“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

miércoles, 13 de enero de 2021

Progresa adecuadamente, pero necesita mejorar

Ayer escribí sobre el desafortunado escrito de Marcos Navarro en el Diario de Teruel para informar de la muerte de un joven en Andorra por disparo de un agente de la Guardia Civil. Hoy vuelvo a hablar de lo mismo porque el señor Navarro ha vuelto a escribir una segunda crónica. Lo primero que quiero decir es que ha mejorado mucho. Ya no llama “sujeto” a la víctima, sino “joven” y “chico”. Tampoco dice que “Andorra mantiene un idilio con los sucesos” sino que “Andorra sigue consternada ante la muerte de un joven enfermo mental”. Algo se ha avanzado en el respeto y la ética. Donde no ha mejorado mucho es en la precisión y claridad de las descripciones. Nos cuenta que al hermano del fallecido “una bala [le] alcanzó la parte superficial de la rodilla, llegando a incrustarse en la misma sin graves consecuencias”. Si una bala se incrusta en la rodilla, muy superficial no parece. Tampoco acierta cuando escribe que el “guardia estaba provisto de un chaleco antibalas de protección”. Salvo que yo esté equivocado, todos los chalecos antibalas son de protección, no creo que los guardias y policías los lleven de decoración o por chulería. Recurre también el cronista a la obviedad cuando nos cuenta que se va a producir “una investigación interna que, en cualquier caso, no tiene por qué suponer bajas en el servicio”. Las investigaciones sirven para indagar y aclarar los hechos y las conductas de las personas, sin prejuzgar ni condenar antes de tiempo. Finalmente, don Marcos recurre de nuevo a los circunloquios: si ayer nos contaba que “fuentes contrastadas indicaron a este diario que el joven padecía esquizofrenia”, hoy lo complica y dice que “según subrayaron fuentes contrastadas, el fallecido presentaba una enfermedad mental relacionada con la esquizofrenia”. Por lo visto las fuentes contrastadas de ayer estaban más contrastadas que las de hoy o tal vez sean las mismas y hayan querido afinar sus declaraciones. Quizás mañana nos aclare que el impacto que recibió el hermano del fallecido en la rodilla no fue de bala sino de un objeto relacionado con una bala.  

Evaristo Torres Olivas

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