O ineptos o mentirosos

La política está en manos de las peores personas, las más ineptas y sinvergüenzas, las que no valen para otra cosa, las que malgastan el dinero público, se cargan la sanidad, la educación, la justicia, las obras públicas y todo lo que se menea. Lo anterior no lo digo yo, lo dicen los propios políticos. Si no me creen, lean los artículos de opinión de nuestros dirigentes que publica Diario de Teruel. Yo me rio mucho, especialmente con algunos. Mis favoritos son Samuel Morón, Javier Domingo, y Rocío Féliz de Vargas. Dejando a un lado la calidad de su prosa, que es pésima, lo gracioso es leer el poco cariño que se tienen, los insultos que se lanzan y el peligro que corren las instituciones que dirigen. Si creemos a Morón, el PP no da una a derechas—permítaseme la ironía— y al igual que el pato de la Patagonia, una pisada, una cagada. Pero si creemos lo que cuentan Domingo y Féliz de Vargas, los inútiles están en el PSOE. Da igual el tema de que se trate, impuestos, carreteras, sanidad o educación: los malos son siempre los políticos del otro partido. Ni siquiera son capaces de aplicar los conocidos refranes de que perro no come perro o el de que entre bomberos no nos pisemos las mangueras (parece mentira que Morón sea bombero). Nuestros políticos locales se agreden a dentelladas y se pisan no solamente la manguera sino también el cuello. Y los pacientes ciudadanos nos encontramos ante una situación que es nefasta se piense como se piense. Si creemos que tanto Morón como Domingo dicen la verdad, la conclusión es que efectivamente estamos dirigidos por gente incompetente. Pero si pensamos que ambos mienten, la conclusión a la que llegamos es peor: estamos gobernados por unos mentirosos. En definitiva, cada vez que vamos a votar, hemos de elegir entre inútiles o embusteros. Habría que proponerle a la Real Academia Española que, a la definición de democracia como “sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes”, le añadiera dos palabras y quedara así: sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes incompetentes o mentirosos.

Evaristo Torres Olivas