Los insultos de Rando y las exageraciones de Boné

 Leo en el Diario de Teruel del pasado viernes, 29 de enero, que el portavoz del PP en la Diputación de Teruel, Carlos Boné, se queja de que el presidente de la institución, el socialista Manuel Rando, utilizara en las redes un lenguaje inapropiado y llamara a los adversarios políticos “fachas”, “fachitas” e “imbéciles”. No me extraña este tipo de lenguaje de algunos de nuestros políticos turolenses que, salvo excepciones, no destacan ni por su nivel cultural ni por su facilidad para hablar y escribir correctamente. Que Manuel Rando, que presume de ser maestro, director de un CRA y secretario de la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT, no tenga otros argumentos que el insulto dice muy poco de su calidad como maestro. ¿Qué pensarán sus exalumnos? ¿Qué pensarán los padres y madres de la calidad humana y profesional de los profesores que educan a sus hijos? Es cierto que personajes como el señor Rando dan una mala imagen de los maestros y también de nuestra provincia. Pero el señor Boné, que es diplomado en Enfermería, según he leído en el portal de transparencia del Ayuntamiento de Valderrobres del que es alcalde, tampoco contribuye a dar una buena imagen de Teruel con algunas de sus afirmaciones. Decir que “nos gustaría que de Teruel se hablara por ser una provincia única y con muchos reclamos para visitar, porque generamos empleo y oportunidades a los ciudadanos de los 236 municipios y por una agroalimentación reconocida mundialmente”, es de todo menos cierto. Desgraciadamente, muchos turolenses han emigrado y siguen emigrando porque no encuentran oportunidades en su tierra y todavía no se ha sabido poner freno a la despoblación. Y afirmar que la agroalimentación de la provincia es conocida mundialmente es una exageración que produce risa. Tan mala es la crítica negativa injusta como la alabanza carente de rigor. Con la excepción de la trufa negra de Sarrión, el resto de nuestros productos de calidad, nuestro jamón, quesos, azafrán y melocotones no superan el ámbito nacional. Y tal vez sea mejor así: si fueran mundialmente conocidos y apreciados, los turolenses ni los cataríamos.   

Evaristo Torres Olivas