pantalones de Pascual. Hay cosas que no casan bien unas con otras y que no se deben mezclar. Utilizar las experiencias personales, buenas y malas, alegrías y tristezas, para crear obras literarias, musicales o artísticas me parece honesto, pero aprovechar para hacer caja anunciando pantalones, bolsos y hamburguesas me produce rechazo. Tanto rechazo que no compro libros ni voy a conciertos ni pago por ver exposiciones de gente que confunde el tocino con la velocidad. Tampoco escucho al periodista de los telediarios que, después de contarme que un energúmeno con metralleta ha matado a quince personas en un colegio de Florida, aparece en un anuncio pidiéndome que me abra una cuenta nómina en un banco de cuyo nombre no me da la gana acordarme.

Evaristo Torres Olivas


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