“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

jueves, 14 de enero de 2021

Pilar Abós y la mala letra

 En ocasiones, la manera de defender una causa consigue el resultado contrario al deseado. Es el caso del artículo publicado por doña Pilar Abós en el Diario de Teruel del 12 de enero. En forma de carta, pretende criticar las afirmaciones vertidas por el próximo vicerrector del Campus de Teruel, José Martín-Albo, en una entrevista. La carta está tan mal escrita y con tantas faltas que lo único que consigue es el desprestigio de la institución a la que intenta defender. Ya en el título comete el primer error: escribe Vicerrector porque ignora que los cargos y puestos se escriben con minúscula. El segundo error está en la firma: se identifica como “ex directora de la Escuela Universitaria” sin saber que el prefijo ex- se escribe unido a la palabra siguiente: exministro, expresidente y exdirectora. Abusa doña Pilar de los puntos suspensivos además de desconocer su uso: en su escrito los utiliza cinco veces y solo una correctamente. Tampoco sabe que los puntos suspensivos son tres y no cuatro: después de los puntos suspensivos se pueden escribir otros signos de puntuación excepto el punto. El empleo de las mayúsculas tampoco es su fuerte: unas veces escribe Escuela Universitaria y otras, escuela universitaria, a la buena de Dios o al buen tuntún. Llama Facultad de Ciencias Sociales a la que oficialmente se llama Facultad de Ciencias Sociales y Humanas. Abundan también los errores sintácticos y las incoherencias en la argumentación: empieza diciendo que “después de leer la extensa entrevista… en la que señala algunas interesantes ideas…, no puedo más que sentirme ofendida”. No se entiende que pueda sentirse ofendida por ideas interesantes. Y ese es solo un ejemplo de los muchos que hay en su escrito lleno de frases sin sentido, mal construidas. Al final, y después de leer el artículo tres veces no sé muy bien qué es lo que critica exactamente. Todo lo anterior es muy grave en alguien que ha dirigido la Escuela Universitaria y es o ha sido profesora titular e investigadora. Si yo estuviera valorando la oferta de un centro universitario para iniciar mis estudios superiores y leyese que quien lo dirige se expresa como lo hace doña Pilar Abós, lo más probable es que me fuera a otra parte a que me hablaran de Vigotsky, Piaget, Decroly y Kilpatrick.

Evaristo Torres Olivas

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