El pasado día 14 de enero, Diario de Teruel y Eco de Teruel publicaron en sus páginas de opinión un artículo para despedir al obispo de Teruel. Algo lícito y respetable. El artículo lo firma una persona que se apellida Teruel Existe. No sabemos si es señor o señora, Manolo, Pepe, Carmen o Lucía. Ya es casualidad que los apellidos de ese ciudadano o ciudadana coincidan con el nombre de la agrupación electoral y movimiento ciudadano. Porque no se me ocurre pensar que alguien de esa organización se atreva a enviar un texto a los medios sin identificar al autor. Teruel Existe es una agrupación seria, con gente que da la cara, que no se esconde, con personas que tienen estudios, hablan bien y escriben mejor. No necesitan escudarse detrás de unas siglas para despedir a un obispo que se marcha de Teruel a Almería. Así que a la señora o al señor Teruel, Carmen o Lucía, Manolo o Pepe, o como quiera que se llame el autor de ese artículo tan mal escrito, le ruego que envíe una aclaración a las redacciones de los dos periódicos para identificarse y aclarar que la coincidencia de nombre con la agrupación del diputado Guitarte y los senadores Martín y Egea es mera coincidencia. Y si no lo hacen, debería ser el diputado o alguno de los senadores, o los tres conjuntamente quienes escriban un artículo en el que expliquen que el movimiento ciudadano Teruel Existe nunca se esconde detrás de unas siglas. Y podrían aprovechar también para, en ese mismo artículo de opinión, despedirse del obispo, no como Dios manda, porque no hay que mezclar la política con la religión, la tierra con el cielo, los de abajo con los de arriba, que decían Pablo Iglesias, Echenique y Montero antes de convertirse en casta, pero sí de manera educada, si consideran que don Antonio Gómez, que así se llama el prelado, ha hecho algo para mejorar el bienestar material de los turolenses. El otro, el bienestar del alma, no es incumbencia de los partidos políticos, las agrupaciones electorales o los movimientos ciudadanos.
Evaristo Torres Olivas
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