“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto
es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio
y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas
pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo,
lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal
en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa,
que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
-Horacio Verbitsky,
periodista y escritor argentino

martes, 1 de diciembre de 2020

Echenique el demagogo

A estas alturas, no creo que sorprenda a nadie si afirmo que Pablo Echenique es un oportunista, un chaquetero, una persona de la que te puedes fiar menos que de un vendedor de crecepelo o de un telepredicador evangelista estadounidense. Basta con seguir su trayectoria y escuchar sus chácharas en las televisiones y en las redes sociales. Doctor en Física, opina de todo menos de lo que sabe. Ha logrado, junto con los demás dirigentes de su partido, que aquello que gritaban en el 15M, “PP y PSOE la misma mierda es”, sea también aplicable a su partido. Durante el 2020, han fallecido, en el campo que domina Echenique, la física y las matemáticas, las siguientes personas, todas ellas de enorme prestigio: Louis Nirenberg, Katherine Johnson, Freeman Dyson, Phillip Warren Anderson, ganador del Premio Nobel, Margaret Burbidge o Teresa Rodrigo. Seguramente, todas esas personas también tendrán sus luces y sus sombras, pero a Echenique le traen sin cuidado y no encontrarán una sola línea sobre ellos en sus miles de entradas en las redes sociales.  Pero sí se ha acordado de las luces, y le dan igual las sombras, de Diego Armando Maradona y de su “magia con la pelota”. “Gracias por todo eso”, le dice al futbolista. Al no precisar, se supone que le agradece tanto lo bueno, jugar bien al balón, como lo malo, su machismo, su afición a esnifar polvos y sus amistades peligrosas. A eso se le llama populismo. Como populismo era decir que solo cobrarían tres veces el salario mínimo para cambiarlo a la primera ocasión que han tenido, o para decir de los otros partidos no nos representan para al poco tiempo gobernar con ellos. Donde dije digo, digo Diego. Diego Armando Maradona o cualquier otra cosa que sirva para engañar. Lo que hacen Echenique y otros miembros de su casta de Podemos se llama ejercer la prostitución, en la acepción que recoge el diccionario de “deshonrar o degradar algo o a alguien abusando con bajeza de ellos para obtener un beneficio”.  Echenique, Iglesias, Monedero y otros muchos han degradado la democracia abusando de la libertad de expresión con el único propósito de obtener un beneficio personal: vivir de la política. Y vivir muy bien. A eso se le llama demagogia.

Evaristo Torres Olivas

Katherine Johnson

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